Sáb 16.08.2014
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HISTORIETA  › ENTREVISTA A DAN DIDIO, COEDITOR EN JEFE DE DC COMICS, DURANTE CRACK BANG BOOM

“Debemos recapturar el entusiasmo”

Es quien pone la cara cada vez que los fanáticos de Batman, Superman o la Mujer Maravilla no están de acuerdo con las decisiones de la editorial. “Me preocuparía más si a nadie le importara, si nadie hablara de lo que hacemos”, afirma.

› Por Andrés Valenzuela

Pocos tipos deben comerse tantos insultos por cada decisión editorial que se toma como Dan DiDio. Coeditor en jefe de DC Comics, supervisa todo el universo superheroico del sello que cada mes publica a Batman, Superman, Wonder Woman y decenas de otros personajes. Claro que el fanático de los comics norteamericanos puede ser, por decirlo así, excepcionalmente vehemente con sus personajes favoritos. Y cuando una figura de la relevancia de DiDio sale a responder públicamente ante cada controversia, se hace cargo de la mayoría de los golpes que recibe la empresa (las más de las veces, merecidamente). El hombre es uno de los responsables detrás de los Nuevos 52, el “reinicio” que atravesó toda su línea superheroica hace cuatro años. Algo que cosechó elogios y críticas por igual, pero que, sobre todo, funcionó en las ventas, que le permitieron a la editorial recuperar algo del terreno perdido contra su rival Marvel Comics. En una pausa de la revisión de carpetas de aspirantes, DiDio recibe a Página/12 en el hotel rosarino donde se aloja, de visita para la convención Crack Bang Boom (hasta el domingo en el Centro de Expresiones Contemporáneas y aledaños). Durante un buen rato discutirá el rumbo de las historias que edita y ofrecerá su singular mirada sobre las polémicas de las que forma parte.

–A cuatro años del lanzamiento de los Nuevos 52, ¿cuál es el balance?

–Creo que empezamos realmente bien, con mucha fuerza, y que logramos lo que pretendíamos: traer nuevos lectores. Funcionó por unos dos años, pero luego nos dejamos estar un poco, volvimos a viejas costumbres y tratamos un poco a los personajes como si fueran los viejos, y no lo nuevo que queríamos mostrar. Pero también me parece que desde entonces revisamos nuestras prioridades e incorporamos gente con nueva energía.

–Entonces, ¿cuáles son los planes para el futuro?

–Debemos recapturar el entusiasmo y la esencia de un universo compartido. Mostrar cómo los personajes interactúan y tienen un efecto sobre los demás. Tenemos que profundizar en la rica historia del universo DC y ver cómo reintroducimos algunas de esas cosas en el nuevo universo ficcional que creamos. Pero prometo que no habrá más relanzamientos. ¡Se lo dejo a los que me reemplacen!

–O sea que los lectores deberán esperar más sagas con crossovers.

–Sí, pero también mucho material previo. Me gusta lo que prepara Grant Morrison en Multiversity, porque muestra todos los aspectos del universo DC y las distintas interpretaciones de los personajes.

–Un cambio importante en los Nuevos 52 fue el enfoque al negocio digital. Cuando a la primera edición de Crack Bang Boom vino su coeditor Jim Lee, le dijo a este diario que le preocupaba mucho la piratería. Esa no parece una inquietud actual en DC.

–Es que en 2010 nuestra única presencia online era a través de la piratería. Ahora sacamos nuestros comics al mismo tiempo en papel y en digital, y hacemos productos exclusivos. Ese es un modo de combatir la piratería, dejar que el producto esté cerca de la gente. La mayoría de las personas sólo quiere encontrarlo.

–Otro cambio reciente es la mudanza de la editorial hacia Los Angeles. ¿Cómo impactará en los comics?

–Naturalmente, hay cierta preocupación. Con esta clase de cambios siempre se pierden miembros claves del staff que no pueden o quieren seguir a la empresa. Pero confiamos en que la mudanza reforzará algunos aspectos de Warner Bros. (DC es parte de ella) y fortalecerá la presencia de nuestros personajes en la televisión, el cine y los videojuegos. Lo importante es que esos medios se alimenten del comic, y no al revés.

–Pero muchos temen que ahora DC sólo servirá para producir licencias.

–No debería ser el caso. Y estamos trabajando duro para que no lo sea. Protejo mucho la producción de comics. Siento que somos los creadores de todo lo que hacemos y que debemos estar orgullosos de ello. Por eso desafío a nuestros autores a pensar más y mejor.

–La cuestión de los derechos de autor también está en discusión. Le está pasando a Marvel con sus películas y le sucederá a DC cuando su línea audiovisual crezca, ¿o no?

–DC siempre estuvo a la vanguardia de los derechos de autor y estamos orgullosos de compensarlos adecuadamente. Una de nuestras líneas, Vértigo, fue vanguardia en lo que hace a publicar material dejando los derechos en manos de sus autores. Incluso argentinos como Eduardo Risso se beneficiaron con ello, como en 100 Balas.

–Usted suele estar en el centro de las controversias...

–¿Cuál de todas? ¡Elija alguna! (Se ríe.) Como editores, es nuestro trabajo hacer lugar para las mejores historias. Si a veces eso implica recibir toda la intensidad del fandom, que así sea. En lo personal, me enorgullezco de lo que hacemos y mientras los libros sean buenos, doy la bienvenida a todas las ideas. Muchos ven negativamente las polémicas y las protestas de los fanáticos, yo no. Si se enojan, es porque les interesan nuestros productos. Tenemos que trabajar para que se sientan parte de nuestro universo. Me preocuparía más si a nadie le importara, si nadie hablara de lo que hacemos. Tenemos que tenerlos enganchados.

–Muchas de esas controversias tuvieron que ver con el rol de la mujer. Tanto personajes como autoras. ¿No le preocupa que esas críticas sean recurrentes?

–No. Llevo doce años en DC y desde que entré, el número de autoras mujeres creció muchísimo. Si tenemos más autoras, es porque tenemos más lectoras. Y si se arman estas discusiones, es porque les copa lo que hacemos y quieren participar, como cualquier otro fan.

–Pero, por ejemplo está el caso de Batwoman: los autores llevaban la historia hacia su casamiento con otra mujer y de pronto DC anunció que eso no sucedería. Recibieron muchas críticas. ¿Qué pasó?

–Es que no tenemos nada contra el casamiento. Pasa que en la narrativa, normalmente cuando un personaje se casa es parte de un largo proceso: tener hijos, asentarse. Con el relanzamiento de los Nuevos 52, llevamos a los personajes hacia el comienzo de sus carreras. No hacía falta apurar un casamiento en uno de los primeros años de publicación. Por otro lado, nuestro trabajo es vender comics cada mes. No podemos cerrar una historia, tenemos que hacerla avanzar, pero nunca tan lejos como para no poder seguir contando aventuras del personaje. Y eso debe seguir siendo así mucho después de que yo me vaya. Ese es nuestro trabajo.

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