Sáb 13.08.2016
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TEATRO › JOSE MARIA MUSCARI PRESENTA EL ESTRENO DE SU NUEVA OBRA, FALLADAS

“Siempre se agradece una buena comedia”

“No es algo frívolo, no es un vodevil de verano. Nada que ver. Es una obra que cuenta los problemas emocionales de cuatro amigas y su terapeuta”, afirma Muscari, que tiene un elenco de lujo: Cecilia Dopazo, Martina Gusmán, Laura Novoa, Andrea Politti y Patricia Palmer.

› Por Emanuel Respighi

Le sobran motivos para celebrar. La cifra redonda señala que está cumpliendo veinte años como director teatral, en una prolífica carrera que ya suma más de cuarenta obras estrenadas. Esas dos décadas haciendo mucho y, rompiendo todo tipo de moldes, los festeja con Falladas, una nueva obra que acaba de subir a la cartelera del Teatro Metropolitan (miércoles a domingo). Estrenar obras de teatro parece ser una obsesión en la vida de José María Muscari. De hecho, en la actualidad cuenta con cuatro piezas en cartel, contando Casa Valentina, Extinguidas, La casa de Bernarda Alba (de gira por el país) y la flamante Falladas. “La alegría es doble, porque no solo estreno obra como director sino también como autor, en el circuito comercial de la calle Corrientes, que es tan poco habitual que se estrenen autores argentinos. Desde hace años los productores prefieren comprar textos ya probados en el exterior, les cuesta asumir riesgos”, le cuenta a Página/12 Muscari, que con Falladas regresa a la sala en la que en 2008 debutó en el teatro comercial con En la cama.

Como en muchas otras de sus creaciones, en su flamante obra Muscari vuelve a ahondar en el insondable mundo femenino. En este caso, la obra cuenta las visicitudes de cuatro amigas muy distintas entre sí, atravesadas por los problemas del común de la gente: el amor, el paso del tiempo, el sexo o el dinero. Las problemáticas cotidianas de esas “minas reales” entran en ebullición cuando para su tradicional reunión de los jueves contratan a una psicóloga para que las ayude con sus problemas emocionales. La peculiarísima personalidad de la profesional, que parece que estar más “fallada” que las cuatro amigas juntas, desata los demonios, miedos y deseos de las pacientes. Cecilia Dopazo, Martina Gusmán, Laura Novoa, Andrea Politti y Patricia Palmer protagonizan esta comedia que no por divertida y ácida desecha la posibilidad de estimular la reflexión.

“Estoy muy contento porque las cinco son actrices muy potentes, de raza, cada una le aporta un condimento muy diferente a la obra”, subraya Muscari. “Es un quinteto que tiene muy buena sinergia y que en cada caso le impregna un elemento singular al personaje que hacen. A pesar de que es una comedia, son actrices que saben ponerle una impronta personal al material y a la zona de actuación, que eso para mí se agradece. A mí me gustan las actrices que saben combinar el oficio con algo de cepa propia. Las cinco son actrices con mucho signo personal. Está todo dado para que –al menos– seamos felices mientras hagamos la obra”, reconoce el autor y director teatral.

–¿Por qué decidió estrenar ahora una comedia? ¿Hasta qué punto el contexto económico-social que atraviesa el país influyó en la elección?

–Creo que es un momento difícil del país. En tiempos complicados el público siempre agradece la comedia, sobre todo cuando se trata de un texto que como espectador te permite la reflexión. No es una comedia frívola, no es un vodevil de verano. Nada que ver. Es una obra que cuenta los problemas emocionales y avatares de cuatro amigas, que tienen algunos problemas vinculares, y que por esas razones deciden contratar a una psicóloga para que las intervenga emocionalmente en su reunión semanal. Lo que pasa es que la psicóloga está bastante más fallada que las chicas, lo que saca lo mejor pero también lo peor de ellas. De cualquier manera, siempre escribo o hago aquello que a mí me interesa. No hago en función de lo que pasa en la sociedad. No especuló con eso.

