CHICOS › MARIANA IRANZI BRINDARá HOY UN CONCIERTO INTERACTIVO
› Por María Luz Carmona
Cuando Mariana Iranzi era chica, su bisabuelo, el gran compositor y violinista de tango Julio De Caro le regaló un piano. Ella empezó a experimentar con ese instrumento, pero con el paso del tiempo se sintió más atraída por el bajo y la batería. Así vivió su infancia, con una gran presencia musical. Recuerda que las canciones que sonaban en su casa eran las de María Elena Walsh y las de Pro Música de Rosario, entre otras. Cuando creció un poco más decidió que seguiría ese mismo camino. Entonces estudió en el Instituto Tecnológico de Música Contemporánea (ITMC) y luego viajó a Estados Unidos, con la ayuda de sus tíos, para continuar su formación en la escuela de música Berklee. Iranzi lleva editados dos discos para chicos en donde utiliza el inglés y el castellano, en una búsqueda constante de juego, conexión e interacción con los niños. Recién llegada de Nueva York, donde vive desde 2002, presentará un concierto interactivo hoy a las 18.30 en La Nube (Jorge Newbery 3537). La acompañarán en el escenario Majo Vidal en coros, Alejandro Chiabrando en saxofón, Fernando Siverino en armónica y Javo Canolik en batería.
Sus discos Aventura Collage (2008) y Hola Hello (2013), con letras y músicas de su autoría, están dedicados especialmente a los más chicos con una intención recreativa y educativa. Las canciones recorren distintos ritmos como el rock, el reggae y el blues. A través de un lenguaje fresco, amigable y sencillo la guitarrista propone juegos de movimiento, invita al baile y cuenta historias cotidianas en donde aparecen los medios de transporte, los animales y la naturaleza. La música de Iranzi es, en cierta forma, una vuelta a su propia niñez, un recorrido por su historia personal, una conexión con su niña interior. Una de las canciones llamada “Barquito de papel”, del segundo disco, está dedicada a sus padres. “Es una canción que les escribí a mis viejos que fallecieron. Entonces tiene algo de mi infancia, es el tema más emocional del cd. Estos discos son una profunda expresión mía. Como mi vieja falleció cuando yo tenía diez años tengo una conexión súper especial con mi infancia”, cuenta la joven.
En los últimos años fue parte de varios proyectos musicales con los cuales grabó e hizo shows por toda la costa este de Estados Unidos, participó del Encuentro de la Canción Infantil Latinoamericana y del Caribe, en Colombia, y se dedicó a la enseñanza de la música infantil e instrumental. El año pasado fue el más movido de todos: publicó su segundo disco, salió de gira para darlo a conocer y fue mamá por primera vez. “Es muy intensa la maternidad, es un esfuerzo físico enorme, pero estoy feliz”, cuenta entusiasmada la bajista, mientras hamaca a su pequeña hija.
–¿Cómo llegó a hacer música para chicos?
–Siempre me gustó estar con chicos. Antes de tocar el bajo estudiaba Ciencias de la Educación. Disfruto mucho preparando las clases, me copa mucho todo eso. Y estando en Berklee hice muchas clases de performance y siempre estuve haciendo educación. Cuando terminé la escuela, me puse a trabajar en clases particulares y me traían muchos chicos con los que me llevaba muy bien. Tenía nenes de 3 años tomando clases de guitarra. Tengo mucha paciencia y me copa estar con ellos. Después me metí como asistente en unas clases que se hacen allá con las mamás, abuelas, niñeras y los chicos, donde se arma un círculo, se tocan instrumentos, hay mucha música y se hacen juegos de movimiento. De a poquito empecé a entrar en la onda. Además aproveché el tema de lo bilingüe. A los gringos les interesa mucho que sus hijos sean bilingües y el español lo estudian como segundo idioma. Entonces conjugué la música con el idioma. Y así empecé a hacer las canciones.
–¿Considera la música como una herramienta pedagógica valiosa?
–La música es súper importante en la educación y el crecimiento. Ayuda a los chicos en lo psicomotriz, la expresión, la comunicación, el desarrollo de los sentidos y el disfrute. Cuando estamos por empezar las clases de música, empiezo a afinar la guitarra o tocar un tambor y los chicos quieren tocar las instrumentos, es una reacción natural. La conexión con la música es algo natural del ser humano, que no tiene mucha explicación pero hay una conexión muy profunda. Los chicos tienen un vínculo espontáneo con la música.
* Iranzi también dará conciertos el 21 de febrero en Casa Freire; el 7 de marzo vuelve a La Nube y el 14 de marzo en el Teatro Pichincha, de Rosario.
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