Rompecortázar. Relatos para armar. El título de esta muestra cuidadosamente pensada y construida sobre cuentos de Julio Cortázar, y enfocada en el universo de la historieta, resulta representativa de cierta marca del escritor. Aquí –define Juan Sasturain, a cargo de los contenidos y la coordinación artística de la muestra–, no es un rompecabezas el que hay que armar, a partir de un sentido definido previamente, y por lo tanto plausible de ser recuperado, reconstruido. Es un Rompecortázar, cuyo sentido queda lanzado hacia ese lector cómplice que fue siempre una preocupación explícita del escritor. De eso se trata este homenaje en forma de historietas, con mucho más de literatura que de dato biográfico suelto –algo que se agradece especialmente en este tipo de recordatorios– que el Ministerio de Cultura de la Nación propone hasta el 21 de septiembre en el Palais de Glace (Posadas 1725), con entrada libre y gratuita.

Esta es quizás una de las maneras más originales en que está siendo recordado Cortázar, como parte de las actividades de celebración por los cien años de su nacimiento. Ayer, una recorrida para la prensa develó algunos detalles de la muestra recién inaugurada, con la conducción magistral de Sasturain, y junto a Miguel Rep, Lautaro Ortiz, Diego Agrimbau y Pablo Túnica, algunos de los guionistas e ilustradores que trabajaron en la muestra. Rodolfo Hamawi, director nacional de Industrias Culturales, definió el espíritu de la propuesta: “Quisimos homenajear a Cortázar a partir de algo que estamos convencidos de que le gustaba especialmente, que es el mundo de la historieta y de la imagen”, explicó.

La muestra se compone de ocho historietas inspiradas en cuentos del escritor. Entre los textos elegidos están “La noche boca arriba”, con guión y dibujos de Salvador Sanz; “Carta a una señorita en París”, con guión de Diego Agrimbau y dibujos de Lucas Varela; “Reunión”, de Enrique Breccia en guión y dibujos; “La señorita Cora” (guión de Lautaro Ortiz, dibujos de El Tomi), “La autopista al Sur” (guión de Pablo De Santis, dibujos de Ignacio Minaverry), “Omnibus” (guión de Esteban Podetti, dibujos de Diego Parés), “Axolotl” (guión de Jorge Zentner, dibujos de Pablo Túnica) y "La noche boca arriba", con guión de Carlos Sampayo y dibujos de Carlos Nine.

Todos partieron de Cortázar para, según marcó Sasturain, “hacer lo que se les cantó”. En el caso de “Carta a una señorita en París”, por ejemplo, el cuento esta vez aparece contado desde el punto de vista de los conejos, “lo que lo hace más tétrico todavía”, puntualizó su guionista.

Con diseño expositivo de Paola Pavanello, la muestra tiene propuestas como una serie de cubos giratorios para armar el Rompecortázar. Dos rincones especiales, montados a partir de bellas ediciones de la Editorial Libros del Zorro Rojo, definen un espacio de lectura para adultos y otro para chicos. “Como podría gustarle a Cortázar, bien podrían invertirse”, advierte Sasturain. Allí se lucen una edición de El perseguidor ilustrada por José Muñoz –en un espacio en el que suena de fondo, claro, Charlie Parker– y otra de “Discurso del oso”, uno de los cuentos de Historias de cronopios y de famas, con ilustraciones de Emilio Urberuaga. Está también el “Casa tomada” que Juan Fresán proyectó en dibujos de la planta de la casa en una edición de 1969. Y también, dispuesta circularmente, la biografía –el “hilo de vida”– de Cortázar en versión Rep.