Fruto de su admiración por el escritor uruguayo, el peruano Mario Vargas Llosa acaba de publicar El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti, una obra que analiza la producción del autor de El pozo desde el punto de vista de su imaginación y de su pesimismo. A Vargas Llosa lo deslumbró desde siempre el universo fantástico de Onetti, sobre el que hace poco más de dos años impartió un curso en la universidad norteamericana de Georgetown que le permitió releer de forma sistemática su obra completa y que marcó la génesis de este ensayo, recién publicado por el sello Alfaguara. Según el autor de La ciudad y los perros, Onetti (1909-1994) es un autor poco leído y valorado cuya figura e influencia son vitales en la literatura latinoamericana: a él se le debe la introducción de un lenguaje moderno, no sólo por el contenido sino por su cuidada técnica narrativa, fruto de la influencia que ejercieron en su obra William Faulkner y James Joyce. También el francés Céline influyó en ese hombre de carácter retraído y hosco, que tenía fama de “escritor maldito” y que pasó sus últimos años literalmente acostado en su cama. A Vargas Llosa le ha fascinado siempre “la gestación de las grandes obras literarias” y ha dedicado libros a Madame Bovary, Cien años de soledad o Los miserables. En el caso de Onetti, suele destacar en su obra a El infierno tan temido, “el más extraordinario de sus cuentos” y, acaso, “la más inquietante exploración del fenómeno de la maldad humana”. “Cuando en 1939 (Onetti) publica su primera novela, El pozo, rompe con una tradición en la literatura en Latinoamérica, y también en España, que era regionalista, costumbrista y que cultivaba un lenguaje muy postizo”, señala Vargas Llosa en El viaje a la ficción. Uno de los aspectos que más destaca el autor de La tía Julia y el escribidor es la unidad que consigue el autor uruguayo entre la imaginación y la realidad: no hay fronteras definidas, ni desde el punto de vista literario ni desde el personal.