TEATRO › GUILLERMO ANGELELLI Y EL GRUPO LOS BLA BLA
El espectáculo Bla Bla La película, recientemente estrenado, cruza diversos lenguajes expresivos. Uno de los pilares de la comicidad de la obra-film consiste en “el intento de romper con la dualidad cine-teatro a través de un reordenamiento del tiempo y del espacio”.
› Por Cecilia Hopkins
¿Son sainetes modernos? ¿Son pequeñas obras de clowns urbanos? Con éstas y otras preguntas, los integrantes del grupo humorístico Los Bla Bla intentaban hace un tiempo caracterizar sus números de varieté. Aunque los actores que componen ese colectivo de comediantes, músicos y payasos –ellos son Manuel Fanego, Pablo Fusco, Sebastián Godoy, Julián Lucero y Tincho Lups– ya habían definido (bajo la supervisión del actor y director Guillermo Angelelli) que su propuesta teatral venía a ser una versión actual del género chico criollo, con sus escenas breves focalizadas en cuestiones cotidianas sin dejar afuera lo político y lo social. Así, “la igualdad, la identidad y la variedad cultural de este país” son algunos de sus ejes temáticos, motivo por el cual Puro Bla Bla, su primer montaje, formó parte del Ciclo Teatro X la Identidad. Ya con la dirección del mismo Angelelli, el grupo acaba de estrenar Bla Bla La película, un espectáculo que cruza cine y teatro con variedad de lenguajes expresivos. Como si se tratara de la ceremonia del estreno de un film, la obra muestra también una serie de dificultades que el grupo debió sortear antes y durante la realización cinematográfica que vienen a presentar. Uno de los pilares de la comicidad que desarrolla el espectáculo consiste en “el intento de romper con la dualidad cine-teatro a través de un reordenamiento del tiempo y del espacio”, tal como explica el director en la entrevista con Página/12, bromeando acerca de la inclusión de la cuarta dimensión en el film y del uso de lentes 4D por parte de los espectadores.
Desde hace siete años alejado del rol actoral –Woyzeck, estrenada en el Teatro San Martín, fue la última obra en la que participó–, Angelelli dice estar interesado en continuar con su trabajo pedagógico y de dirección teatral: “No estoy entusiasmado, no siento que me falta actuar o estar en el escenario”, reflexiona y agrega: “Tal vez pesen los años en esto de pensar en el esfuerzo que demanda una producción independiente”. De sus seminarios de entrenamiento y clown, por otra parte, a Angelelli le gusta comprobar que sus enseñanzas a muchos de sus alumnos le significaron una bisagra en su formación y proyección profesional. Como le ocurrió a algunas alumnas que tuvo en Brasil –las integrantes de María de Gracia, la primera compañía brasileña de clown conformada solamente por mujeres– que hoy lo siguen convocando para que participe de actividades de formación. Además de sus seminarios en Buenos Aires, Angelelli da clases en Singapur y mantiene su compromiso con Vindenes Bro, el grupo que coordina la actriz del Odin Teatret Iben Nagel Rasmussen en Dinamarca.
–Hasta el momento, Los Bla Bla hacían varieté. ¿Por qué decidieron cambiar de formato de espectáculo?
–Es cierto, les iba muy bien con su varieté. Yo también me pregunté: ¿por qué complicarse en ir hacia el teatro e incluir al cine si esto les funciona? Es por su afán de crecimiento. Y porque son curiosos, les gusta investigar y meterse con temáticas diferentes. Tienen la voluntad de no quedarse en lo que ellos saben que hacen cómodos y sin riesgos.
–¿Cómo surgió la historia que cuenta el espectáculo?
–Ellos querían hilar sketches y me llamaron para darles forma y unidad. Son muy creativos, son de esos actores que proponen todo el tiempo. Así surgió la idea de la presentación de una película y de todas las alternativas vividas hasta el momento del estreno. El grupo juega a que tiene una gran popularidad. Y la pantalla le sirve para cambiar de perspectiva.
–Su propia historia como actor está muy marcada por la idea de lo grupal...
–Siempre estuve ligado al trabajo en grupo, desde El Clu del Claun (formación que Angelelli integró en los ’80 junto a Gabriel Chamé Buendía, Hernán Gené y Batato Barea, entre otros) y justamente en los días del Mundial me emocionó muchísimo tomar conciencia de lo que cada uno debe darle al grupo cuando se trata de jugar en equipo. El trabajo que hice con Los Bla Bla lo sentí muy en paralelo con esa sensación. Cada integrante tiene un color característico: el simpático, el intelectual, el personaje de carácter, el sanguíneo. Y lo que uno ve como grupo es el resultado de sus individualidades.
–¿Cuál es la raíz del humor que manejan?
–Sale del trabajo de clown, que va generando asociaciones complejas, con un interés puesto en lo social. Y en las nuevas tecnologías. Estamos rodeados de máquinas, una creación del hombre a la cual cada vez debemos hacerle más lugar. Haciendo referencias a lo efímero del teatro y a esa voluntad de “esculpir en el tiempo”, como Tarkovski pensaba al cine, de algún modo Los Bla Bla están hablando de una voluntad de trascendencia.
–El espectáculo propone mucho contacto con el público, incluso entre los espectadores mismos...
–Eso tiene que ver con la finalidad de producir un encuentro. Antes me molestaba lo del encuentro social en el teatro, pero hoy me parece muy válido. Tal vez porque antes había más oportunidades para encontrarse y hoy cada vez hay más excusas para no hacerlo.
* Bla Bla La película, en el Centro Cultural Konex (Sarmiento 3131), los viernes a las 21.30 y los sábados a las 22.
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