CULTURA › CERRO EL TERCER FORO POR UNA NUEVA INDEPENDENCIA
La frase de Ricardo Forster fue una buena síntesis para los encuentros que se produjeron el jueves y el viernes en la Universidad Nacional de Córdoba, y que a través de varias mesas ante auditorios repletos dejaron mucha tela para cortar y palabras para analizar.
› Por Cristian Vitale
Desde Córdoba
Arranca Ricardo Forster con un guiño a la región. Nombra –y reivindica– a René Salamanca, a Atilio López, a Agustín Tosco. Y sus nombres repican cerca desde lejos. Vienen una y otra vez a visitar el presente. A recordar que algo de ellos hay, aún, flotando en el aire de una Universidad –o en una parte de ella– que los bancó fuerte y bien, en tiempo y forma. Lo dicen sus muros, implícita, indirectamente. O no. O tal vez no tanto. “Las paredes son nuestras”, reza, por caso, uno de los grafitti que recibe a propios y extraños, casi en la entrada de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Y el tour de sentido deviene en sintonía: “Patria o Buitres”, elección nodal; “De la Sota, ¿dónde está Yamila Cuello?”, recuerda otra colorida junta de aerosoles, sobre la joven de Coronel Olmedo desaparecida hace cinco años y medio, presuntamente a causa de una red de trata. “Todos con Cristina... democracia o partido judicial”, se lee también, en medio de los inmensos y añejos árboles que ofician de pulmones en varias de las mil ciento quince hectáreas que habitan la Ciudad Universitaria.
Que dan sombra al frente del pabellón República Bolivariana de Venezuela, puntualmente, donde, entre jueves y viernes, se llevó a cabo el capítulo Córdoba de los Foros por una Nueva Independencia. En el auditorio Hugo Chávez –más puntualmente–, donde la primera mesa panel (el jueves) reunió al politólogo y militante radical de los buenos (Leandro Santoro), al ministro de Educación de la Nación (Alberto Sileoni), al secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional (el mencionado Forster) y al decano de la facultad anfitriona Diego Tatián, para pensar, debatir y disertar sobre el recurrente ítem “La discusión de un nombre, el pensamiento nacional desde la diversidad de las tradiciones políticas”. “Yo hablaría hoy en términos de pensamiento plurinacional, porque estamos viviendo más que nunca la hora latinoamericana”, expresó Tatián y remarcó el terreno, ante una sala que desbordaba literalmente de gente.
“Tenemos la tarea de construir una fraternidad continental, con osadía. Lo digo porque hoy, en Argentina, conviven por fortuna peruanos, bolivianos, paraguayos y chilenos, y ellos nos han ayudado a ser un país más latinoamericano que antes. ‘Quien está aquí, es de aquí’, le contesta siempre la izquierda francesa a Le Pen y yo creo firmemente en esta frase, porque no se puede hablar de democracia en un solo país... la democracia real, hoy, tiene una dimensión continental, y por eso creo que podemos acuñar un pensamiento nacional como plurinacional, pero concreto, alejado del universalismo abstracto. Un pensamiento que sea diverso, hospitalario, creativo y con memoria”, expresó el decano y, dicho está, volvió a marcar la cancha. Provocó que Sileoni tomara el desafío y lo reorientara hacia su propia impronta, claro. “No puede haber un pensamiento nacional si no se mira a Latinoamérica. Si es nacional es americano; y si es americano y nacional, es plurinacional. Además, es cierto también que todo pensamiento tiene modulaciones que no son de estas orillas, pero lo que sirve es en cuánto contribuye ese pensamiento a la emancipación de los pueblos”, sostuvo el ministro de Educación, que se detuvo en el significado de esa palabra, que tituló el foro internacional realizado días atrás en el Cervantes.
“Tomo esa palabra, emancipación, porque quiere decir ‘dejar de ir de la mano de otros’, y sostengo que el pensamiento nacional es constructor de autoestima. Jauretche habla en la zoncera trece de que todo lo bueno pasa afuera, y esa zoncera es central. Me recuerda a esa publicidad de la dictadura que nos quería hacer creer que los argentinos no servíamos ni para hacer sillas, cuando hoy acabamos de mandar el Arsat I al espacio”, dijo Sileoni, ante mil aplausos. Forster, por su parte, dio cuenta del texto “Sarmiento y Cooke en la mirada de Nicolás Casullo” –lo tenía en carpeta desde el foro de Neuquén–, mientras que Santoro, muy aplaudido también, moldeó reflexiones en torno de un texto propio llamado “Las dudas de un militante popular”. “Siempre me preguntan ¿estás seguro que sos radical, pibe?”, destrabó entre risas el referente de la juventud alfonsinista, que despejó algunas dudas con un cuadro que explica, sencillo y bien, la reconfiguración de categorías políticas e ideológicas del presente en la Argentina.
“Hay dimensiones cruzadas en este sentido: hay un radicalismo de izquierda y uno de derecha, y también un peronismo de izquierda y otro de derecha... los dos primeros confluyen, y los otros dos también, claro, pero es la derecha la que termina aprovechando el enfrentamiento entre peronismo y radicalismo en el campo popular, y crea esa antinomia falsa entre populismo y República. La antinomia, por el contrario, es republicanismo popular versus republicanismo elitista”, desarrolló Santoro, en pleno trance de reactualización ideológica. La segunda y última mesa del jueves (“Educación, comunicación y nuevas tecnologías desde las perspectivas nacional y latinoamericana”) convocó al docente de la Universidad de San Martín, Fernando Peirone; al jefe de Gabinete del Ministerio de Educación de la Nación, Pablo Urquiza; a la doctora en Letras, Valeria Sardi, y al rector de la universidad anfitriona, Francisco Tamarit, quien, mirando hacia dentro, pidió que la comunidad universitaria cordobesa se involucre más en el sistema educativo visto como un todo. “Nos cuesta admitir que somos trabajadores de la educación, involucrarnos en el todo de un sistema que nos posibilitó sentirnos parte de un modelo de país”, manifestó el físico, antes del final de la jornada del jueves.