–¿Cuál cree que es el fuerte de Falladas?

–La obra en muchos momentos deja de ser una simple comedia para entrar en zonas de mucha agudeza y emoción. Para poder combinar el rimo veloz de la comedia con esas emociones es muy importante tener buenas actrices, que además sean buenas comediantes. Por eso creo que el fuerte de Falladas es el quinteto. Tengo algo que no tiene nadie en esta época: cinco actrices que las conoce todo el mundo y nunca tuvieron ningún quilombo. Considero que el público que va al teatro a ver este tipo de obras no compra ni una entrada por un escándalo mediático. La televisión puede ser un componente con el que coqueteo, pero en el teatro no es el escándalo un condimento que use.

–En la escena teatral se destacó por haber transgredido estructuras y fórmulas probadas, siempre cruzando géneros y asumiendo riesgos. ¿En Falladas hay disrupción?

–Lo disruptivo es la obra en sí. No es una obra de mujeres, porque no plantea sólo problemáticas femeninas ni habla del mundo femenino en sí. Podría haber hombres. El gran atractivo de la obra es que los hombres tienen la posibilidad de meterse en una verdadera reunión de amigas. Los hombres tienen un imaginario sobre las mujeres que no es real. Todavía persiste en el imaginario masculino que las mujeres no hablan de política ni que dicuten fuertemente sobre diversos temas. La obra rompe con esos preconceptos. En Falladas las mujeres discuten de política y de sexo, llamando a las cosas por su nombre.

–¿Y cómo aborda la obra la veta psicoanalítica?

–La obra tiene una mirada sobre la dependencia que los argentinos tienen de hacer terapia, que puede esconder la necesidad que tenemos de ser escuchados. Tiene una mirada bastante ácida sobre el mundo de la psicología. No es una mirada condescendiente con la psicología. ni tampoco es contemplativa con la incomunicación que generan las nuevas tecnologías en nuestras vidas cotidianas. Son todas mujeres a las que les pasan cosas fundamentales en la vida y, sin embargo, no pueden soltar el celular de sus manos.

–¿Son mujeres más cercanas a los espectadores?

–Sí, son mujeres muy concretas. Una vive en Ituzaingó (Gusmán) y se siente un poco condicionada porque otra de las mujeres vive en Recoleta (Dopazo); ahí se produce un choque social muy interesante sobre la mirada que cada una tiene del mundo. También está la dueña de casa (Politti), cuyos hijos viven en el exterior y que se acaba de divorciar de su marido al descubrir que tenía una familia paralela. Y por ultimo está el personaje de Novoa, que no tiene pareja ni hijos, pero que congeló los óvulos y quiere ser mamá ayudada por un amigo gay. Hay varios arquetipos de mujeres que la obra presenta, que en su entrecruzamiento se pueden plasmar las diferentes miradas que pueden circular sobre los mismos temas. No hay ninguna ama de casa muy clásica, asi como tampoco hay ninguna que se parezca a las chicas imbéciles de Sex and the City. Son minas que se preocupan por los tarifazos, la política... Son minas reales, atravesadas por nuestra realidad y haciendose cargo de ella.

–¿Percibe que a la mujer se la sigue tratando en los medios como en la Edad Media?

–Mi sensación es que el principal problema de las mujeres son las mujeres en sí. Ahora que la violencia de género tomó dimensión pública, me sorprendió mucho la agresión que vi de mujeres y la defensa de muchas mujeres hacia hombres violentos. Lamentablemente, es como si todavía hubiera mujeres que tienen incorporado el preconcepto de que los hombres tienen más derechos que ellas. O que es “normal” que los hombres maltraten a las mujeres, o que sean quienes ocupen los cargos jerárquicos. Hay una cultura machista que está muy arraigada en la sociedad argentina, pero también en el pensamiento femenino.

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