Proteatro y distintas organizaciones relacionadas al ámbito independiente se reunieron en el Teatro del Pueblo para dar a conocer la crítica situación por la que atraviesa la institución que nació para apoyar la actividad escénica no oficial de la ciudad, y que preside desde su fundación el actor y director Onofre Lovero. Los convocados plantearon temas referidos al cierre de salas –como el reciente de La Salita– y las intimaciones y amenazas de inhabilitación que se ciernen sobre otras: un ejemplo es De la Fábula, fundada hace más de 50 años. Extraña en este punto que se desconozca el amparo otorgado en marzo de 2005, las sucesivas prórrogas aún vigentes y la falta de un marco y una respuesta legal que tenga en cuenta las peculiaridades de la escena independiente. Otro tema fundamental en debate es el presupuestario.

Ante la negativa de una mejora, los actores, autores, directores, titulares de salas e integrantes de Artei, Asociación Argentina de Actores y Argentores decidieron elevar un petitorio al jefe de Gobierno de la ciudad, Jorge Telerman. Tomaron esta medida luego de un encuentro con la secretaria de Cultura, Silvia Fajre. La iniciativa tiene fundamento: como señalan los miembros del directorio de Proteatro (Víctor Bruno, Julio Ordano, Carlos Cavanna, Ariel Bonomi y Beatriz Seibel), la funcionaria desestimó la posibilidad de que se otorgue un aumento, aconsejándoles apelar a la propia creatividad en caso de necesitar nuevas partidas. Los teatristas entienden que el desgaste es parte de la realidad, pero no se rinden. La relevancia del teatro independiente es la mejor carta de presentación. Una cualidad puesta de manifiesto tanto a nivel nacional como internacional, y en épocas democráticas como en períodos de intolerancia política.

Lo expresado en la convocatoria transparentó la dificultad de cumplir con los objetivos programados mientras no se modifique la cantidad asignada, que para este año ha sido de 1,5 millones para distribuir entre 400 pedidos de subsidios. Cantidad insuficiente, como lo prueba el hecho de que a esta altura del año se hayan agotado los fondos en los pagos a 65 salas y 150 grupos: “Proteatro apenas puede cumplir una parte ínfima de lo que dice la ley. No se pueden editar publicaciones ni entregar becas ni fomentar la investigación”, resumen sus integrantes. Posibilidades todas que prevé la ley 156, promulgada en 1999. La tarea del directorio queda así reducida a la de ser sólo jurado de los proyectos que se le presentan.