Jue 07.05.2009
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GUILLERMO PESOA, DESPUéS DE LA PEQUEñA ORQUESTA REINCIDENTES

“Quería ir a lo mínimo posible”

Tras casi veinte años en la banda, el tecladista y acordeonista comenzó su etapa “solista”. Armó un trío que irá en busca de otros rumbos musicales, aunque sin renegar de la Pequeña Orquesta.

› Por Sebastián Ackerman

En una habitación del departamento reciclado de San Cristóbal hay un piano, dos teclados, un bajo, el acordeón en el suelo y varios grabadores. Es el lugar de su casa que Guillermo Pesoa elige para la entrevista con Página/12, y no es para menos: la música es su ambiente natural. Tras casi veinte años en Pequeña Orquesta Reincidentes comienza la aventura solista luego de la separación de la banda. “Es mi primera experiencia como solista –confiesa–. Tenía otros grupos de chico, y después fueron muchos años con Reincidentes. Cualquier compositor tiene una carrera personal por más que esté en un grupo, entonces nunca lo tomé como un proyecto. Sí tenía mis trabajos individuales porque el proceso de un compositor es siempre individual. En un grupo como el que teníamos, en donde todos componíamos, había que poner todo ahí, y el trabajo era hacer con lo de todos una sola cosa”, cuenta Pesoa, que presenta sus nuevas canciones con su trío hoy a las 21.30 en Sitio Plasma (Piedras 1856).

Pasar de formar parte de un quinteto a ser solista fue un cambio también en la forma de trabajo: “Al principio fue bastante raro, porque no había tocado con otros músicos en forma habitual, entonces tenía un código de ensayo y composición, de arreglos, que cuando estás solo queda todo en tus manos. Eso tiene un costado muy atractivo, que es seguir tu propio proceso sin ponerlo en juego con otra cosa más allá de lo que vos te estás proponiendo. Por otro lado, el trabajo en grupo es muy rico; yo confío mucho en el trabajo grupal. Me parece que se potencia mucho lo que uno puede aportar. Aunque esta experiencia todavía no tiene esa forma, vamos camino hacia eso”, se entusiasma.

–¿Por qué eligió formar un trío?

–Porque tenía ganas de ir a lo mínimo posible, que esté todo con alfileres. Para mí era un desafío grande encarar un proyecto nuevo con mis cosas después del trabajo con Reincidentes, que fue muy abierto, una paleta muy amplia de colores musicales. Ahora quiero que haya una base, el piano o el acordeón terminando de armar la melodía de la canción. Me interesaba que fuera muy pobre de recursos para empezar a trabajar, que no estuviera todo a disposición. Incluso, Alejo (Villarino, bajo) y Claudio (Rinaldi, batería) son dos guitarristas de Malyevados, y me interesaba que los músicos no estuvieran cerrados a su instrumento para que el formato fuera más flexible, y que la cabeza para armar las bases no fuera como sacar de cajones de estilos, una cosa automática. Prefería estar con ciertas limitaciones adrede en algunas cosas. Estoy empezando un proceso de ver por dónde está el camino. Por ahora es el trío.

–Después de tanto tiempo con Reincidentes, ¿cuánto hay de la banda en su trabajo solista? ¿Puede separarse de eso?

–Me parece que es medio indivisible. Yo no tenía un conflicto con lo que estábamos haciendo, estaba cómodo con lo que se estaba produciendo. No tenía una necesidad de ir para otro lado, y de hecho fue lo que ocurrió: seguí componiendo más o menos como venía haciéndolo. Después de trabajar tantos años juntos creo que todos vamos a tener parte del trabajo que se hizo pegada a nosotros. Cuánto de uno estaba ahí y cuánto te llevás no sé si es posible discriminarlo. El piano y el acordeón eran un color bastante particular, yo cantaba varios temas... hay puntos de contacto. Pero creo que escuches lo que escuches de lo que está haciendo cada uno de nosotros, va a tener algo de Pequeña Orquesta. En principio, cuando se disolvió el grupo no dije “¡Al fin! Voy a hacer tecno...” Me encanta el tecno, pero no tenía ganas de ir por ese lado.

Esta es la segunda presentación de Pesoa como solista en Buenos Aires, pero también hubo una “extraña” gira por Europa, como él la define, que incluyó Dublín y Cork en Irlanda, Oxford y Brighton en Inglaterra y Roma en Italia. “Estar solo me permitía ser un poco más impulsivo e ir a hacer lo que fuera saliendo. A partir de eso se generó un proyecto con Maia Mónaco, surgió la posibilidad de mostrarlo allá, y yo llevé mis canciones también”, recuerda. Y le llamó la atención que el público irlandés “tiene otra relación con el hecho musical, otra tradición con respecto a la música, cercana a lo que podrían haber sido las peñas en otra época en la Argentina. En todos los pubs lo que se escucha, en su mayoría, es música tradicional irlandesa. La relación de la gente con la música es mucho más natural; no es tanto el concierto sino estar con el músico”, analiza.

–¿Va a haber disco de esta experiencia?

–Yo soy de una generación para la que el disco era un punto de llegada. Ahora el disco es algo extraño, porque lo que necesitaría es grabar y ese momento es como un cierre de las canciones, como una foto que permite asentar el trabajo y de ahí seguir hacia algún lado. Pero la edición del disco en sí es algo bastante dudoso ahora: para qué sirve, cuál es la idea, cuál es el sentido. Y ya no es un negocio, sino un material promocional, entonces se manejan otras cosas: es una forma de estar, pero en realidad estoy igual, porque en Internet también estoy (www.myspace.com/guillermopesoa). Yo lo pongo en duda en este sentido: lo que más me interesa es el show, mantener la idea de estar tocando en vivo y que sea un lugar de encuentro.

–¿Y qué está escuchando ahora? Si miro su discoteca, ¿qué encuentro?

–Si mirás la discoteca hay un quilombo ahora, y eso está bueno. Siempre vuelvo a determinados grupos. Como faros, te encontrás con otro artista que resuelve parecido a como uno resolvería, o uno descubre ciertos caminos semejantes; yo veo cierto diálogo con lo que hacen –salvando las distancias enormes– (Nick) Cave, (Tom) Waits, Talking Heads, Radiohead.

Pesoa se mueve en una búsqueda que parece llevarlo por caminos inhóspitos, por lo menos para él. “A veces siento que algunos se preguntan ‘A ver qué hace éste solo, ahora’. Porque está eso también. Y uno está mostrando para la gente que vio el grupo, para sus amigos. Y uno dice ‘¿Qué hago? ¿Voy para otro lado, sigo por acá?’” Su respuesta es un sí, animado por “un grupo un poco más maduro que el año pasado, y el comienzo de un camino personal. Este va a ser un show un poco más eléctrico conceptualmente, un poquito más arriba que el del año pasado”, promete.

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