TEATRO › ENCUENTRO POR EL CERVANTES
La comunidad teatral se reunió en la sede de Cultura para alertar sobre la paralización del Teatro Nacional. César Calcagno, de gabinete de Cultura, señaló que los teatristas “exigen, no participan de la solución”.
El encuentro de la comunidad teatral realizado ayer frente a la Secretaría de Cultura de la Nación, para reclamar por la reapertura del Teatro Nacional Cervantes, pretendía ante todo sacar la sala del atolladero que la mantiene inactiva desde hace más de un año y medio. Organizado por el Movimiento de Apoyo al Teatro y el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral, congregó a personalidades de la escena y la cultura. El último comunicado del MATe y el Celcit señalaba tres problemas irresueltos: lo magro del presupuesto, el conflicto sindical “agudizado desde 2004” y el deterioro del edificio. Un grupo de actrices y actores leyó el comunicado en el cual se refutaba al emitido días atrás por la Secretaría de Cultura. Un megáfono en manos del actor Horacio Roca amplificaba el texto al que le ponían voz, entre otros, el dramaturgo, actor y director Juan Carlos Gené, los actores Eduardo Blanco y Norberto Gonzalo, el director Hugo Urquijo y las actrices Graciela Dufau, Lydia Lamaison, Luisa Kuliok y Leonor Manso. Más tarde, la Secretaría de Cultura, a través de su jefe de gabinete, César Calcagno, dio su visión del conflicto, señalando que “los teatristas no se hacen cargo del problema gremial, no participan de la solución y sólo exigen”.
En el encuentro hubo numerosas adhesiones, festejadas por los presentes y por dos marionetas-diablillos de rojo poncho criollo. Apoyaban el reclamo la Comisión de Cultura de la APDH, el Sindicato Argentino de Músicos, los trabajadores del Teatro Cervantes y de la Secretaría de Cultura afiliados a ATE; Argentores y, entre otros, agrupaciones y entidades teatrales de Venezuela, España, Paraguay, Estados Unidos, Suiza, Colombia, Uruguay, Francia, Ecuador, Cuba, El Salvador, Brasil y Perú. A éstos se sumaban artistas del ámbito local, como Alfredo Alcón, Alicia Berdaxagar, Enrique Pinti, Daniel Veronese, Ingrid Pelicori, Luis Rivera López, Walter Santa Ana, Sandro, Carlos Ianni, Graciela Araujo, Ricardo Merkin, Carlos Pais, Patricio Contreras, Rubén Szuchmacher, Lorenzo Quinteros, Mauricio Kartun, Onofre Lovero, Susana Rinaldi y Alicia Zanca.
A Gené le tocó anunciar un cambio: que la iniciativa de un Cervantes Abierto –funciones de las obras listas para estrenar que se proyectaban ofrecer mañana y el domingo– se postergaba “por cuestiones técnicas largas de explicar”. El dramaturgo Roberto “Tito” Co-ssa anunció el apoyo de las diputadas Araceli Méndez de Ferreyra y Marta De Biassi y del diputado Santiago Ferrigno. Estos enviaron un proyecto de declaración a la Cámara graficando la situación del Cervantes, tanto a nivel gremial como edilicio. Solicitan que se lo incluya entre los edificios a ser restaurados, más aún por su carácter de Monumento Histórico Nacional (por Ley 12.665, de 1995). Destacan lo artesanal de su fachada –réplica de la Universidad de Alcalá de Henares– y el hecho de haber sido construido e inaugurado en 1921 por iniciativa de la actriz española María Guerrero y de su esposo, el actor Fernando Díaz de Mendoza.
El secretario general de Actores, Norberto Gonzalo, después de resumir las promesas “no cumplidas”, bosquejó un panorama desolador: “Vemos con tristeza e indignación que no sólo no se ha solucionado el justo reclamo de los trabajadores, sino que el teatro se encuentra parado, inactivo, con serios problemas edilicios y de infraestructura y con el peligro que nuevamente se lleven los elencos de gira en un nuevo intento de tapar el sol con las manos”. El delegado de ATE/Cultura, Eduardo De Bianchetti, trazó un paisaje recurrente en materia de acuerdos gremiales: “Venimos llevando este conflicto desde hace años”, apuntó. Un conflicto que no sólo involucra a los técnicos del Cervantes, “sino a todos los técnicos artísticos de la secretaría” y a los trabajadores de los organismos musicales, los bailarines, cantantes e instrumentistas.
“Los compañeros han decidido no aceptar soluciones parciales. El problema del Cervantes es el más visible, pero no el único”, subrayó De Bianchetti, quien recordó anteriores declaraciones de Cultura, donde se consideraba prioridad tanto el aumento del presupuesto como el de los sueldos. La queja del delegado se refería también a un fragmento del comunicado de la secretaría. “Allí parece que nosotros somos los malos, los que pateamos el tablero, y eso no es verdad. Se habían firmado acuerdos donde Cultura, la dirección del Cervantes, nosotros y UPCN promoveríamos en forma conjunta el agrupamiento artístico-técnico para la actividad, dentro de las normas que rigen al Estado.” Con la “promesa de destrabar la situación” se conformaron las paritarias. “Pero en la reunión sólo querían que levantáramos la medida de fuerza. Lo nuestro no es intransigencia, sino realidad. No podemos levantar la medida porque nos bicicletean. A mediados de marzo se hizo otra reunión y nos vinieron con un nomenclador que no tiene nada que ver con nuestro pedido.”
Del lado de la Secretaría de Cultura, en tanto, el jefe de gabinete, César Calcagno, afirmó que “el Cervantes no está cerrado”. El funcionario dijo que “los actores y los teatristas no se hacen cargo del problema gremial, no participan de la solución y sólo exigen y nada más”. Sobre el tema del presupuesto, señaló que “los teatristas sufren de una ignorancia supina sobre ese tema, opinan y preguntan sobre su ampliación con descaro, porque el Cervantes es autárquico. El teatro elabora su presupuesto, lo eleva a la Secretaría de Hacienda, pasa al Parlamento y, una vez aprobado, les informan a los directivos y ellos lo ejecutan. La secretaría no le da presupuesto a nadie, es el gobierno nacional el que lo hace”. Calcagno también se refirió a Alejandro Samek, quien renunció a la dirección del Cervantes a comienzos de esta semana: “El director que renunció porque dijo que tenía poco presupuesto fue quien lo elaboró, pidió, se lo otorgaron en diciembre de 2006 y, en abril, se dio cuenta de que tenía poco presupuesto”. Tras admitir que el Cervantes sufre dificultades edilicias, “porque todos los que pasaron desde hace 30 años no le pusieron un ladrillo, aunque no es un deterioro terminal”, el representante de la secretaría señaló que “estamos viendo la posibilidad de sacar el teatro de gira o de resolver el conflicto luego de que el presidente Kirchner homologue el convenio. Lo que necesitan los elencos es realizar el ensayo final en el teatro donde van a actuar, pero no lo pueden hacer si no tienen el apoyo de los técnicos”.
De Bianchetti extendió el reclamo, incluyendo a los integrantes de la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta Juan de Dios Filiberto, el Ballet Folklórico Nacional, a los diversos coros y a los trabajadores del Centro Nacional de la Música y de la Danza. Recordó además un rumor en que los protagonistas fueron –según se dijo– el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el presidente, Néstor Kirchner: “Si Fernández dijo que es muy poca plata para semejante conflicto y el Presidente pide que se arregle... por qué después en la mesa se resuelve otra cosa y se firma algo que no nos representa”.
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