La literatura destinada a los más chicos abunda en formas y contenidos, y sus temáticas, personajes e historias son tan fantásticos como diversos. Desde la tradición literaria de los hermanos Grimm hasta los cuentos de hadas modernos, los libros infantiles ofrecen una gran variedad de géneros y estilos para todos los gustos y edades. Sin embargo, en las estanterías de los bajitos aún quedan páginas por escribir y espacios por ocupar, y es con este objetivo que surgió recientemente la editorial infantil Molinos de Viento, que hasta el momento publicó tres libros en los que se abordan problemáticas como la diversidad sexual y cultural, la realidad de las familias homoparentales, la subrogación de vientre, la integridad y el bullying. Darío Fernández y Hernán Klein son los responsables del nuevo sello editorial que se lanzó al público en noviembre de 2013, en el marco de la XXII Marcha del Orgullo Gay, bajo la consigna Educación Sexual Igualitaria, Libre y Laica. ¿Cómo llegué a este mundo?, Anita y sus dos mamás y Hay muchas cosas que están bien son los primeros títulos con los que esta iniciativa intenta revolucionar las bibliotecas de los chicos y las cabezas de sus padres.

Fernández es diseñador gráfico y el encargado de los textos y las ilustraciones, y junto con Klein, su pareja, buscan ser padres desde hace un año; embarcados en un proceso de subrogación de vientre, su experiencia personal los motivó a editar sus propios libros. “La idea surgió a partir de la experiencia de querer ser padres –explica Fernández–. Nosotros venimos trabajando con un grupo LGBT de la Fundación Foro, en el que también hay quienes buscan ser padres, y en las reuniones que teníamos había surgido el tema de que no había libros en español para chicos con familias homoparentales. Entonces comenzamos a pensar qué libros iban a leer nuestros chicos donde pudieran ver reflejada su realidad. Esa idea quedó dando vueltas hasta que el año pasado empecé a ilustrar y a escribir algunas cosas, a partir de nuestras experiencias, y para canalizar la espera. De ahí surgieron los tres libros y otro más por editar. Un día, reunidos con las personas de este grupo, Hernán les mostró lo que yo había hecho, y les gustó porque sentían que era lo que andaban necesitando, y nos impulsaron para que editáramos el material. Nos dimos cuenta antes de imprimir los libros que no eran sólo para chicos sino también para grandes, porque explican cómo es el proceso de subrogación, cómo es la realidad de una familia homoparental en la convivencia de dos madres con una nena, y muestran cómo todas las familias son iguales independientemente de cómo estén conformadas.”

“A raíz del proceso que nosotros estamos viviendo, quisimos hacer nuestro aporte a las parejas que están en la misma situación y también llegar a quienes no viven esta realidad, porque parte del objetivo es que quien tenga el prejuicio cambie su forma de pensar cuando lea los libros”, agrega Klein. La irrupción de esta iniciativa individual –devenida proyecto colectivo– no es casual ni anacrónica, sino que, por el contrario, acompaña los cambios culturales que se han dado en el país, en materia legislativa, como la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género y la Ley de Fertilización Asistida. En este sentido, políticas similares operaron también como incentivo en la creación de la editorial. En 2013, el anteproyecto del Código Civil, en su artículo 19, referido al comienzo de la existencia, establecía que la vida humana comenzaba con la implantación del embrión en la mujer, en el caso de técnicas de reproducción humana asistida. Sin embargo, en la reforma posterior al texto, que fue aprobada por el Senado, se establece que se es persona sólo a partir de la concepción, lo que afectaría modalidades como la fertilización asistida y la subrogación de vientre.

De esta manera, Molinos de Viento surgió también, en parte, como una forma de concientizar sobre los riesgos de esta reforma en particular, y poner en discusión la importancia de los distintos métodos de asistencia reproductiva para quienes desean ser padres y no pueden hacerlo de forma natural. Al respecto, Fernández sostiene: “El artículo 19 del Código Civil era muy importante, significaba un aporte para concientizar a la gente y una necesidad. Por presiones de distintos sectores, se reformó y ahora se establece que se es persona a partir de la fecundación y eso genera un problema porque de esta forma la ley de fertilización asistida quedaría nula. Esperemos que pueda volver a modificarse”.

Las repercusiones de la propuesta literaria generaron una demanda cada vez mayor, sobre todo desde el área educativa. “Durante el lanzamiento, muchos maestros se acercaban a nuestro stand y nos decían que los libros les parecían buenísimos porque ellos están comenzando a ver familias homoparentales en las escuelas y no tienen material de lectura para abordar la temática. Nos contactaron después muchas maestras del interior, e incluso algunos ministerios de Educación de distintas zonas que están evaluando el material para ver si lo incluyen en la currícula. Es mucho el interés desde lo educativo, porque hay muy poco material de este tipo.”

Sin dudas, la experiencia entusiasma y genera expectativas de replicarse y ser un puente para la inclusión y la reflexión. Con el objetivo ambicioso de generar conciencia y derribar prejuicios, Molinos de Viento convoca a lectores de todas las edades, sexualidades y gustos literarios, pero busca ser ante todo, como afirma Klein, un aporte cultural que acompañe y refleje una realidad: “Nos importa que las familias homoparentales tengan material de referencia para sus hijos, y que éstos entiendan que su realidad existe y que ellos son parte de la diversidad”.

Informe: Candela Gomes Diez.