TEATRO › COMIENZA HOY LA CUARTA EDICIóN DEL FESTIVAL DEL AMOR
El C. C. de la Cooperación será sede de este encuentro que toma como excusa el mes de San Valentín para mostrar espectáculos que se hayan referido al amor de diferentes maneras. Además, invita al público a debatir sobre la relación entre el escenario y este sentimiento.
› Por María Daniela Yaccar
“El teatro y el amor están siempre asociados. El amor es, sin dudas, uno de los asuntos principales de todas las obras dramáticas, trágicas o cómicas, románticas o clásicas”, define a Página/12 Juano Villafañe, director artístico del Centro Cultural de la Cooperación. El espacio de Corrientes 1543 será sede de la cuarta edición del Festival del Amor, que toma como excusa el mes de San Valentín para dos intentos: por un lado, mostrar espectáculos de los últimos tiempos que se hayan referido al amor de diferentes maneras. Y, por el otro, invitar al público a debatir y reflexionar respecto de la relación entre el escenario y este sentimiento. Desde hoy, y hasta el próximo domingo, se presentarán las obras Para qué sirve el amor, de Alejandro Ojeda, con dirección de Miguel Israilevich; Te quiero hasta la luna, con dramaturgia y dirección de Matías Puricelli; Amorar, de y dirigida por Eloísa Tarruella; Muñeca, sobre la obra de Discépolo, con dirección de Pompeyo Audivert y, por último, Con un tigre en la boca, sobre textos de Laura Yasan, Patricia Díaz Bialet, Jorge Boccanera y Villafañe, dirigida por Hugo Urquijo.
Villafañe va más lejos en su reflexión respecto de la relación entre el teatro y el amor. “Si asociamos el sentido de lo pasional y de lo erótico, el teatro representa de alguna forma un permanente ensayo sobre la entrega y el juego de los cuerpos en la escena. En todo drama subyace de una u otra forma una intriga amorosa, y a pesar de los diversos usos que se puede hacer del amor, éste nunca se agota artísticamente”, opina el poeta. “Entonces, el amor en el teatro está asociado por relaciones específicas del oficio teatral y por los temas que ofrece para el trabajo dramático. El teatro es una gran entrega de pasiones y conflictos humanos donde el amor lo envuelve todo como esperanza o como tragedia.”
El festival, que siempre se de-sarrolló en el CCC, ofrecerá una única función de cada obra. Hoy, a las 19.30, comienza la programación con una charla entre el público y los artistas. Los hacedores de los cinco espectáculos contarán cómo los inspiró el amor en la creación de las obras. Participarán Pompeyo Audivert, Matías Puricelli, Eloisa Tarruella, Alejandro Ojeda e Ingrid Pelicori (que actúa en Con un tigre en la boca). Mariano Dossena hará una pequeña introducción y el cierre estará a cargo de Juano Villafañe. La charla contará también con la participación de Sergio Lumbardini, que mostrará un fragmento de un nuevo unipersonal, y de la banda humorístico-musical Ciertas petunias, que interpretará parte de su nueva propuesta, Qué hermosa kermesse.
En cuanto a los espectáculos, Villafañe sugiere que “representan de alguna forma una pequeña muestra de lo que la cartelera porteña ofrece como teatro temático y abordan el amor en sus múltiples posibilidades escénicas”. ¿Para qué sirve el amor? (mañana), con Marta Pomponio y Alejandro Ojeda, cuenta la historia de un amor que nació entre cartas, tangos y madreselvas. “Es un melodrama musical donde se narra el encuentro y el desencuentro de una pareja a lo largo de los años”, completa el poeta. En Te quiero hasta la luna (viernes 13), de Puricelli y Francisco Ruiz Barlett, Sofía González Gil y Barlett le ponen el cuerpo a una comedia romántica con un repertorio de canciones. Amorar (sábado 14), con Eloisa Tarruella y Julio Bambill, es una invitación a recorrer los diferentes puntos de vista desde los cuales se construye y se rompe una relación de pareja. Es la historia de Ulises y Julia, y parte desde el final: se arma desde los recuerdos de cada personaje. El clásico del cronograma es Muñeca (sábado). Actúan Audivert, Carlos Correa, Pablo Díaz, Gustavo Durán, Fernando Khabie, Abel Ledesma, Fabio “Mosquito” Sancineto, Diego Veggezzi e Ivana Zacharski. Es “una de las grandes obras de autor nacional que considera el tema amoroso asociado al poder. Es una historia de amor que se desarrolla dentro de una clase social en plena decadencia y que Audivert supo adaptar para darle una profundidad poética al conflicto”, destaca Villafañe. Finalmente, Con un tigre en la boca es, en palabras de su director, un manual de los amantes: cuatro actores (Pelicori, Ana Yovino, Edgardo Moreira y Sebastián Richards) pronuncian poemas románticos en los que el amor aparece en sus múltiples formas. Cierra el festival el domingo 15.
“Como se dice siempre: el amor lo puede todo. Y el teatro tiene el don de potenciar este sentimiento tan noble y complejo propio de la condición humana”, apunta Villafañe, y cuenta que la idea del festival surgió del productor y director teatral Pablo Silva. “Tiene un gran conocimiento del circuito teatral y de la cartelera porteña. Por otra parte, tiene experiencia en la producción independiente, el trabajo cooperativo. Participamos de un común denominador en el trabajo artístico y en las formas autogestivas de producción. Para el Centro Cultural de la Cooperación, que se identifica desde su fundación con la historia del teatro independiente, con el teatro de arte, abordar un festival temático de estas características resulta muy atractivo”, explica.
Y cuando tiene que centrarse en los objetivos del festival, ya no habla de la relación entre el amor y el teatro, sino que se concentra en la que une al público con las experiencias teatrales. “Impulsamos mucho este tipo de encuentros porque permiten reconocer diversas poéticas. Por otra parte, programar es una tarea político-cultural. Se trata entonces de unir diferentes imaginarios entre espectáculos y públicos posibles; artistas que producen y públicos activos en este presente nuestro. Es siempre aventurado definir cómo se desplegarán estos vínculos, estos encuentros entre los públicos y las obras”, sostiene. “En nuestro caso, el mayor estímulo es el artístico, ya que trabajamos con cooperativas y producciones independientes. Programar es anticiparse a la magia de esos encuentros, gestar un puente entre mundos simbólicos, subjetividades, motivar el interés y la reflexión. Vivimos una época de gran diversidad de teatros y de públicos. El IV Festival del Amor nos permite recorrer esta diversidad de poéticas referidas a un tema universal en la vida del hombre. El amor en el teatro es siempre un clásico y se combina con las formas contemporáneas de abordarlo”, concluye Villafañe.
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