CULTURA › DADY BRIEVA, ENTRE LA ACTUACIóN Y EL COMPROMISO POLíTICO
El actor integra el colectivo Artistas por la libertad y en los últimos meses se viralizaron videos en los que parodia al actual gobierno. El ex Midachi habla de su identidad peronista y de su posición frente al macrismo: “Somos distintos, tenemos dos maneras de sentir el país”.
A los 59 años, Rubén “Dady” Brieva excede largamente su condición de eterno “Midachi”, categoría que lo representa más allá de que el grupo cómico esté o no en actividad. En los últimos años su nombre estuvo ligado a la coyuntura política, por su adhesión al kirchnerismo. El “Cambio” lo depositó, tras las primeras medidas de gobierno, en la oposición. Pero, como él mismo insiste en aclarar, no se trata de una cuestión actual: “siempre he sido peronista, desde los 16 años cuando estaba en la secundaria”. Reconoce no obstante que la coyuntura de estos días ha vuelto su costado militante más visible. “Constantemente me involucro, participo, pero no lucho por algo que me afecta a mí, porque soy un tipo que vive bien. Me comprometo por la causa, por conseguir algo mejor”. Parte de ese compromiso lo llevó a integrar Artistas por la libertad, un colectivo de actores, músicos, y funcionarios, que surgió por iniciativa de Gabriela Cerruti, Axel Kicillof y Mariano Recalde, hacia fines del año pasado (ver aparte). Un grupo compuesto por más de 100 artistas que se unieron por sus convicciones políticas afines al kirchnerismo, y con el objetivo de protestar por las distintas medidas adoptadas por el gobierno de Mauricio Macri. Y fueron cobrando visibilidad con “La plaza de los artistas”, la campaña “No volvamos al fondo” y con los últimos videos que parodian la gestión actual y tienen a Dady Brieva como protagonista.
Mientras se prepara para encarar una nueva gira con Dadyman, recuerdos de barrio, espectáculo con el que recorre todo el país, Dady recibe a Página/12 en su casa y cuenta cómo vive la militancia, cómo se unió a “Artistas por la Libertad” y cómo ve la situación del país en esta nueva etapa.
–¿Qué fue lo que los motivó a juntarse y organizarse para dar vida a “Artistas por la Libertad”?
–Todo comenzó en enero cuando a la gente la echaban de los lugares con los listados y no había ni un dirigente. Entonces, ahí empezamos a estar nosotros, para ver qué hacíamos. Uno fue llamando a otro hasta que surgió. Están todos: Víctor Heredia, Rita Cortese, Mercedes Morán, Teresa Parodi, los más populares, los menos populares y los más under. Todos. Artistas ha hecho que me junte con personas con las que nunca antes me podría haber juntado, como por ejemplo Liliana Herrera y Horacio González. La ideología unió lo que antes no hubiese sido posible. Las divinas y las populares, una cosa así (risas).
–¿Y por qué reclamar por la libertad? ¿Sienten que es un derecho que está vedado o coartado en este período para quienes se identificaron con el Kirchnerismo?
–Capaz algunos lo sienten así. En mi caso, no siento que se me haya cerrado algo y si se me cerró jamás lo voy a denunciar porque me parece que son las generales de la ley, porque cuando yo vuelva Darío Lopérfido (ministro de Cultura de la ciudad) no va a trabajar en mi espacio. Entonces no me puedo quejar si yo no trabajo en el espacio de ellos. Me parece que es lo normal, y esperaba una cosa así. Tengo 59 años y ya viví dos o tres épocas de estas, de crisis económicas y persecuciones y la verdad que no me asustan. Son esos tiempos en los que uno resiste.
–¿Cómo se organizan?
