DANZA › DOS CORDOBESES GANARON LA FINAL DEL MUNDIAL DE TANGO EN LA CATEGORIA PISTA
Clarisa Aragón y Jonathan Saavedra se lucieron en la categoría con recursos más tradicionales. El encuentro en el Luna Park dio cabida a una sonora protesta por las clausuras de milongas.
› Por Karina Micheletto
El Mundial de Tango ya tiene sus campeones 2015 en la categoría de pista, ésa en la que los milongueros se baten usando las armas más tradicionales, pegados al piso, sin los despliegues aéreos del tango de escenario. Los nuevos campeones son dos jóvenes cordobeses, Clarisa Aragón y Jonathan Saavedra. El evento en el que se dirimió esta final reunió el miércoles en el Luna Park a 41 parejas finalistas, provenientes de toda la Argentina y del mundo –incluidos lugares tan lejanos como Rusia e Indonesia, de donde son oriundos otros ganadores– y a una fervorosa hinchada milonguera que siguió las rondas consagratorias como un campeonato de fútbol. Fueron estos milongueros del público los que, en un momento de la noche, hicieron sentir a los organizadores su reclamo por las milongas que el Gobierno de la Ciudad está clausurando en Buenos Aires, al tiempo que encara un evento como éste. Al cierre de esta edición se dirimía, también en el Palacio de los Deportes, la final de Tango Escenario, ésta sí, a puro revoleo y acrobacia por el aire.
Los tres primeros puestos del campeonato mundial de baile de tango en pista fueron este año para argentinos: tras los cordobeses se ubicaron los porteños Cristian Palomo y Melisa Sacchi, quienes habían llegado a esta final tras ganar, en una instancia anterior, la sección Milongueros del mundo, del Campeonato de Baile de la Ciudad. El tercer puesto fue también para bailarines locales: la pareja formada por Germán Ballejo y Magdalena Gutiérrez. Para el cuarto y quinto lugar aparecieron los destacados extranjeros, Maksim Gerasimov y María Marinova, de Rusia, y los indonesios Matthew Poluan Ferrol y Rambe Muliany.
Es en el abrazo, el porte y el paso, las sutilezas en los giros y ganchos, el desplazamiento en la pista –en rondas que se forman siempre en el sentido opuesto a las agujas del reloj– que se lucen los bailarines de esta categoría. “Te aconsejo que me olvides”, por la orquesta de Ricardo Tanturi, Pugliese en “La Tupungatina”, y por supuesto Di Sarli, fueron pasando entre los tres temas por ronda que sonaron en grabaciones que los bailarines no conocían previamente, en las cuatro rondas en las que se batieron las parejas. Así fueron mostrando lo suyo las 41 parejas, con la carga de sueños y de nervios que era fácil imaginar; 25 de ellas de la Argentina, 5 rusas y 3 de Colombia y otras de Corea del Sur, Indonesia, Singapur, Italia, Venezuela, Grecia y Japón.
Para el momento de música en vivo, mientras el jurado decidía, estaba anunciado Jairo, pero el cantante de Cruz del Eje no pudo presentarse debido a un problema personal. En el reemplazo se lucieron con una sólida orquesta Raúl Garello y Pablo Agri con una orquesta de cuerdas, acompañados por el joven cantor Jesús Hidalgo, todos aplaudidos con énfasis y de este modo guiados a un bis, con Pia- zzolla y “Libertango”.
El momento incómodo para los organizadores se vivió cuando Fernando Bravo –encargado de la conducción del evento al igual que en los últimos años– anunció la participación de una serie de parejas milongueras históricas que pasarían a bailar un tema, representando a las diversas milongas de Buenos Aires. Elsa y Julio Duplaá, Chiche y Marta, Eduardo “El Nene” Masci y Claudia Códega, Humberto “El Puchu” Pouchulú y Blanquita Viscochea, de brillantes 90 años, fueron algunas de las parejas que pasaron a lucirse en “La yumba”, todo un summum milonguero. Ocurrió que, cuando Bravo anunció el momento: “El tango pista tiene en la ciudad de Buenos Aires...” fue interrumpido por gritos de la tribuna: “¡Que no las cierren!”, un pedido que despertó aplausos. Es que las clausuras en la ciudad de Buenos Aires han afectado también al tango, atentando justamente contra esos espacios en los cuales se gesta durante todo el año. Al punto de que el mes pasado los organizadores de milongas convocaron a una marcha frente a la Jefatura de Gobierno porteña, después de una seguidilla de cierres que afectó a lugares como el salón Canning, en Palermo; la milonga Sin Rumbo, de Villa Urquiza; Sunderland, un club fundado en 1919 en el mismo barrio, y el CAFF –Club Atlético Fernández Fierro–, en el Abasto, entre muchos otros.
Superado el trance en un evento organizado por el Ministerio de Cultura porteño, todo siguió con el ritmo habitual –el del 2x4, en este caso–. Anoche, al cierre de esta edición, seguían bailando en el Luna Park los tangueros de escenario. Continuará, mientras en la ciudad haya gente que quiera seguir bailando tango. Aunque le falten espacios.
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