Justo después de que la ceremonia del Oscar, el domingo pasado, homenajeara al director y guionista John Hughes, uno de los integrantes de la generación de actores de principios de los ’80 apareció muerto, a los 38 años, en su casa de Los Angeles. Según los primeros reportes policiales, Corey Haim habría fallecido a causa de una sobredosis, aunque no se aclaró si de drogas ilegales o prescriptas. El intérprete canadiense se hizo célebre por películas como Mi familia o mi amante o Sin permiso para manejar, pero especialmente por Que no se entere mamá, donde compartió cartel con un joven Kiefer Sutherland como vampiro moderno.