Entre las novedades que CQC presentará esta temporada, hay una serie de informes destinado a conocer el nivel de conciencia ciudadana de las personas, expuestas a distintas situaciones, que esta semana causó polémica. El inconveniente surgió cuando la producción, valiéndose de una cámara oculta, filmaba en un hotel de Rosario a un actor disfrazado de cura que pedía una habitación y unos preservativos junto a un niño de aproximadamente 8 años, a quien le decía que le iba a enseñar lo que “se hace en una noche de bodas”. La idea era constatar la reacción del conserje, que no dudó: ante esa situación llamó al 911 y todos terminaron en la comisaría. La Justicia rosarina inició una investigación por usurpación de título. Una cámara oculta arriesgada, que por el momento en que ocurrió algunos deslizaron que podría tratarse de una estrategia de promoción del nuevo año de CQC.

Consultada por Página/12, Pais defendió la idea de poner a prueba la conciencia moral y ética de la gente. Lo primero que señaló la conductora es que en los informes “no se expuso a ninguna persona y menos aún al niño: tampoco se grabó en albergues transitorios, como se dijo, sino en hoteles convencionales”. La encargada de ocupar el sillón central del escritorio en el programa comentó que, entre todos los hoteles puestos a prueba, “en un solo caso” se produjo una llamada a la policía. “De diez hoteles que se testearon en Capital y Rosario, en ocho de ellos el adulto pudo entrar con el menor sin que se le reclamara acreditar filiación alguna. Lo esperable era que la situación les llamara la atención y por lo menos preguntaran algo. Es muy raro cómo se cuestiona un material que todavía no salió al aire. Y también, que se cuestione sólo el uso de una cámara oculta (sin conocer la características de su utilización) y prácticamente se ignore el fondo del informe”, señaló.

–Lo que ocurre es que el uso de la cámara oculta es, al menos, discutible como herramienta periodística.

–En este caso la cámara oculta no expone a nadie, todos son resguardados y eso lo diferencia de lo que estamos acostumbrados a ver como cámaras ocultas. Nos interesa, simplemente, mostrar conductas. El sentido del segmento no es otro que fomentar la conciencia ciudadana y darle elementos a la gente para actuar correctamente. Si las cámaras se usan para mostrar situaciones generales, sin invadir la privacidad de nadie, son una herramienta más.

Para contextualizar el objetivo que busca CQC con esta sección, Pais explicó que el año pasado hubo antecedentes similares en el programa. “Hubo un informe –recuerda– en el que se consultaba a conductores estacionados en doble fila qué opinión tenían sobre los piquetes. El 90 por ciento hablaba en contra de los piquetes y cuando el cronista deslizaba la idea de que también ellos estaban cortando las calles, sonreían, se disculpaban o hacía algún tipo de autocrítica. También hicimos dos informes en los que buscábamos técnicos honestos que reparen equipos de aire acondicionado y heladeras, donde la producción desconectaba una pavada del equipo y después lo hacía revisar por diversos técnicos, registrando sus diagnósticos y presupuestos. Se usaba una cámara oculta, pero sólo se expuso a los que reaccionaron debidamente (que no fueron mayoría).”

Pese a la polémica que suscitó, la conductora señaló que en el envío de mañana no se emitirá el informe cuestionado, sino una nota “sobre conductores en evidente estado de ebriedad y que, aun así, algunas personas no hacen nada por detenerlos. Algunos resultados son sorprendentes”.