Sáb 19.03.2011
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CULTURA › DESPUES DE ONCE AÑOS, VUELVEN LOS PREMIOS NACIONALES

Un estímulo destinado a la creación

La primera convocatoria de la Secretaría de Cultura de la Nación contempla en 2011 las disciplinas poesía, texto dramático, ensayo político y psicológico, folklore y tango. Los ganadores en cada rubro se conocerán antes de fin de año.

› Por Silvina Friera

Las cuentas pendientes –esos puntos de fuga del horizonte que siempre se desplazan hacia el infinito– son grietas por donde se filtra un profundo malestar que mezcla la desidia con el hartazgo. Una deuda que postergaba derechos comienza a saldarse. Los Premios Nacionales (PN), puntapié inicial para la configuración del canon en la literatura, la dramaturgia y la investigación, vuelven a la palestra de la agenda estatal. Después de once años de ausencia, la Secretaría de Cultura de la Nación relanza un estímulo fundamental destinado a autores y creadores de diversas disciplinas artísticas, que a lo largo del siglo XX contó con ganadores para alquilar balcones, como Baldomero Fernández Moreno, Leopoldo Marechal, Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo, David Viñas, Manuel Mujica Lainez, Isidoro Blaisten, Rodolfo Fogwill, Francisco Madariaga, Roberto “Tito” Cossa, Carlos Gorostiza, Mauricio Kartun y Juan Gelman, entre otros. En esta primera convocatoria –abierta hasta el próximo 17 de mayo– concursarán las obras publicadas, estrenadas, representadas o exhibidas en poesía, texto dramático, ensayo político y psicológico, folklore y tango, entre 2007 y 2010. Los jurados podrán elegir tres premios y tres menciones, en cada una de las disciplinas. El primer premio recibirá 50 mil pesos y una pensión vitalicia al momento de jubilarse, equivalente a cinco jubilaciones mínimas, lo que alcanzaría la suma de 6138,90 pesos. El segundo premio obtendrá 30 mil pesos y el tercero, 17 mil pesos.

Antes de fin de año se conocerán los ganadores en cada disciplina. Los premios de poesía serán elegidos por un jurado integrado por Daniel Freidemberg, Jorge Panesi, María del Carmen Colombo, Jorge Monteleone y Américo Cristófalo. En el rubro textos dramáticos, los encargados de la elección son Mauricio Kartun, Ricardo Monti, Alejandro Tantanián, Raúl Brambilla y Ricardo Bartís. Los premiados en ensayos políticos serán seleccionados por Horacio González, Oscar del Barco, León Rozitchner, Diego Tatián y Carlos Altamirano, mientras que para “ensayo psicológico”, el jurado lo componen Germán García, Ana María Fernández, Alicia Stolkiner, Alicia Azubel y Jorge Alemán. La responsabilidad de elegir los trabajos de tango y folklore será de Néstor Marconi, Juan “Tata” Cedrón, Manolo Juárez, Chango Farías Gómez y José Luis Castiñeira de Dios. “La relación entre el Estado, la cultura y los artistas nunca ha sido sencilla –dice Rodolfo Hamawi, director nacional de Industrias Culturales–. Es una relación que encuentra su mejor calidad cuando establece una sana tensión, estimulante y productiva, que siempre trata de escapar de sus dramáticos extremos: por un lado, la censura; del otro, el abandono. En nuestro país hemos conocido tristemente ambos extremos. Las dictaduras y la década del ’90 podrían ser paradigmas de estos extremos.” Hamawi no se olvida de subrayar que el mercado también ejerce la censura y el abandono para con el arte y la cultura, “a veces de modos alambicados y sutiles, otras veces de manera cruel y despiadada”.

Un poco de historia viene a cuento para repasar la importancia de los PN. Los festejos por el Centenario del país aún estaban frescos en la memoria cuando en 1913 se gestaron los PN, antes de que se institucionalizara la Secretaría de Cultura o Comisión Nacional de Cultura, como se la llamó a partir de 1935. En paralelo, también en 1913, Ricardo Rojas y Rafael Obligado inauguraron en la Facultad de Filosofía y Letras la cátedra de Literatura Argentina. Desde esta instancia académica elaboraron un plan de trabajo que apuntaba a la profesionalización del escritor. Hubo mucha tela para cortar durante el siglo XX. Los PN reconocieron la producción literaria, plástica, dramática, científica y musical. Pero este estímulo genuino para los artistas y hombres de ciencia –instancia, en muchos casos, de consagración– tejió una relación de la política con las artes y el pensamiento que no estuvo exenta de celebraciones y rechazos. En sus primeras ediciones obtuvieron el Premio Nacional de Literatura Arturo Capdevilla (1920, 1923 y 1931), Leopoldo Lugones (en 1926), el controvertido Gustavo Martínez Zuviría, más conocido como Hugo Wast (también en 1926 por su novela Desierto de piedra), Carlos Ibarguren (en 1930, por De nuestra tierra, Juan Manuel de Rosas) y Manuel Gálvez (en 1932, por El general Quiroga). En 1923, Ricardo Rojas recibió el Premio Nacional de Ensayo por una obra fundacional: La literatura argentina. Ensayo filosófico sobre la evolución de la cultura en el Plata.

El director nacional de Industrias Culturales plantea que la reanudación de los Premios Nacionales “nos habla de un Estado que reasume las tareas que le son propias”, como la de recuperar un espacio de reconocimiento para los autores y estimular la producción cultural. Según el cronograma previsto, las disciplinas –Literatura, Música, Artes Escénicas y Ensayo– variarán año tras año. Para el 2012 se premiará la producción 2008-2011 en literatura infantil, comedia musical, ensayo filosófico, ensayo pedagógico, jazz y música melódica. Recién en 2014 se volverá a premiar las convocadas este año: poesía, texto dramático, ensayo político, ensayo psicológico, folklore y tango. Hamawi conecta la decisión de volver a entregar los PN en “la misma línea de un gobierno que desde 2003 puso el esfuerzo por salir al cruce de la emergencia social, recuperó el sistema jubilatorio, actuó en la protección de la niñez, promovió la actualización educativa y tecnológica y desarrolló políticas basadas en el respeto por la diferencia y la pluralidad culturales”.

“No es un premio literario, aunque magnifique los hechos, la ocasión propicia de la poesía, porque ella se realiza a pura pérdida”, advierte el poeta y crítico Jorge Monteleone, integrante del jurado. “Pero así como los poetas no deben guardar obligación alguna con el Estado, ya que su trabajo se sitúa en el ejercicio de una política de la palabra, creo que el Estado democrático tiene una obligación con los poetas y los artistas sin pedir nada a cambio: aquello que los artistas ofrecen a una sociedad no se mide en términos de intercambio. Para decirlo con una palabra vieja, me honra colaborar y contribuir a esa obligación, que por supuesto no se cumple con un diploma ni una palmada. Lo celebro y lo agradezco al compartirlo en un jurado con cuatro personas que admiro. Y no es una mera cortesía”, aclara Monteleone. “De los premiados a lo largo de la historia, me gusta recordar al entrañable Baldomero Fernández Moreno. Todo lo que vivía lo transformaba en registro poético. Con un premio nacional compró su casa de Flores. Como era de prever escribió un libro llamado San José de Flores donde, décadas antes que César Aira, relató en sus poemas algunas peripecias vividas en el barrio: ‘Hoy he tomado un ómnibus cualquiera, /un trasto viejo entre burlón y serio/ este que por la calle Pedernera / hasta la puerta va del cementerio’.”

* Las bases se pueden consultar en www.premiosnacionales.gob.ar

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