Viernes: mientras, monitor gigante mediante, se mezclan y ensamblan intervenciones pasadas de Aldo Ferrer, Leopoldo Moreau, Eduardo Gruner, Horacio González, Agustín Rossi, Teresa Parodi y León Gieco, entre otros, en los capítulos anteriores (Chaco y Neuquén), la segunda jornada expone en vivo tres mesas. La primera, una interesante ronda filosófica (nacional, latinoamericana y popular, desde ya) entre los expertos en la materia Dante Palma, Armando Chiappe, Sebastián Torres y Darío Sztanjnszrajber “¿Existe una filosofía argentina y latinoamericana? ¿Desde dónde hablamos?”, se preguntó Palma, habitual columnista del programa 6 7 8, y se expidió por la positiva: “Hoy podemos dejar de filosofar desde la resistencia y pensar en términos propositivos. En la esfera política, la región está en un momento en el cual puede proponer... incluso Europa está mirando hacia acá”.
Sztanjnszrajber, en tanto, habló de un retorno de la política, cuya definición trató de distanciar de “lo político”. “La política es un conjunto de instituciones donde se desarrolla la acción política y ‘lo político’, la fuerza de transformación del ser humano. Y yo pregunto: ¿La política expresa cabalmente lo político? ¿O, a la inversa, lo que hace la política es burocratizar y traicionar a lo político?”, problematizó el conductor e ideólogo del programa Mentira la verdad, que se emite por el Canal Encuentro. Chiappe, por su parte, tomó el desafío y sintonizó fino en ambos campos: “Lo político no puede ser reducido ni a la teoría ni a la técnica, siempre excede a la acción, es una desmesura de la praxis... una filosofía que no está centrada en una visión teorética de formas puras no quiere verse perturbada ni influida por su contexto y pone su mirada en la eternidad, en la descripción objetivante, y esta forma teorética de entender lo político es inadecuada porque acoge de manera inadecuada lo fundamental de la vida humana, que es su historicidad y su facticidad. Por eso, necesitamos una filosofía que piense la desmesura del movimiento, de lo cambiante, de la praxis; la desmesura de lo político, que no puede ser apresado en redes”.
La segunda mesa propuso una plural juntada de miradas con el foco en las tradiciones culturales argentinas en las que, además de la escritora Graciela Bialet, la actriz trans Camila Villalda y el escritor Sergio Olguín (quien resaltó la tarea de defender la lengua argentina en cada lar del mundo que se esté), expuso el actor de pasado, presente y futuro peronista: Osvaldo Santoro. “Este gobierno ha logrado que los entornos olvidados postergados de muchas gentes en este país reaparezcan, y eso va allanando caminos hacia la total inclusión”, expresó el hombre que también es concejal por el Frente para la Victoria en el partido de Tres de Febrero. La tercera mesa del día –y quinta del foro total– convocó con la seguridad y los derechos humanos como ítems. Hacia el crepúsculo del viernes, el abogado Félix Crous reflexionó sobre posibles políticas de Estado al respecto. “Los que tenemos una visión polisémica del Estado tenemos el desafío de plantearnos la idea de formar parte de él, de gestionar en él y dejar de ser anarquistas con prepaga o liberales pobres”, sostuvo Crous ante un público asertivo, y luego tomó la matriz “monopolio del uso legítimo de la violencia”, para dotarla de un sentido posible, y fundamentar su posición: “Nos tenemos que hacer cargo de gestionar la violencia del Estado, que es la no violencia, en cierto sentido, porque si no lo hace el Estado gangsteril... del que forman parte, parte del Poder Judicial y el policial. Tenemos que hacer una profunda profilaxis de prejuicios, que nos deje el campo abierto para un ejercicio inteligente de la violencia estatal”, propuso Crous, que compartió mesa con el profesor de Derecho Penal de la UNC, Gabriel Barberá; el sociólogo Alberto Calabrese, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, y el periodista Ricardo Ragendorfer.
“En la Argentina, hoy, la tasa de homicidios es de 5,6 personas cada cien mil, y de ese cinco por ciento, el setenta por ciento es fruto de la violencia intrafamiliar o intravecinal, Y esto es lo atroz, porque son personas que supuestamente formaban parte de ‘lo sano’, de la sociedad. Quisiera recordar, también, que la prensa no tiene un rol menor en este estado de cosas”, destacó Ragendorfer, poco antes de que el decano Tatián; Ricardo Forster, el director nacional de Pensamiento Argentino y Latinoamericano, Matías Bruera; y el director de Asuntos Académicos y Políticas Regionales, Francisco Romero –que dio cuenta del veredicto del trabajo en comisiones– clausuraran el foro. “Nos merecíamos debatir con libertad y con pasión política valores y convicciones para discutir lo que pensamos del país y lo que queremos defender: la pluralidad, la emancipación y la libertad... Pensamos que la cultura es la conjunción de los sueños de libertad, la memoria colectiva, el arte y el mundo de las ideas. Defendemos esa idea de cultura inclusiva”, englobó Forster para ponerle el moño al tercer capítulo de los foros por una nueva independencia, cuyo devenir espera paradas en Buenos Aires y San Miguel de Tucumán. Y cuyo paso por Córdoba hizo hablar más paredes que ya estaban hablando. “Nosotros tenemos la alegre rebeldía”, decía, jauretcheana, otra de ellas.
Y vino muy al caso.
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