En medio de una (otra) polémica, quedó inaugurada ayer la nueva sala itinerante del Teatro San Martín, denominada Alfredo Alcón en homenaje al gran actor argentino. La presentación iba a ser corta, aunque con la presencia de las máximas autoridades de la Ciudad –el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y su vice Diego Santilli– y del Complejo Teatral de Buenos Aires –su director Jorge Telerman y el ministro de Cultura Darío Lopérfido–; sin embargo, una (otra) acción de repudio contra este último hizo más larga la ceremonia y desvió la atención. Los funcionarios apenas explicaron las cuestiones básicas del nuevo espacio montado en Parque Patricios y se fueron rápidamente para evitar la situación. Rodríguez Larreta, de hecho, ni siquiera se quedó a responder las preguntas de la prensa, pese a que el repudio también se dirigió –y por primera vez de forma directa–hacia él y su gestión.

Armada en la gran plaza a la que bordean la avenida Caseros y la calle Monteagudo, la flamante sala –grande y muy bonita– surge en un momento especial del Teatro General San Martín, que se encuentra cerrado hasta marzo del año próximo por una “renovación total” (que supuestamente la gestión macrista está haciendo hace tres años, aunque las obras recién comenzaron en profundidad este verano). “Cuando el ministro (de Desarrollo Urbano y Transporte) Franco Moccia y yo le pedimos a Horacio cerrar el teatro para poder hacer bien la obra, nos dijo que sí, pero que nos preocupáramos por garantizar que la programación siguiera funcionando. Hace poco reabrimos el Teatro de la Ribera, tenemos programados el Regio y el Sarmiento, y ahora tenemos esto que se va a ir moviendo hasta que el San Martín se reabra”, comenzó a decir Lopérfido, a quien siguió Telerman, que calificó a la sala itinerante como “un sueño” y como una “experiencia inédita”, ya que se trata de la primera sala pública itinerante de la Ciudad de Buenos Aires.

Cuando el que quiso tomar la palabra fue Rodríguez Larreta, apenas pudo decir que su intención es que la sala siga girando una vez que el teatro de la calle Corrientes reabra, porque un grupo de trabajadores de la cultura se paró adelante de los funcionarios y puso en alto una serie de carteles con consignas que pedían la renuncia del ex funcionario de la Alianza. “Andate”, “Los derechos humanos son nuestra cultura”, “El silencio es complicidad” fueron algunas de las frases que se pudieron leer en los carteles. Los artistas, por su parte, tenían caretas con la cara del funcionario repudiado, que se quitaron una vez terminada la acción. A un costado, un grupo de actores que no había participado del repudio sin embargo se sumó con aplausos, aunque en general el ambiente fue tenso y con poca manifestación de los invitados presentes.

“Bueno, vamos a terminar acá. ¿Alguno quiere hacer alguna pregunta?”, apuró Larreta. Y le contestaron: “Sí, ¿cuándo renuncia Lopérfido?”. Seco, el jefe de Gobierno se rectificó “¿Alguien de la prensa quiere hacer una pregunta?” Pero antes de que pudieran responderle, ya estaba saliendo de la carpa junto con su equipo. El y Santilli no se detuvieron para la rueda de prensa. Lopérfido y Telerman, sí.

“No tengo nada para decir”, dijo el ministro cuando una periodista de Télam le preguntó por lo que acababa de pasar. “Esta semana denuncié un delito de defraudación y se creen que es contra los actores. No es contra ellos, es contra los políticos y productores corruptos. Los actores fueron parte de un engranaje corrupto pero no fueron beneficiarios, fueron víctimas. Pero hay un kirchnerismo residual que tiene comportamientos antidemocráticos y pide que yo deje de atacar. Yo no ataco, yo adoro a los actores. Es una pena que gente de buena fe defienda a los corruptos”, retrucó el funcionario, ligando el pedido de renuncia con sus declaraciones de esta semana.

Pero los artistas que se hicieron presentes no sólo reclamaron por eso, ya que vienen pidiendo su renuncia desde que el funcionario dijo que “en la Argentina no hubo 30 mil desparecidos” y que ése fue un número que se arregló en una mesa chica “para cobrar subsidios”. “Mientras Darío Lopérfido avance con este nivel de agresión, primero con los organismos de derechos humanos y su historia, y ahora también con los artistas, al asignarles un rol de ladrones solamente por haber trabajado bajo el estado nacional, nosotros vamos a seguir haciendo acciones para exigir su renuncia. Que el Ministro de Cultura haga un señalamiento con nombre y apellido es inaceptable”, dijo a Página/12 uno de los trabajadores de la cultura, que también cargó responsabilidades contra el jefe de Gobierno por mantenerlo en el cargo.

Cuando las breves ruedas de prensa terminaron, Lopérfido se fue y Telerman quedó sólo para descubrir la placa que lleva el nombre de Alcón. Antes de eso se proyectó un video con algunos momentos del actor, que hizo la última obra y función de su vida en el ahora cerrado Teatro San Martín. Desde mañana, la sala que lleva su nombre tendrá una variada programación. Se presentarán allí el Grupo de Titiriteros del teatro San Martín, el Ballet Contemporáneo y distintos números musicales (mañana la inauguración de la temporada será con un show de Los Amados, que hacen fusión de teatro, música y comicidad). Además, el sábado reestrenará allí ¡Jettatore!, la obra de Gregorio de Laferrère que dirige Mariana Chaud, y que se había estrenado en febrero en el Teatro Caminito, como parte de una coproducción del Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Proa. Se presentará también los viernes 8 y 9 de julio, los domingos 3, 10 y 17 de ese mes, y el sábado 16, siempre por la tarde.

Al finalizar el video, Jorge Vitti, quien fuera compañero de Alcón durante sus últimos años y que prestó varios de sus trajes para la sala, pidió a los artistas que habían hecho la acción que no se fueran. Dijo que él mismo había pedido, una semana atrás, que Lopérfido no estuviera en el acto, y que de lo contrario no querría estar presente. Finalmente estuvieron ambos (la presencia de Lopérfido estuvo en duda hasta horas antes del acto), pero el también artista se solidarizó con el reclamo y recordó que el propio Alcón acompañó varios de las políticas públicas del kirchnerismo, muy opuestas a las del macrismo, dejando claro la postura que el primer actor de la Argentina hubiera tomado con respecto a este crítico momento que atraviesa la vida cultural de la ciudad.