El Cascanueces y Las Princesas Encantadas. Ultimas funciones: Sábado y domingo a las 11. En Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131. Entradas: $40 a $80.

Desde hace 21 años, la Fundación Konex abre a los chicos una invitación que ya de por sí suena linda: Vamos a la música. Tal el nombre del ciclo que este año ha propuesto una temporada tan exitosa, que sigue y sigue agregando funciones. ¿Para qué? Para que los chicos se acerquen esta vez al ballet, en este caso con una versión especialmente pensada para ellos de El Cascanueces y Las Princesas Encantadas. Desde hace meses, los chicos llenan el centro cultural que está allí cerca del Abasto, pero para ver algo bien distinto a lo que se ve en el shopping. Y ahora se presentan las que por ahora son las últimas dos funciones, si es que la insistencia infantil no opera en contrario.

Esta versión para niños de la obra con música de Tchaikovsky está a cargo del Ballet Metropolitano de Buenos Aires. Karina Olmedo, primera bailarina del Ballet Estable del Colón, interpreta al Hada Confite, y Nahuel Prozzi, primera figura del Ballet Estable del Teatro Argentino de La Plata, es el príncipe de la historia. La idea, guión y adaptación es de Juan Lavagna. Está basada en la historia original, pero fue adaptada especialmente para hacer foco en la fantasía y la magia de este cuento de hadas.

La historia es la del clásico: Clara recibe como regalo de Navidad un muñeco Cascanueces y sueña que vive –es decir, vive– grandes aventuras junto a él: la nena y su muñeco son atacados por el ejército del Rey de los Ratones, atraviesan el Reino de las Nieves, viajan al País de las Golosinas... Pero en esta versión, además, algunos otros personajes participan de las aventuras. La Cenicienta, La Bella Durmiente, Blancanieves y los siete enanitos, Aladino, El Gato con Botas son también parte del sueño de Clara.

El Cascanueces se estrenó por primera vez en San Petersburgo en 1892, con música de Tchaikovsky, y fue el último ballet de la célebre trilogía del compositor, junto con El Lago de los Cisnes y La Bella Durmiente. Es uno de los ballets más populares del mundo. Un par de siglos después, su magia sigue encantando.