CHICOS › COMIENZA EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE TíTERES AL SUR DEL SUR
Verónica Saban y Gonzalo Guevara, dos de los organizadores del evento que impulsa El Galpón de Catalinas, cuentan cómo aquella suspensión por la gripe A se convirtió en un nuevo estímulo: todas las compañías reprogramaron su agenda para estar.
› Por Andrés Valenzuela
Los últimos suelen llegar a las corridas. Hay padres que acomodan a los chicos y les chistan, porque –aunque no siempre lo admitan– tienen tantas ganas como sus hijos de ver la función de títeres que está por comenzar. Más aún en los barrios del sur porteño, donde suele haber poca oferta cultural pensada para los niños. Por eso, los organizadores del Festival Internacional de Títeres Al Sur del Sur decidieron llevar sus funciones allí donde los megaeventos oficiales no llegan y las veredas cargan el influjo de un Riachuelo de plomo y tolueno. En los barrios postergados de la ciudad hoy comienzan quince días de marionetas y mascaritas.
La apertura oficial será hoy –si el tiempo acompaña– a las 13.30 en la Plaza de los Bomberos (Caminito y Lamadrid), donde se presentará la murga del colectivo teatral Catalinas Sur. El festejo continuará con un desfile por las calles de La Boca, con intervenciones artísticas en distintos puntos del recorrido, hasta recalar en el Galpón de Catalinas (Benito Pérez Galdós 93), donde actuará la Orquesta de Música Popular del grupo y la dupla colombiana La Loca Compañía presentará el primer espectáculo de títeres. Como uno de cada cuatro shows del festival, todas estas actividades serán gratuitas. Será apenas el comienzo de quince días ininterrumpidos de títeres (hasta el 4 de octubre) en varias sedes (ver recuadro).
“El festival nació con la idea de generar una opción en vacaciones de invierno en la zona sur de la ciudad, una zona marginada, donde la gente realmente no tiene acceso a espectáculos ni oportunidades de ver teatro o títeres”, explica a Página/12 Verónica Saban, una de las organizadoras del evento. Su compañero, Gonzalo Guevara, señala que empezaron armando “unas contravacaciones”.
Con un pie en lo artístico y otro en lo social (“y sin salirse de ninguno”, aclaran), en esta edición por primera vez el festival hará una función fuera del sur porteño. Será en el ECuNhi (Espacio Cultural Nuestros Hijos, ex ESMA). La función tendrá en sí misma un fuerte contenido simbólico, como reconocen los organizadores. “Tiene que ver con la forma de ser del grupo de teatro Catalinas, que tiene su raíz en la memoria y la identidad”, explica Guevara. Saban cuenta que ya en las dos ediciones anteriores del festival trabajaron con Madres de Plaza de Mayo, haciendo presentaciones en su Universidad. “Además estamos en otro espacio de ellas, el Jardín de los Abrazos, en Ciudad Oculta”, destaca.
El festival concentrará en quince días la actividad titiritera de grupos argentinos y compañías de Rusia, Turquía, España, Italia, México, Perú, Brasil y Colombia. La mayoría de las funciones, además, serán gratuitas, cuentan los organizadores, gracias al apoyo de las embajadas (que facilitaron la llegada de los grupos internacionales), de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia y de Iberescena, un fondo de ayuda cultural español. “Es un festival que no podría hacerse sin ayuda del Estado”, señala Saban.
Como tantas actividades enfocadas en los niños, Al Sur del Sur tenía el foco puesto en las vacaciones de invierno. La gripe A se interpuso en los planes y el trabajo de meses de muchos voluntarios. “Cuando nos enteramos de que se caía el festival en julio empezamos a llamar a todos lados y fue increíble, porque todos los elencos reprogramaron su agenda para poder venir en esta época del año –relata con asombro Saban–. Eso también fue un aliciente enorme para hacerlo.” Guevara sonríe: “Fue como haber hecho dos festivales”.
El cambio de época abrió nuevas puertas, como un ciclo de títeres al aire libre, algo contra lo que conspiran los vientos helados de julio. Pero además, les dio nuevas ideas para el futuro. “Ahora estamos envalentonados –comenta Guevara–. Quizás en el futuro hagamos un año un festival de invierno y al siguiente uno en primavera, si el Gobierno de la Ciudad pone esas vacaciones de octubre de las que habló.”
Al Sur del Sur también tendrá otro significado para el grupo Catalinas, pues será el cierre de las celebraciones por sus veinticinco años de trayectoria. “Los festejos comenzaron en el invierno pasado y la idea era cerrarlo éste –explica Guevara–. Como tuvimos que postergarlo por la gripe A, ahora, además de cierre de la fiesta de los veinticinco años, sirve para la reapertura de nuestro Galpón.” Claro, el Galpón de Catalinas, una de las sedes del evento, ya no merece tal nombre: ya le sacaron el techo de chapa y aspiran a poder seguir construyendo. “Tenemos un problema de identidad –bromea Guevara–. Ya no hace ruido cuando llueve ni se agujerea la membrana cuando hay granizo.”
Los organizadores de Al Sur del Sur no olvidan que así como los chicos de los barrios que recorre el festival tienen dificultades para acceder a las obras, sus padres también. Por eso organizan, dentro del evento, un ciclo de títeres para adultos. “Cuando lo hicimos la primera vez nos preguntábamos quién iba a ir hasta La Boca a ver títeres para adultos –cuenta Guevara–, y fue un golazo.” La última edición hicieron varietés titiriteras, y este año el ciclo creció naturalmente. “Lo que pasa, también –explica Saban–, es que muchas compañías tienen versiones para adultos de sus espectáculos para chicos. Y estaba bueno darles la posibilidad de mostrarlas.”
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