Actor, dramaturgo y director, Walter Velázquez acaba de viajar a Estocolmo para dirigir una obra sobre la contaminación sonora. Pero deja en la cartelera de Buenos Aires tres espectáculos musicales dirigidos por él, dos de ellos de su autoría: Dos almas que en el mundo, de Vicente Battista, en el Cultural San Martín; El capitán Beto. Un aventurero del espacio, en el Teatro Cervantes, y She smiles, en Belisario Club de Cultura. Dedicado al clown desde la adolescencia, Velázquez fue cambiando de registro a partir de 2008, luego de participar de la puesta del musical Pepino el 88, que Suárez Marzal dirigió en el Cervantes. No obstante, sigue fiel al género realizando giras en el país y el exterior con su unipersonal Rescate emotivo, donde interpreta a un clown de 84 años que escapa del geriátrico para irse a la milonga. Concebida especialmente para gente de la tercera edad, la obra de Velázquez habla de política y economía, salud y derechos humanos. Todo aderezado con anécdotas hilarantes que fue coleccionando a lo largo de los años: “Todos los chistes que hago los escuché de boca de los ancianos que vivían en las residencias que visité”, asegura en la entrevista con Página/12.

Velázquez dirige, además, un grupo singular, la Compañía Internacional de Comediantes Sin Pulgares, integrada exclusivamente por técnicos. El colectivo cuenta con representantes de todos los rubros: iluminador, vestuarista, escenógrafo, coreógrafo, fotógrafo, arreglador musical. Cuando Velázquez concibe una idea para un espectáculo convoca a sus compañeros y les pide que cada uno realice una propuesta estética. Luego, el texto se va transformando a partir de los aportes recibidos, y es recién entonces cuando se hace la convocatoria para conformar el elenco. En el caso de She smiles participan Ricardo Sica en el diseño de la iluminación, Ariel Vaccaro en escenografía y Julieta Cancelli en coreografía y actuación. Completan el elenco del musical Elisa López Oroño, Valeria Stilman, Jimena López y María Cottet.

“Desde hace años vienen cambiando los códigos de diversión y atención”, advierte Velázquez al explicar que las demandas de velocidad y concisión fueron determinando sus textos. Estas características están muy presentes en She smiles, obra que reúne cinco personajes femeninos que bailan y cantan en vivo canciones de Stevie Wonder y se interrelacionan a partir de un conjunto de escenas breves que hacen foco en instancias críticas de sus vidas. Como títeres manejados por un consciente manipulador, conviven en el mismo espacio la mujer que sufre violencia de género, la solitaria que no se deja querer, la que descubre que es posible luchar contra una enfermedad y la que recibió el mandato de complacer al otro a toda costa. “Son mujeres arquetípicas, cuyos estereotipos se van rompiendo a lo largo del espectáculo”, aclara el autor y director.

–¿Cómo fue cambiando su dramaturgia?

–Observando a mis hijos fui dándome cuenta de que los más jóvenes, acostumbrados a los efectos de edición, prefieren lo fragmentario y veloz. Lo rápido y efectivo. Después de la experiencia junto a Suárez Marzal me fui corriendo hacia el terreno de la comedia musical.

–¿Es un género que le deja desarrollar una dramaturgia que está más en consonancia con esta época?

–El clown trabaja con sketches y rutinas cortas y yo estaba necesitando contar historias, profundizar y poner a mis personajes en una relación más amplia con su mundo.

–Sin embargo, los personajes de She smiles parecen tener narices de payaso...

–Es que éstos son personajes que tienen un razonamiento propio del clown. Pero establecen con los espectadores una relación directa aunque no lo miren a los ojos. Es por eso que cualquiera se identifica inmediatamente con ellos.

–¿Por qué en esta oportunidad pensó en crear solamente personajes femeninos?

–No quisiera decir lugares comunes y hablar del misterio de lo femenino, pero hay algo de eso. Tal vez me metí con estos personajes para verlos desde otro envase. Desde mi mirada son pequeñas versiones de David peleando contra Goliat; en este caso, representado por el mal pago, la esclavización y los mandatos familiares y sociales.

–Estas mujeres dan una respuesta a sus conflictos. ¿Es su intención dejar una enseñanza?

–Mi idea es hacer que el espectador salga del teatro mejor que como entró. Y el humor siempre ayuda. Ya que hacer un espectáculo es una tarea bastante egocéntrica, siempre busco ilusionar y provocar a otros.

* She smiles. Belisario Club de Cultura, Corrientes 1624, los sábados a las 20.30.