La peluquería del espanto y otras obras de teatro es el título de un reciente lanzamiento infantil de editorial Uranito. Es, también, una obra que se presenta desde este fin de semana, todos los sábados y domingos y durante un mes, en el Teatro Garrick del barrio de Caballito. Es las dos cosas a la vez, y en simultáneo, porque la original situación es que una editorial produce su propia obra de teatro, en base al texto de Enrique Melantoni, publicado junto a divertidas ilustraciones de Fernando Rossia, como las que acompañan esta página.

“Se abre el telón y una actriz y dos actores llevan el juego de un libro al escenario y lo comparten con el público por medio de diferentes voces, músicas, sonidos y personajes de cartón en tres obras cortas de humor, fantasía y terror.” Así es presentada Escuela de hechicería y otras obras de teatro, que trae un título diferente al del libro, simplemente porque toma otra de las obritas de teatro como punto de partida. “Mi tarea como director y actor toma terreno cada vez que me encuentro frente a un sincero grupo de chicos que espera ansioso divertirse –dice Ezequiel Molina, el responsable de la puesta–. Y en esa diversión debo entregarme también a la tarea de acercarlos a la lectura. Ahora aparece un nuevo desafío: llevar a los niños a leer, construir y desde un libro imaginar, pero esta vez en un juego compartido con actores y un escenario de verdad.”

El libro, a su vez, es en sí mismo un objeto original. Porque además de proponer cuatro obras de teatro –que como toda obra están divididas en actos, presentan los diálogos de los personajes y las situaciones– traen un teatro para montar en cartulina, con sus indicaciones de armado, escenarios para intercambiar, personajes para recortar y jugar a representar las obras –y aquí los actores pueden ser el Conde Drácula, un astronauta o un hechicero–. Y también instrucciones para que los chicos armen sus propias obras. Esas “sugerencias para decir muchas veces... ¡Y arriba el telón!” son puntos de partida para el juego: ¿qué pasaría si tal personaje de una obra se metiera en la escena de tal otra obra? ¿y si aparece un nuevo personaje, por ejemplo sacado de una revista o de una foto de familia? Hay también efectos de sonido, músicas de fondo propuestas y hasta los sitios web desde donde se pueden descargar en forma gratuita. Hay, en síntesis, una invitación abierta a que los chicos sean los directores, autores, musicalizadores, y también actores, de sus propias obras de teatro.

La peluquería del espanto... se propone como una primera aproximación al teatro y es el primer título de una colección que irá avanzando en la complejidad de las obras. Está sugerido para chicos a partir de tres años, pero las propuestas de actividades, claro está, dependerán de las edades. Y así los chicos –y también los grandes, que corren el riesgo de terminar tirados en el piso, entusiasmados haciendo la voz del Hombre Lobo– podrán decir a su manera: “¡Que comience la función!”. Y tal vez después ir a un teatro de verdad, para encontrar nuevamente las obras que compartieron y crearon, iguales pero diferentes.