–Tenemos un grupo de Whatsapp en el que estamos todos, somos más de 100. Estamos en contacto todo el día, todos los días y por distintas actividades. En este tiempo estuvimos haciendo varias movidas: empezó con la plaza, que tuvo una visibilidad importante y después distintas cosas que se van haciendo inclusive de a uno. Por ejemplo, Víctor (Heredia) con las Madres. Yo estuve para la Semana Internacional del Detenido Desaparecido con Taty Almeida en la UMET, donde se hizo un acto importante en el que participaron Abuelas, las Madres, y también estuvieron Rita (Cortese) y Alejandro Awada. Y así, constantemente estamos participando en distintas actividades. Y lo último son los videítos. A la presidenta le gustan los videítos (se ríe).
–Videos en los que se hace una parodia del gobierno de Mauricio Macri, con la censura a militantes kirchneristas y la imposición de alegría a los ciudadanos. ¿Cómo surgieron?
–Los videos son parte de lo que vamos haciendo. Estamos constantemente pensando cómo nos visibilizamos, cómo participamos, cómo protagonizamos esta resistencia. Próximamente sale otra tandita que va a dar de que hablar.
–¿Qué lo llevó a involucrarse tanto en política y en particular con el proyecto kirchnerista?
–Justamente el otro día, cuando fui a Canal 13, unas periodistas me preguntaron desde cuando soy militante, a lo que le contesté que desde los 16 años, cuando estaba en la secundaria. Quizás se hace más visible ahora. Y me gusta esta etapa, porque en los tres años anteriores podían decir que me hice rico con el kirchnerismo, cosa que lógicamente no es cierto porque ya estaba muy bien (económicamente) cuando Néstor recién era gobernador. Ahora no tienen nada que decir porque le pongo el cuerpo el doble, de encaprichado. Por ahí a los de Cambiemos les cuesta entender lo que es la militancia y esta cosa fanática que tenemos. Pero no lo entienden porque ellos no son así, como no lo entenderían los suecos tampoco. Son cosas que no se pueden explicar. Hay un momento donde mueren las palabras. Hay fenómenos populares que vienen de las tripas, como las ganas de cagar, las ganas de coger, que son instintivas y pasionales.
–Y con el kirchnerismo particularmente…
–Por la contra que le hizo la oposición. Pensé, si estos están tan rabiosos quiere decir que estamos haciendo bien las cosas. Y me dije: quiero ser parte de este equipo que despierta esas cosas en el enemigo. Nos tienen miedo, nos tienen bronca, nos quieren aniquilar. Los kirchneristas despertaron ese odio en los demás de querer que vuelva el cáncer, contra la yegua esa que la juntó con pala y no dejó nada (se ríe). Y me gustó la idea de formar parte de un equipo al que la contra le tiene respeto.
–¿Desde Artistas siguen teniendo contacto con Cristina?
–No soy de los artistas que necesita que Cristina lo llame. La militancia la concibo como el amor, si sos correspondido o no, es un problema del otro. Estoy enamorado, ¿me entendés? Es como cuando alguien no te llama para el cumpleaños, o si no te hacen un lindo regalo, alguien diría ¡eh hija de puta yo te mandé flores!, pero yo te mandé flores porque te amo y porque me hace feliz mandarte flores. No es que te di dos y me tenés que devolver dos. Eso es la militancia. Así que si Cristina me llama o no, si se comunica o no, es indistinto, que ella haga lo que tenga que hacer y que construya. Y ojalá que si no la tenemos con los cortos en la cancha de fútbol, por lo menos la tengamos dirigiendo de afuera.
–En ocasión de la presentación del libro Macri lo hizo, usted hizo una analogía del actual presidente con el tío borracho de las fiestas, como aquel que se manda una tras otra y la siguiente es peor que la anterior. ¿Eso significa que ya no le sorprende nada de este gobierno?
–Exactamente ese fue el sentido del ejemplo. Es la secuencia del tío borracho que va al casamiento: son las seis de la tarde y no se quiere poner la corbata, a la una de la mañana le tocó el culo a la abuela, después metió la cabeza adentro de la jarra del clericó y salpicó a todos. Es una sucesión de cosas que cuando me dijeron que el tío borracho iba a ir a la fiesta yo ya sabía que iban a pasar, por eso no me sorprenden. Pero, no es una cuestión personal contra Macri, es todo ideológico. Si Macri mañana hace de este país Finlandia yo voy a seguir siendo peronista.
