CARLA Y CARLITO, EL COMIC BOOK INSPIRADO EN BRUNI Y NICOLAS SARKOZY
En una curiosa cruza de historieta y periodismo de investigación, el libro de Philippe Cohen, el guionista Richard Malka y el dibujante Riss refleja el cambio en la opinión sobre la primera dama, que estaría torciendo las tendencias del presidente.
› Por John Lichfield *
Y ahora... Carla Bruni, la heroína del cartoon. O, mejor dicho, la villana del cartoon, una curiosa mezcla de Cruella de Vil y Blancanieves con la misión de dominar el mundo y remodelarlo de acuerdo con su propio gusto y ambición de socialista champagne. Francia está a las risitas y observando con expectación una reformulación del cuentito del romance político de la centuria en un raro medio: el comic book de investigación. Carla y Carlito es la narración de cómo un autoritario, derechista y solitario presidente llega a conocer y casarse con una cantante pop comehombres, hermosa e izquierdista, activista de los derechos humanos y alguna vez top model.
El libro, de 62 páginas, que contó con el trabajo de uno de los más conocidos periodistas de investigación franceses, se las arregla para agregar nuevos detalles a esta conocida historia. El comic book revela, por ejemplo, que el presidente Nicolas Sarkozy es conocido por su propio equipo en el Palacio de los Elíseos como “Carlito” –o “pequeño Carla”–, por lo profundamente influido que ha llegado a estar por su esposa. Los hechos están coloreados por cierta dosis de fantasía desvergonzada, como la secuencia inspirada en imágenes tipo Disney que muestran a Carla Bruni hipnotizando al presidente francés con ojos de gato, y una imagen de tapa que muestra a una alta y confiada Carla llevando a un pequeño presidente en una mochila de bebé. El libro incluye un pasaje de un artículo sobre Carla Bruni publicado por The Independent en marzo, reproducido en una burbuja de diálogo que sale de la boda de un lector. Según Riss, el dibujante del libro, el lector arquetípico del diario lleva un bombín y se ve muy parecido al ya fallecido primer ministro Harold Macmillan.
La fantasía es una cosa; la política, otra bien diferente. Los autores, el periodista Philippe Cohen y el guionista Richard Malka, intentan hacer su aporte al creciente debate político en Francia en la forma de un satírico libro de historietas que parece preguntar: ¿Quién es Carla Bruni? ¿Qué quiere Carla Bruni? Las primeras impresiones de la nación gala, que consideraban a la italiana de nacimiento como una cabeza hueca, una aventurera en búsqueda de la atención pública y nuevas experiencias, han empezado a desvanecerse. Y están comenzando a ser reemplazadas por otra imagen, la de una Madame Bruni–Sarkozy astuta, manipulativa –y quizá, teniendo en cuenta su país de nacimiento, maquiavélica– mujer con una agenda propia en lo político y lo personal. Carla y Carlito va, precisamente, al costado maquiavélico de la historia: las últimas páginas son “pura imaginación, pero fieles a la vida real”, según los autores, que prevén la posibilidad de que Carla emerja un día como la “Hillary francesa” y dirija el Elíseo ella misma.
El libro es una secuela de dos best sellers ilustrados previos, realizados por los mismos autores en pleno ascenso de Sarkozy. Este nuevo lanzamiento –mucho mejor que sus predecesores– coincide con otro libro, una investigación más en el estilo tradicional, que revela una nueva faceta fascinante, aunque algo perturbadora, de Carla. El diario satírico francés Le Canard Enchaîné publicó durante varios meses el apócrifo Diario de Carla B, en el que “Carla” impulsa una agenda simplista de izquierda, a la vez que se burla y adula a su “pequeño” marido y busca las maneras de proyectarse a las revistas de moda. En abril se reveló que Bruni–Sarkozy amaba ese diario, y que había invitado a almorzar a su autor. Un libro crítico sobre Le Canard...publicado el mes pasado sugirió que el diario de “Carla B” no era, al cabo, enteramente ficticio. Ese libro (La face cacheé du Canard Enchaîné) dice que Carla proveyó algunos datos y líneas argumentales al Diario de Carla B, con el propósito de “enviar mensajes apropiados”. Lo que no queda claro es si ella hizo eso con la aprobación o no de su esposo.
Ambos libros echan una nueva luz en la eternamente discutida pero nunca explicada relación entre el presidente Sarkozy y Carla Bruni. De un lado se encuentra un presidente de derecha con instintos represivos y autoritarios; del otro, una saludable mujer cuyos instintos personales, y sus amigos, pertenecen a una izquierda libertaria y artística. Se afirma que Mme. Bruni–Sarkozy ha influido en su marido para hacer un humanitario giro en U en dos temas de alto perfil: la extradición de un terrorista enfermo a Italia y la planeada organización, junto a Gran Bretaña, de vuelos charter para transportar a refugiados afganos de vuelta a su país. Varios miembros del partido de centroderecha de Sarkozy, el UMP, están cada vez más desconcertados por el rol de Bruni. “Se ha convertido en una especie de ‘conciencia izquierdista del presidente’ –dijo un integrante del UMP–. Si eso es parte de una estrategia del presidente para ocupar todo el territorio político y neutralizar a la izquierda, quizá sea aceptable. Pero de todos modos nos preguntamos si ésta es una idea de Sarkozy o de Mme. Bruni–Sarkozy.”
En Carla y Carlito, el presidente Sarkozy aparece como un hombre agresivo, motivado por el deseo constante de humillar a sus enemigos y demostrárselo a sus amigos. Es Carla la que es exhibida como una estratega de los medios calma y calculadora, empujando discretamente –y no tanto– al presidente Sarkozy lejos de sus notorios instintos como representante del ala dura de la derecha, hacia su propia visión aristocrática y bohemia del mundo. Philippe Cohen, uno de los autores, dice que “Sarkozy es un hombre que ha sido influido siempre por las mujeres, que siempre necesitó la presencia de una mujer fuerte. Contrariamente a lo que dicen algunas personas, no es un hombre que sostenga fuertemente sus opiniones. Puede ser influido, y está siendo influido por Carla en algunos temas: quizá no con respecto a la crisis financiera o la situación en Afganistán, pero ciertamente sí en asuntos relacionados con lo social y lo humanitario. ¿Dónde llevará todo esto? No lo sé, pero me parece claro que todavía no hemos escuchado lo último sobre la influencia de Carla, mientras ella esté entretenida con la vida en el Elíseo”. En una de las escenas del libro –que no posee nota al pie, como para denotar autenticidad–, Carla aparece tirándole del hombro al presidente, intentando persuadirlo de que se fume un porro. En su escritorio puede verse un dossier titulado “Represión de los usuarios de drogas”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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