OPINION
› Por Norman Briski
(En la época del Cromañón y las crisis gemelas, reflexiones fraccionadas de un actor que ve a su gremio que tiene el Ave Fénix al alcance de sus manos y tiene que votar y no ve ninguna sintonía benigna.)
Sería bueno hacer puntería en nuestras reflexiones y accionar en la realidad devastada por el imperialismo en vez de intoxicarnos con el anecdotario de los ratings.
Sepamos enfocar nuestras reflexiones y accionar en un mayor entrelazamiento con “el sujeto social oprimido” no comunicándole nada ni educándolo, ni llevándole cultura, sino reconociéndolos como los creadores de la comunicación y la cultura de nuevas estéticas.
De paso vivir la ética con alegría, con cotidianidad con el cuerpo tiernizado.
Debemos rechazar el reconocimiento a nuestros valores intelectuales si ello deviene del sponsor del establishment político de los intelectuales institucionalizados... cuando te adula el mono velludo...
Debemos reivindicar nuestra independencia de cualquier sujeción que dan las subvenciones, rechazar servir a intereses deformantes y defendernos de todo lo que signifique “dramatizaciones para el poder”... Debemos –porque nosotros estamos en el privilegio de jugar con lo deseado–, frente a un libreto, no mirar solamente el accionar específico de un rol, el significado-insignificante o el origen-fotocopiado de otras escenas... (“Rumbo a Siberia mañana”...). Tiene que tener nuestra mirada crítica que no es otra cosa que mantener la salud de la memoria.
No podemos ser actores de
Realities impúdicos.
Buenos policías.
Buenos jueces.
Buenos curas.
Buenos ricos.
Buenos patrones.
Buenos Ford...
El compañero que colabora con esto no tiene una contradicción secundaria, está desprendido de la responsabilidad social y se convierte en un agente robotizado de intereses “comerciales”.
¿Podríamos creer que aunque continuemos como economía dependiente sigamos endeudándonos? Que a pesar del fracaso de la filosofía neoliberal representada por el FMI y también por las empresas, multinacionales y nacionales volvemos al nacional para volver a las multinacionales. Y que la reactivación de estas “economías nacionales” favorece a estos sectores que volverán a traicionar como lo hicieron siempre a sus verdaderos productores, los trabajadores, que son los auténticos constructores del sistema productivo, distorsionado a tal punto que el consumo tiene un superfluo tal que no es la consecuencia de una “economía real”, que quiere decir “humanismo consecuente”, que quiere decir en definitiva un sistema productivo en manos de quienes trabajan. ¿Una socialdemocracia que repara al liberalismo? O un socialismo diseñado por mayorías militantes que con esa democracia derrote a las “democracias oficiales partidocráticas hipócritas”; en definitiva, el bien llamado imperialismo norteamericano. (Y pensar que con lo superfluo no habría hambre en el mundo.)
¿No es la poesía el origen-original del juego del actor?
Podríamos creer.... que a pesar de estar en este social histórico y de USA invade Yugoslavia, Afganistán, Irak ...y con el sentido común de saber que siempre esta poesía puede armar y desarmar los hechos del tiempo cronológico y actuar en el destiempo de las ideas y que la potencia de las ideas y del coraje están fuera de la falsa racionalidad y de los pactos y de las etapas y de todo lo sistémico que favorece a los miedos organizados y la perversión gatopardista.
El entusiasmo, el fervor es la materia para buscar nuevas “naturalezas dramáticas” a favor de los hombres. Tenemos ejemplos de sobra en nuestro país, tenemos que creerlo porque no hay otra religión en nuestro gremio, para volver a poner los pies en los caminos de la dignidad poniendo nuestras preciosas vocaciones en una escena productiva responsable creativa invencionaria y también claro que reivindique sus necesidades para las condiciones del trabajo que son indispensables para la libertad.
Podríamos creer que nosotros somos los que deberíamos proponer no esperar más que se les ocurra algo a los que tienen que vender.
Los que venden son los que hacen lo que los compradores quieren. Y los compradores, compradores son y exigen desde la obtenida plusvalía la comercialización de los hechos sensibles. Y los que no tienen finanzas consumen también y entran en el mercado de los glotones que se comen los pibes de la pobreza que le sacan las letras al alfabeto, a las palabras y después organizan la seguridad de la desigualdad.
No participemos de ese dilema porque no es un dilema, es una ambigüedad; busquemos si somos artistas la mancha inquietante de lo distinto, de lo diferente, de lo inaudito, de lo subversivo porque el arte es subversivo o no es nada (Meyerhold).
Con la producción de una materia que no nos importe si la van a aceptar o no, que no nos importen los cálculos de receptividad, que no nos sometamos a los que “saben” lo que se “debe” hacer.
Y que sí nos importe recordar todo lo extraordinario que se supo hacer “a pesar de ir en contra de” y que trascendió impactando calidades de nuestro trabajo, contenidos movilizadores... en todas las estéticas tuvimos enormes novedades que fueron imborrables.
Y si nos olvidamos de nuestras provincias no tendremos cuerpo ni gesto porque ésta representa la interioridad de la identidad-nación.
No es una utopía ni es un mal romanticismo lo que propongo. Es trabajar por lo que nos apasiona hacer que no sea un celular del que esperamos la llamada, que sea en cambio una Asociación Solidaria por nuestro precioso trabajo de artistas.
Entonces nuestra gente estaría sintiendo, viendo una imagen total de nuestras circunstancias de querer un mundo mejor... sin omitir estar enamorado de su cuñada.
El Ave Fénix son personas de carne y alas...
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