Siglo XX, cambalache... El tango no sólo sobrevivió las pasadas décadas sino que en el siglo XXI continúa siendo algo más que un legado cultural fosilizado: todavía es una experiencia cultural viva. “El tango puede seguir siendo la expresión más representativa de la sociedad actual; sólo necesita un espacio donde pueda reproducirse”, dice Natalia Villanueva, una de las organizadoras del Festival Cambalache que tendrá lugar hoy y mañana a partir de las 20 en el Cubo Cultural (Zelaya 3053) y que lleva este nombre no sólo en homenaje a la canción de Discépolo sino también y, sobre todo, porque propone ser un cambalache en sí mismo: un espacio para que este folklore urbano se combine con el teatro, el clown, el video, la danza contemporánea, los títeres, la magia y cuanta disciplina se cruce en su camino.
En su segunda edición, el evento –que nació el año pasado por iniciativa de Pablo Inza, José Garófalo, Alberto Goldberg y Villanueva, quienes continúan trabajando en esta oportunidad– reunirá a 14 grupos que recrean el tango desde su experiencia actual. “Desde este festival encendimos una pequeña llama de fuego –dice Villanueva–, porque creemos que cada uno puede crear un tango propio, que no tenga que ver ni con un malevo ni con un cabaret sino con una sociedad a la cual le pasan millones de cosas, con la globalización, con el contacto humano que hoy es tan difícil de lograr, con la pasión, con el amor y con el no amor; todo lo que pasa hoy. Para mí el tango ya no es puramente nostálgico. Muchas de las propuestas tienen que ver con el humor más que con la tristeza y la melancolía. Aunque el tango puede decir muchas cosas y no hay que quedarse sólo con una.”
En la edición de 2004, el festival se llevó a cabo en una sola jornada con la presentación de 15 grupos de danza y teatro que se acercaron ante la convocatoria de Cambalache. “Pensamos que éramos pocos y cuando convocamos a los grupos empezaron a aparecer un montón de personas que estaban con esta necesidad de fusionar el teatro con el tango”, cuenta Villanueva. “Este año nos propusimos superarnos –sigue– y contactamos a gente de afuera. Tuvimos 50 propuestas de las cuales quedaron 14 y sumamos otro género al festival: la videodanza.” En cuanto a los criterios de selección, se privilegió “que fueran cosas nuevas, producto de investigación, y que en esa fusión del tango con el teatro produjeran cierto efecto”, explica la organizadora. Entre los espectáculos programados, se destacan Tango Femme (Canadá), Nostalgia x distancia sobre 2 (Francia), Inga y su compañero invisible (Rusia) y Febo Asoma, única obra completa (las demás funciones ofrecen programas mixtos), por la compañía argentina Castadiva bajo la dirección de Mónica Fracchia. La totalidad de la programación puede consultarse en www.festivalcamba lache.com.ar

Informe: Alina Mazzaferro.