BALANCE DEL FESTIVAL DE CULTURA LIBRE “FáBRICA DE FALLAS”
› Por Facundo García
A esta altura queda claro que hay un nuevo frente en la lucha por la recuperación del espacio público. El terreno en disputa no es exclusivamente físico, ni virtual: se ubica más bien en el medio, y el Primer Festival de Cultura Libre “Fábrica de Fallas”, que se hizo en FM La Tribu el fin de semana pasado, no hizo más que confirmar esa complejidad. Fueron dos días de intercambiar ideas cara a cara, con el aliciente de que –parando un poco la oreja– se podía oír un diálogo insólito entre nerds de la computación, trabajadores y artistas, en un mapa de coincidencias que hasta hace muy poco hubiera costado imaginar.
Cultura Libre, más que contenidos que se comparten, significa personas que se relacionan. “En lugar de hablar de cómo se podrían construir otros vínculos humanos, los grandes medios priorizan las entrevistas a floggers y frivolidades de ese estilo al referirse a lo que puede traer la tecnología”, pinchó en el arranque el doctor en Ciencias de la Información Diego Levis. Durante la primera jornada, las dosis de vodkamiel –una bebida con receta “abierta”– hicieron cóctel con las apreciaciones del propio Levis y las del docente e investigador Martín Becerra. Ambos se ocuparon de impugnar las trampas que oculta la “Web 2.0”, donde reinan las redes sociales, los wikis, los blogs y una miríada de servicios que basan su crecimiento en la participación de los usuarios. “En el fondo, lo que están logrando es montar un sistema en el que es muy difícil no ser visto”, advirtieron los oradores.
Bajo el disfraz de una “apertura” a la participación “del ciudadano común”, a través del ciberespacio se disimulan ciertas falacias y Becerra, doctor en Ciencias de la Comunicación, no quiso dejarlas pasar. “Una cosa es que haya posibilidad de una democratización con ayuda de la red y otra es analizar las probabilidades reales de que eso pase, porque ahí entran a jugar relaciones de fuerzas políticas que se concretan en otro ámbito”, puntualizó.
Más tarde, PáginaI12 organizó una mesa redonda para dialogar sobre los motivos que conducen a los artistas a esquivar modelos de propiedad intelectual establecidos. Daniela Andújar, del colectivo poético Ser o No Res, argumentó que no hay nada más lejano a la poesía que la prohibición de compartirla y aseguró que “mil veces uno siente el deseo de homenajear a un colega querido, recrear sus versos, reformularlos. Eso es imposible si sus textos están encerrados”. Por su parte, Alejandro Raymond, integrante del emprendimiento cultural El Asunto (elasunto.com.ar), confesó que desde lo económico la circulación restringida tampoco ofrece ventajas. “Lo que te dan las corporaciones es una miseria –explicó–. Prefiero liberar mis poemas bajo una licencia que me guste y venderlos yo mismo. Saco la misma plata que me daría una editorial.” Rafael Ferraiolo, vocalista de la banda Pakidermos, aportó desde el mundo musical: “Lo que siento es que estas organizaciones que se hacen pasar por ‘defensoras de nuestros derechos’ lo que hacen es venir a cobrarme cuando preciso tocar. El dinero que manejan va para los peces gordos”, se quejó.
Al segundo día, la uniformidad de diagnósticos contrastaba con la diversidad de la asistencia. En ese abanico no faltaron los cultores de las redes libres, que están trazando sistemas inalámbricos e independientes para el intercambio de datos entre los vecinos de las grandes ciudades del país (más información en redeslibres.org). En tanto, la cooperativa de programadores Gcoop (gcoop.com.ar) salió a demostrar que por convicción y movilización es mucho más que una pyme; y los geeks de Ubuntu Argentina (ubuntu-ar.org) difundieron las ventajas de contar con un sistema operativo que permanezca a salvo de los caprichos de Bill Gates, proyecto en el que está igualmente involucrada la Fundación Vía Libre (www.vialibre.org.ar).
También se hizo presente el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase), a través de su “enviado especial”: Angel Strappazzón. ¿Cuál es el vínculo entre la cultura libre y el agro? “Dos décadas y media de experiencia nos han enseñado que peleamos por la diversidad. Diversidad de la vida, de los cultivos, de las culturas. No aceptamos que se patenten la naturaleza ni el conocimiento, como pretenden las multinacionales”, expresó el hombre, que mantiene un pequeño huerto de hierbas aromáticas en la localidad santiagueña de Quimili.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux