Y la radio tuvo una nueva celebración: al cierre de esta edición, el Estudio 1 de la Televisión Pública era escenario de la undécima edición de los Premios Eter, en la que más de diez mil oyentes y los 210 trabajadores que conforman el Gran Jurado eligieron a sus favoritos entre 19 quinternas, además de diez premios especiales decididos por el Consejo. Fue una noche fluctuante, con discursos que aludieron específicamente al momento político que se vive en la Argentina con el cambio de rumbo en la Casa Rosada y el riesgo que corre en estos momentos la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, y otros que prefirieron centrarse en el difícil momento que vive Radio Rivadavia o en agradecimientos personales.

Como ya es costumbre, la fiesta de la radio comenzó con el tradicional discurso de apertura, a cargo de Eduardo Aliverti. Entre homenajes y recuerdos (“a los 80 años de radio El Mundo, los 30 años de la Rock&Pop, los 30 años del ciclo de Alejandro Dolina, los 30 años de Hipótesis por LT8 Radio Rosario, los 10 años de Radio UBA, y toda la fuerza para la recuperación de nuestro querido Tom Lupo”, dijo arrancando la primera ovación del auditorio), el periodista y locutor esbozó su habitual cuadro de situación del medio, que deja “más incógnitas que novedades”. “Existen situaciones de incertidumbre laboral como la que atraviesan los trabajadores de Radio Rivadavia, o movimientos empresariales que abren interrogantes sobre la estabilidad en otras emisoras. También está el temor por lo que vaya a ocurrir en los medios estatales, en los que dan cabida a posturas simpatizantes con el gobierno que se fue, y en emisoras comunitarias, frente a la probabilidad de que una visión falsamente aséptica vuelva a desequilibrar la balanza, con unos medios privados capaces de sostenerse por los aportes publicitarios que están en armonía con su línea ideológica y otros que sin el Estado concurriendo a su sostén básico corren serio riesgo. ¿Qué democracia mediática sería la de asegurarse las emisoras de mayor penetración con el respaldo de sus socios políticocomerciales, y dejar para las demás que el zorro cuide al gallinero?”, se preguntó Aliverti.

El columnista de Página/12 cerró su discurso con una referencia directa: “Que quede claro nuestro repudio más enérgico a las declaraciones de Oscar Aguad, que no haya dudas acerca de lo que intentarán para restringir a voces discordantes, que las condiciones de libertad sean parejas y que la Radio, el negocio más chico y por eso el más libre, siga siendo ese lugar esencial en que habremos de reconocernos como tales, como libres, y que sigan habiendo estos Premios que la reconocen”. Tras un cerrado aplauso, llegó el momento del desfile por el escenario. Entre los reconocimientos otorgados por el Consejo de asesores, que en esta edición se amplió en cantidad de miembros, se destacaron las menciones al periodista deportivo Hernán Ramazotti y al operador Charly Cacaviello, quienes fueron reconocidos por sus logradas trayectorias. El humorista Migue Granado fue galardonado como la “revelación” radiofónica del año, acompañando a Elizabeth Vernaci. El trabajo en la edición de “Daniel “Toto” Berlingeri, la coordinación artística en La 100 de Natalia Carcavallo, la capacidad técnica de Pepe Luis, o el trabajo de divulgador de tango de Gabriel Soria por su ciclo en la 2x4, fueron algunos de trabajadores del medio que también tuvieron su reconocimiento. El programa El holograma y la anchoa, que el humorista Rep hace en las medianoches de AM 750, los podcasts y la emisora MU de la Cooperativa La Vaca, y el servicio de “radioteca” de Radio Cut, fueron otras iniciativas que resultaron distinguidas.

Como el año pasado, en esta edición no hubo una pareja conductora sino seis, una para cada bloque: Federica Pais y Eduardo Colombo; Ronnie Arias y Gisela Busaniche; Valeria Weise y “El Tucu”; Pablo Bricker y Marcela Oviedo Monserrat; Eduardo Caimi y Fabiana García, y Martín Canay y Yamila Segovia, con el locutor Daniel López como maestro de ceremonias. El discurso inaugural llevó a que los primeros premios (al operador Hernán Avella, el humorista Damián “El Arabe” Ramil, Rep y su editor Gustavo Eimon) mantuvieran la tónica y se hicieran menciones específicas a la necesidad de mantener la libertad de expresión de los últimos años. Pero recién un par de bloques más tarde, cuando se distinguió a Cheque en blanco como programa de fin de semana AM/FM, su conductor Alfredo Zaiat volvió a elevar la temperatura del auditorio.

“Estamos festejando la radio pero no podemos ser distraídos con lo que esta pasando”, señaló el editor de Economía de este diario. “Para no abundar, suscribo cien por ciento lo que dijo Eduardo Aliverti: es importante que nosotros, como trabajadores de radio y de prensa, tomemos conciencia de lo que está pasando. Hay un autoritarismo que se esta expresando hoy. El violento dice que el violentado es el que agrede. Nos dijeron en los últimos años que la libertad de expresión no estaba en riesgo y ahora sí lo está. Tenemos que saber que somos un colectivo y tenemos que defender a todos, a los que piensan como nosotros y a los que no.” Más adelante, al recibir su premio como columnista de Economía, Zaiat se refirió a “la fenomenal transferencia de ingresos” que supone la baja de las retenciones y la megadevaluación que el gobierno de Macri tiene en carpeta.

La última estatuilla en forma de micrófono de la noche, al cabo, trajo un discurso esperado: premiado como conductor AM/FM, Víctor Hugo Morales tomó el escenario y afirmó que “participo de los Eter sin la mínima vocación de victoria sino porque es la manera de participar de la familia más querida fuera de la propia que es la radio”. El conductor y periodistra agradeció que “algunos discursos anteriores me permiten no abundar sobre temas que nos preocupan”, y señaló que “mi decisión de seguir teniendo un programa de radio en 2016 es porque el más extraordinario premio es levantarme y poder decir estas cosas en un micrófono, hablar de la fenomenal transferencia de recursos a la que aludió Zaiat pero que ahora se hará ‘con alegría’, o que al Afsca y su pretensión de hacer cumplir la Ley de Servicios de Comunicación los allana Clarín... nos queda tener una visión irónica de esta realidad, hasta con humor, y pensar que para los que queden habrá libertad de expresión. Lo que tenemos que determinar es cuáles quedan, porque parece que están haciendo tabla rasa”. Tras referirse al expeditivo trámite de designar jueces de la Corte por vía del decreto, Víctor Hugo cerró en medio de una ovación: “Nos necesitamos libres y fuertes, para ser la voz de los que no tienen voz”.

Las últimas palabras de la noche, a cargo del mismo Aliverti, dejarton claro el espíritu de la noche: “No sabemos si aquí o dónde, pero el año que viene vamos a seguir. Tengan la plena seguridad de eso”.