Tardó más que lo que debía. Y salió más que lo que se esperaba. Está por verse si se hizo lo que se debía pero lo cierto es que el Colón estará abierto el próximo 24 de mayo y que, más allá de otras consideraciones que puedan ir haciéndose, el aspecto del foyer y platea, limpios, pintados y debidamente remozados, impresiona. Ayer a la noche, en la última medición acústica realizada, esta vez con público especialmente invitado, el Colón tuvo su primera función desde aquel concierto el 1º de noviembre de 2006 en que Mercedes Sosa cantó junto a la Orquesta Estable del Colón, luego del cual entró en la que debería haber sido la última etapa de su proceso de refacción. Y si aquella actuación carga con un simbolismo inevitable, la de ayer recurrió a la obra de mayor poder alegórico de la historia, la Sinfonía Nº 9 de Ludwig van Beethoven. En la jornada de ayer, la soprano Paula Almerares, la mezzosoprano Alejandra Malvino, el tenor Enrique Folger y el bajo Leonardo Estévez fueron los solistas de la emocionada –y emocionante– versión junto al Coro y la Orquesta Estables, con la dirección de Carlos Vieu. La apertura oficial será entonces el próximo 24 de mayo –el gobierno de la ciudad decidió no superponer sus festejos del Bicentenario con los del gobierno nacional– con una gala en la que se presentará un acto de un ballet y un acto de la ópera La Bohème que, con puesta de Hugo de Ana, subirá a escena el 26. De este modo se inaugurará la temporada lírica de este año, lo que marcará el regreso a la sala de las actividades que, salvo durante la breve pero devastadora gestión de Horacio Sanguinetti al frente del teatro (que las interrumpió totalmente), tuvieron continuidad fuera de sede.