AVANZA EL ANTEPROYECTO DE LA LEY FEDERAL DE CULTURA
Durante la primera Asamblea del Consejo Federal de Cultura, los representantes culturales del país bosquejaron un par de principios que se tendrán en cuenta a la hora de redactar el borrador del proyecto, que será debatido en los próximos encuentros.
› Por Silvina Friera
Desde Resistencia
Despacio, pero con convicción, avanzan en Resistencia las pautas para elaborar el anteproyecto de la ley Federal de Cultura. En la segunda jornada de debate, durante la primera Asamblea del Consejo Federal de Cultura, los representantes culturales del país bosquejaron un par de principios que se tendrán en cuenta al redactar el borrador del proyecto, que estará a cargo de la Secretaría de Cultura de la Nación, y será debatido y enriquecido con los próximos encuentros del Consejo. El titular de la secretaría, José Nun, aclaró que rechaza el criterio casuístico de establecer normas específicas en la futura legislación. Prefiere que en esa ley se fijen principios generales. El especialista mexicano Enrique Vargas, en la videoconferencia de ayer con el Consejo, se mostró partidario de una ley “marco” por razones de técnicas jurídicas y legislativas. “La Constitución argentina está adoptada de la constitución de los EE.UU., pero hay diferencias importantes. En EE.UU. una ley aprobada por el Congreso tiene que ser aplicada tal cual fue sancionada. En Argentina, una ley aprobada por el Congreso se reglamenta por el Ejecutivo. Esto crea muchas desventajas, como que el Ejecutivo vete algunos artículos –explicó Nun a Página/12–. Muchas veces se ha cambiado el sentido de una ley a través de la reglamentación. Pero viendo la parte positiva, el poder de reglamentación que tiene el Ejecutivo es de una gran flexibilidad, permite adaptar los principios generales de la ley a los cambios de época.”
Ante la dicotomía de una ley casuística y otra de principios generales, planteada por Vargas, Nun cree que está bien inclinarse por una ley de principios generales. Pero puso en duda que esta generalidad pueda ser aplicada, también, a la imputación de una determinada partida de inversión en Cultura. “En esto sería más específico porque después, si por razones culturales no se puede cumplir con el porcentaje pautado, se evidenciaría públicamente que no se está cumpliendo con un requisito legal –señaló el secretario de Cultura–. La ley también debería contemplar la existencia de fuentes de financiamiento que contribuyan a las inversiones. Desde ya, el trabajo con el sector privado no hace falta que esté en la ley porque va de suyo, es un derecho. Lo que estoy pensando es en encontrar un equivalente a lo que son los juegos de azar, donde determinado porcentaje que recauda la lotería fuera a Cultura. Me gustaría mucho que se contemplara esto en la ley.” Nun les preguntó a sus colegas si consideraban conveniente “contrabandear” la Ley de Mecenazgo en la ley Federal de Cultura. “No hemos logrado tener una Ley de Mecenazgo como tiene España, Brasil o Chile. Esta ley supone una fuerte intervención del Ministerio de Economía para inversiones. Tenemos un buen proyecto de ley, pero debido a los cambios en el gabinete de Economía, todavía duerme en la legislatura nacional”, subrayó.
“Nuestra experiencia es que muchas empresas apoyan espectáculos, pero aprovechan en demasía el marketing, y es una cosa que no se puede controlar –contó Angel Maine-tta, subsecretario de Cultura de La Pampa–. A veces se va a contrapelo de la política cultural, se apoyan espectáculos y acciones que contradicen el espíritu de lo cultural. Otro aspecto a tener en cuenta en la futura ley es el tema de las inversiones en infraestructura cultural, que los pueblos no tienen. Hay que discriminar lo que va para funcionamiento y servicios.” Tras escuchar la experiencia pampeana, Nun aseguró que “no debemos contrabandear el mecenazgo sino concentrar el esfuerzo en un porcentaje mínimo para cultura”. Entre los acuerdos alcanzados por la primera Asamblea del Consejo, se aprobó la creación de una Comisión de Enlace integrada por Francisco “Tete” Romero –presidente del Consejo Federal y del Instituto de Cultura de Chaco–, Amelia Montes, secretaria de Cultura de La Rioja, y su par de Salta, Ricardo Fernández Esteban. Esta comisión será la encargada de articular con la Secretaría de Cultura de la Nación el armado del anteproyecto de la ley Federal. A pesar de la observación de Vargas, que dijo que no encontró en ningún documento la sugerencia de la Unesco en torno del presupuesto para cultura, Nun garantizó que continuará usando esa recomendación de afectar el uno por ciento. “El anteproyecto será muy sencillo, lo que importa es cómo se lo va a motorizar”, agregó. Los representantes determinaron por unanimidad que se incorpore en el borrador de la ley el piso del uno por ciento del presupuesto anual del gobierno nacional para el financiamiento cultural.
“No se puede tener una ley que habla de derechos y garantías y luego actuar como prestador de sonido y gestor de eventos grandes y pequeños –advirtió María de los Angeles González, ministra de Innovación y Cultura de Santa Fe–. Somos instituciones, y debemos actuar como tales, prolijamente. No podemos presentarnos con una ley progresista y después hacer acuerdos políticos que ensucien esa imagen, no hay coherencia.” Nun destacó que coincidía con su visión, y que “ésa es una vieja noción de cultura que tienen la mayoría de nuestros políticos; nuestra tarea es hacia adentro y no sólo hacia afuera”. La certeza del secretario de Cultura de la Nación, según le comentó a Página/12, es que si se logran consensos amplios, la ley Federal de Cultura podrá ser aprobada rápidamente por el Senado. “Cuando asumí como secretario, estábamos en el 0,17 por ciento del presupuesto nacional. Pero nosotros redefinimos el sentido de cultura de manera de abarcar con ella todos los modos de dar sentido a la vida en común. Si no se aumenta el presupuesto en cultura, todo el trabajo que estamos haciendo en las provincias no se puede seguir extendiendo. Ahora la cultura es un gasto muy sensible, y de ese 0,17 hemos llegado casi al 0,4, aunque todavía estamos lejos de Brasil y México, que están en el 0,7. En los países desarrollados, la inversión en cultura representa el 3 al 4 por ciento del Producto Bruto Interno.”
Nun admitió que de un tiempo a esta parte se percibe el cambio de paradigma en cuanto a la inversión en cultura. “Ahora se entiende que manotear en cultura es afectar el programa de entrega de viviendas populares con bibliotecas (Libros y Casas), o a los Café Cultura Nación, que es una experiencia democrática a lo largo y a lo ancho del país”, argumentó. “Lamento mucho que la ciudad no esté acá con nosotros, discutiendo, porque tienen una gran experiencia y podrían hacer aportes en esta materia”, concluyó Nun sobre la ausencia del ministro de Cultura de la ciudad, Hernán Lombardi.
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