Una vez al año, cientos de personas peregrinan a Rosario. No van por una virgen ni a ver un clásico en las tribunas. Sus santos tienen capa y sus profetas son hombres y mujeres que se aplican sobre una hoja en blanco. Es que una vez al año, la emblemática ciudad santafesina alberga el festival internacional de historietas Crack Bang Boom. Su quinta edición comienza hoy en el Centro de Expresiones Contemporáneas, y se extenderá hasta el domingo allí y en otras siete sedes. Quizás el término “peregrinación” suene exagerado, pero lo cierto es que en las redes sociales el viaje se viene organizando hace meses, con un entusiasmo que creció exponencialmente conforme pasaron los días. Además de los fanáticos y curiosos locales, la mayoría irán desde Buenos Aires, pero también arribarán micros desde el sur, el oeste, el centro y el norte argentino sin distinción. El año pasado la concurrencia fue de 12.000 visitantes y la organización confía en sobrepasar esa cifra.

Hay muchos motivos que sirven para explicar la importancia de Crack Bang Boom en el circuito comiquero nacional. Se podría analizar cómo ocupó un lugar vacante cuando apareció por primera vez, en 2010, y luego no hizo más que afianzarse. O señalar su formidable lista de invitados de cada año, que incluyó a leyendas como Jim Lee, editores de todos los sellos, y acercó a creadores de todo tipo. Se podría destacar el gran trabajo organizativo, que incluso sirve como modelo a otros festivales provinciales. Hasta se podría hablar de una cuota de suerte y “mística”: este año el pronóstico ni se molesta en anunciar lluvias que no ocurrirán, como los años anteriores. Mencionar cualquiera de esos motivos sería hacer honor a la verdad, pero lo cierto es que la devoción de los amantes del noveno arte por Crack Bang Boom se debe a algo muy sencillo: cumple lo que promete.

Y CBB promete un buen equilibrio entre el costado cultural y el comercial de la actividad. Permite empaparse de novedades locales, encontrarse con autores nacionales e internacionales, muestras de primer nivel, infraestructura adecuada y ganas de crecer y ofrecer siempre un poquito más. Así como los visitantes peregrinan a Rosario, las editoriales anuncian una batería de libros flamantes para la ocasión. Tantos que llevará sus buenos meses leerlos todos: se presentan 27 novedades de editoriales argentinas, más las de sus pares uruguayas y brasileñas. Quien más, quien menos, llevará ejemplares viejos para hacer firmar, libretitas para capturar bocetos y horas libres para repartir en la cantidad abrumadora de actividades repartidas en ocho sedes. Para organizar la visita es mejor ir directamente al perfil de Facebook: https://www.facebook.com/crackbang.boom, donde está el cronograma y otras informaciones útiles.

Uno de los puntos fuertes del festival radica en sus invitados internacionales. Esta ocasión destaca especialmente la presencia del polémico coeditor de DC Comics Dan DiDio, aunque no faltan otras figuras como el canadiense Yanick Paquette o el francés Loisel. Además, este año Crack Bang Boom homenajeará al veterano humorista gráfico Alfredo Grondona White. Entre los invitados nacionales figuran, entre muchos otros, Fernando Calvi, Javier Rovella y Pupi Herrera. Una novedad de este año será el “Artist Alley”, una suerte de pasillo inspirado en sus homólogos de las convenciones norteamericanas en el que invitados de ediciones anteriores del festival dibujarán y firmarán para los visitantes. Allí habrá sobre todo autores argentinos y brasileños.

El punto nodal del festival reside en el Centro de Expresiones Contemporáneas de Rosario, en la bajada de Sargento Cabral y el río Paraná. Allí está la muestra dedicada a los artistas invitados, se realizan la mayoría de las charlas y se encuentran todos los stands comerciales (más de medio centenar) del festival. El CEC está flanqueado por el Centro de la Juventud –con el espacio dedicado a los fanzines– y el Galpón 11, que tendrá las exposiciones dedicadas a Carlos Trillo y al ilustrador cordobés Alejandro Burdisio.

Además, esta edición reincorpora a los centros culturales Parque España (con las muestras Tebeos y Comics che passione!, de historieta española e italiana, respectivamente), y el Fontanarrosa (con la retrospectiva dedicada a Eduardo Risso y la consagrada a los 75 años de Batman y Superman). Además, incluye nuevamente el espacio de Plataforma Lavardén, con la valiosa muestra Historietas por la Identidad, y la Alianza Francesa de la ciudad, que albergará los 75 años del clásico galo Spirou. A ello conviene sumarle el Café de la Flor, donde el sábado se realizará la fiesta oficial del evento, con la presentación de dos bandas y un DJ.

Si el año pasado el país invitado fue Estados Unidos, en 2014 le tocará el turno a Francia. Por eso la Editorial Municipal de Rosario presentará la edición de Johnny Jungle, un libro de JC Deveney y Jérôme Jouvray, que también es fruto de la estrecha colaboración que Crack Bang Boom estableció con su par francés Lyon BD. Del destaque del productor europeo también surge la exposición dedicada al clásico infantil y juvenil de ese país, Spirou (del que en Argentina se publicó algo, hace algunas décadas, en la revista Billiken). Esa muestra irá acompañada por una biblioteca fugaz con clásicos de autores como Franquin, Hergé, Gotlib, Davodeau, Berbérian, Sfar, Tardi, de Crecy, Loisel (invitado al festival), Giraud/Moebius y otros.

Y si después de todo eso para el domingo aún quedan ganas de pensar en el siguiente encuentro, Crack Bang Boom hará un guiño a sus colegas festivaleros: durante la tarde del domingo los organizadores de Comicópolis anunciarán novedades de la edición 2014, que tendrá lugar en septiembre en Tecnópolis, con la presencia de sus organizadores.