–Entonces cuando Mauricio Macri ganó las elecciones, ¿usted ya imaginaba que se venían tarifazos, despidos, devaluación y demás?
–Sí, de hecho lo anunciaron. Es decir, no me imaginaba que si se hacía un gabinete en el que por ejemplo ponían a Juan José Aranguren como ministro de Energía, que antes era de Shell, íbamos a tener una política petrolera como la que soñó el general Perón. Me parece totalmente lógico lo que pasa en la AFA, lo que pasa con las tarifas, a él (Macri) no le cierran los números y es fácil, no es que se pregunta cómo hacer para que comamos todos lo que vivimos en esta casa y nadie quede afuera. Eso lo hacemos nosotros y vemos y te acomodamos. Pero ellos no, ellos dicen cuánto hay, hay comida para 5 y ¿cuántos sobran, 10?, bueno esos 10 afuera. Todo lo que hacen es lo que se hace cuando asume este tipo de gobierno.
–Los aumentos en los servicios afectaron gravemente a los teatros y centros culturares, e incluso muchos de ellos corren peligro de cierre por no poder solventar los gastos. ¿Qué opina al respecto?
–Con Midachi hemos tenido la entrada a 50 dólares y en otra ocasión a 0,80 centavos de dólar con el Plan Primavera de Alfonsín. Hacíamos una bolsa de plata que servía solo para comprar dos licuadoras. Y había que bancársela. Lo mismo que ahora, hay que aguantar. ¿Vamos a llevarle una carta a Rodríguez Larreta para que pronuncie algo? Se limpia el culo con esa carta. A comerla, a sostener. Obviamente que baja el teatro y baja todo. Y te tenés que ir acomodando, haces un 2 x 1. Acomodás tus productos al mercado.
–Su inclinación e identificación con el proyecto kirchnerista le ha valido muchas críticas de los “anti-K” ¿Alguna vez se podrá superar la grieta o son posiciones irreconciliables?
–Estamos en un período en donde la gente se pregunta por qué nos peleamos tanto y se lamenta. Y la verdad para mí no es así, considero que está bueno eso. Porque en realidad nunca nos peleamos porque nunca hablamos de lo que teníamos que hablar. El peronismo de los 90, hasta que llegó Néstor, era un peronismo al que, ¿quién podía tenerle miedo? Era un boxeador que tenía colesterol y ácido úrico, un ex campeón que ya no molestaba, que tenía Parkinson. Los Kirchneristas fueron los que empezaron a meterle pila y ahora se empezó a hablar de lo que no se ha hablado durante mucho tiempo, hoy se volvió a hablar de lo que somos. Somos distintos, tenemos dos maneras de ver el país, de sentirlo.
–En cuanto a posiciones divergentes, ¿cómo está hoy su relación con Miguel Del Sel, su ex compañero de Midachi, luego de aquel cruce que tuvieron cuando apareció lo de los Panama Papers?
–Miguel Del Sel es mi hermano. Las diferencias que tengo con él son las que tuve siempre. Él es de Unión, yo soy de Colón; yo soy peronista, él no. Pero más allá de eso, Miguel es un tipo al que quiero y admiro mucho. Es una persona muy honesta, y creo que el PRO debería haberlo considerado mucho más de lo que lo consideró. Por eso, cuando le pregunté a Rodríguez Larreta, en el almuerzo de Mirtha Legrand, qué hay en Panamá, por qué lo mandaron a Miguel ahí, fue porque sinceramente pensé que después de todo lo que les dio, que casi les hace ganar una provincia, le iban a dar algo más importante y no que lo iban a mandar al culo del mundo. Tiempo después se dio a conocer lo de las cuentas off shore y se desbordó todo. Pero sé que Miguel no tiene nada que ver, él es un tipo totalmente honesto. Yo soy Al Capone al lado de Miguel (risas).
* Entrevista: Florencia Coronel.
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