HISTORIETA › “ARGENTINA POTENCIA”, DE QUATTORDIO, EN LA FIERRO QUE SALE MAÑANA CON PáGINA/12
La historieta del marplatense plantea una ucronía en la que la Argentina peronista de 2013 tiene autos voladores y un superhéroe retirado, Nahuel, al que van a homenajear. En la revista también estarán Lucas Varela, Gustavo Sala, Lucas Nine y Pablo Túnica, entre otros.
› Por Andrés Valenzuela
Algunos teóricos de la historieta creen que el género de superhéroes sólo pudo desarrollarse en Estados Unidos, que es fruto de cierta idea de nación superpoderosa, que se cree con derecho a inmiscuirse en los asuntos del resto del mundo. Que es, al cabo, lo que hacen Superman, Iron Man y compañía, independientemente de la editorial que los publique. Es lo que explicaría que en la Unión Soviética el género también tuviera sus exponentes (menos conocidos en el resto del planeta) y que esos ejemplos ralearan en Francia, Italia, la Argentina y otros mercados comiqueros. Japón, se sabe, es un mundo aparte. Es difícil corroborar esa teoría, pero ayuda a pensar la aparición de “Argentina Potencia”, del marplatense Juan Carlos Qua-ttordio, en la revista Fierro de este mes, que llega mañana a todos los quioscos con Página/12.
“Argentina Potencia” se sitúa en una ucronía muy particular. Es una nación peronista. Y sí, podría argumentarse que gran parte del país de hoy también lo es y que el peronismo gobierna y domina, aunque en distintas facciones, también en las urnas. Pero la Argentina peronista 2013 de Quattordio tiene autos voladores, un superhéroe retirado al que a duras penas le entra su traje y al que van a homenajearlo en lo que parece ser un buen 17 de octubre. ¿Quién es Nahuel? ¿Qué le pasó y qué sucedió en el mundo para que la rambla marplatense tenga autos voladores? Para eso habrá que leer cada mes las páginas de Quattordio.
Este número intenso viene con el trabajo de dos Lucas. Uno, Varela, vuelve con “Paolo Pinoccio”, acaso su personaje más conocido. Varela lleva algo más de un año radicado en Francia y, a esta altura del partido, sus lectores argentinos ya empezaban a tener un síndrome de abstinencia importante. Acá el agrio muñeco de madera vuelve como asesor de Defensa, científico chiflado y delirio extremo: construye un robot para defender un reino. Un robot alimentado a ositos de peluche. Hay risa garantizada ahí, tanto como en la página (delirante, imprevisible, de otro planeta) que despliega Gustavo Sala y la que aprovecha Ariel López V. con su estilo habitual.
El otro Lucas es Nine, con “Borges, inspector de pollos”, cuya trama sórdida de corrupción poética se acerca a su clímax. Permítase el lector leer algunas palabras en tono de locutor televisivo de décadas ha: “¿Podrá el Inspector Borges resolver el secuestro de Xul Solar? ¿Podrá detener las maquinaciones de Oliverio Girondo? ¡No se pierda el próximo capítulo de...!”. Además de la lucidez plástica habitual, Nine –el joven– se despacha con fino sentido del humor y la ironía en la misma construcción de su relato. Otra historieta de este mes es “Rick City”, de Carlos Trillo y Félix Saborido. Esta también tiene citas culturales, pero están dedicadas al cine clásico de los ’50: Humphrey Bogart, Alfred Hitchcock y algunos actores de la época se combinan en varias secuencias oníricas, representando a sus personajes característicos.
Por otro lado, vuelve el virtuoso Pablo Túnica, con su extraña cohorte de marineros de río, en “Paraná”. Atención al dibujo, a lo exuberante de sus líneas y a su composición de colores. Y a prepararse, desde luego, para otra aventura exótica. Hablando de virtuosos, este mes termina “Edén Hotel”, la poderosa historia ambientada en el predio cordobés que guionó durante meses Diego Agrimbau y dibujó –maravillosamente– Gabriel Ippoliti, en una dupla que tiene ya destino de clásico en la historieta argentina. Lo difícil de la cuestión será ver quién ocupa su lugar en un mes, para paliar las ganas de los lectores de encontrarse con esa fuerza.
Hay dos historias más para repasar. Una, “Putrefacción”, tiene por personajes a huevos y verduras. Tremenda ensalada, podrá pensarse, pero aquí la cosa viene en tono de policial negro. Lo que ofrecen Damián Fraticelli y Ezequiel Couselo (nombres de autor que, además, le calzan muy bien a la historia) tiene algo de ominoso, de violencia (explícita a veces, contenida otras ocasiones e implícita en cada viñeta, siempre), de traición y de mentiras. Hay tormentas, hay asesinatos y hay moscas zumbando en cada paso mal dado. Elementos clásicos de la literatura noir, reimaginados con buen tino por los autores.
Y claro, no falta la breve historia en prosa de Pedro Lipcovich en su habitual sección “Muñecos grandes”. El cuento del mes se llama “Condimento” y transcurre en quince minutos de una clase de cocina. Siete párrafos y ese tiempo le bastan al también periodista de este diario para construir un mundo.
Palabras finales para el suplemento cómico Fierrito, que este mes se dedica a sí mismo a un clásico de la historieta argentina, el gran Dino Battaglia. A él refieren casi todos los grandes humoristas que vinieron después. Su capacidad para el delirio sano, la resolución impecable y las situaciones increíbles, con una mínima e indispensable pizca de maldad, aparecen en este suplemento especial. Aquí, el lector encontrará chistes sueltos (atención con el “Nos tientan...”), pero también varias páginas dedicadas al maravilloso “Don Pascual”, uno de los grandes clásicos de la historieta humorística nacional. Un lujo tenerlo en estas páginas.
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