“Aryentains nació medio en joda, porque éramos unos amigos que queríamos salir a morfar seguido y como excusa nos propusimos trabajar juntos, juntar la gente con la que uno tiene ganas de estar. Daniel (Aráoz) y Coco (Sily) fueron los ideólogos de esto, después me llamaron a mí y Jean Pierre (Noher) pasó de casualidad en un auto y también lo llamaron a él”, cuenta a Página/12 Roly Serrano que fue el origen de la obra que estuvo tres años sobre los escenarios. Daniel Aráoz confirma ese origen gastronómico: “Nos da mucho placer trabajar juntos, y ese placer se continúa porque por lo general después de actuar nos vamos a cenar juntos, y al otro día al mediodía nos llamamos para comer juntos, y después ya llega el té, y ya llega la cena y de nuevo la obra”. Y el cuarteto sigue juntándose a comer después de las funciones de Aryentains 2 en el teatro ND Ateneo (Paraguay 918), basada, como la primera parte, en cinco cuentos de Roberto Fontanarrosa, esta vez de su último libro, El rey de la milonga, con adaptación de Jorge Schussheim y dirección de Lía Jelin.

“Previendo que en unos instantes Roly va a empezar a hablar de sus títeres y Aráoz va a hablar de una filosofía que sólo él entiende, quiero aclarar que es una obra de humor, muy divertida, donde la gente la va a pasar muy bien”, irrumpe Coco Sily. Aryentains 2 cuenta con una puesta en escena más elaborada que la primera parte, con escenografías que remiten a la historieta y la caricatura. Sily explica que en esta obra “es más arriesgada la puesta. Tiene más vestuario, cantamos mucho más. Pero sobre todo creo que estamos tratando de profundizar en ese estilo que fortuitamente encontramos. Les Luthiers tiene un estilo de trabajo, Midachi tiene otro estilo; el nuestro está en el medio, porque nos divertimos arriba del escenario, podemos jugar saliéndonos del texto”.

Los cuentos que interpretan en la obra pasaron por un doble proceso de selección: Fontanarrosa se los dio, todavía inéditos, a Daniel Aráoz, y junto a Noher hicieron una preselección para luego, entre los cuatro, definir los cinco que llevarían al escenario. Aráoz afirma que “nosotros reflejamos lo que escribe Fontanarrosa. Respetamos eso: los cuentos los escribió él, nosotros los conseguimos y los ponemos”, y aclara que “lo que sí tenemos nosotros, a diferencia de las demás puestas, que han sido más monologadas, desde el cuento del bar, es que por primera vez interpretamos los cuentos, empezamos a darles vida a esos personajes que él crea”. Y Roly Serrano se explaya: “Yo creo que es tal la fuerza de la pluma de Fontanarrosa que para un estilo de trabajo como el nuestro es un disparador que no tiene límites. Empezamos con la base, pero después fuimos nosotros mismos, por la forma de laburo que armó Lía Jelin, los que pudimos dispararnos y volver a la estructura, al tronco, que es lo que escribió Fontanarrosa”.

Lía Jelin vuelve a dirigir al cuarteto, como los tres años que duró Aryentains. Sobre la directora de Monólogos de la vagina, Aráoz sostiene que “es una directora extraordinaria, una figura emblemática en este momento. Tiene muy clara una estética y una manera de dirigir y componer sobre el escenario con sus actores, con sus musas inspiradoras, que nos va dando espacio a nosotros para que podamos desarrollar el humor sobre el escenario”. Sily explica que “hay directores que son muy buenos puestistas, pero se llevan mal con los actores; hay directores que son muy buenos con los actores, pero no tienen muchas ideas de puesta. Lía combina esas dos cosas: es muy buena puestista y a la vez nos enseña mucho como actores”.

Sily agrega que “el estilo de Aryentains es lo que tiene Roberto de satirizar la conducta del argentino, de mostrarnos cómo somos, cómo nos comportamos en realidad. Nosotros aspiramos a que la gente la pase bien y se sienta identificada con lo que pasa arriba del escenario, porque ése es el yeite de Fontanarrosa, es bien discepoleano: la gente se ríe porque él pesca, con humor, cómo somos. Y nosotros tratamos de reflejar eso”, concluye.