ALEX ACUÑA TOCARA HOY JUNTO A JOHN PATITUCCI Y EDWARD SIMON
El baterista y percusionista peruano, una de las figuras más versátiles del género, se cruzará por primera vez sobre las tablas con el bajista y el pianista en un trío excepcional.
› Por Santiago Giordano
“Lo importante es la clave: pam, pam, paaam–pam, pam. Es lo que nos vino de Africa”, repite entusiasmado Alex Acuña, al teléfono desde Los Angeles. El percusionista y baterista peruano, una de las figuras más versátiles del jazz internacional, sostiene que en la precisión sentimental de esos golpes está buena parte del sabor de la música afrocaribeña. “Ahí adentro caben muchas cosas”, asegura. “El latin jazz tiene la ricura del ritmo, ese movimiento que penetra, pícaro y fogoso. Pero tiene también la armonía moderna del jazz y el romanticismo de la melodía. En esa riqueza está su fuerza.” Hoy a las 22, en el ND/Ateneo (Paraguay 918), Acuña será parte de un trío excepcional, un encuentro de tres individualidades en torno de una idea común. Con él estarán el bajista John Patitucci –seguramente una de las referencias más prolíficas de la música de fusión de las últimas décadas–, y el pianista Edward Simon, un venezolano clase ’69 que tras colaborar con Herbie Mann, Paquito D’Rivera, Bobby Hutcherson, Bobby Watson, Terence Blanchard, Jerry González, Arturo Sandoval y Don Byron constituyó su propia voz desde el plurilingüismo musical.
“Es la primera gira que hacemos con este trío”, comenta Acuña. “Con John (Patitucci) toqué casi diez años, cuando ambos vivíamos en California, y participé en sus primeros discos. También con Ed (Simon) grabé muchas veces. Pero es la primera vez que los tres nos encontramos sobre un escenario.” Antes de llegar a Buenos Aires, la gira del trío pasará por Santo Domingo, Lima y Santiago. “Tocamos latin jazz, por supuesto, pero abrimos el juego apelando frecuentemente a tiempos irregulares”, continúa el percusionista. “Las composiciones son originales, en gran parte compuestas por Ed y algunas por John. Lo que me gusta de este trío es que logra un buen equilibrio entre individualidad y trabajo colectivo. La música está en gran parte escrita y arreglada, pero deja espacio para la expresión individual, para tocar abiertos. Eso es parte de este juego maravilloso que es el jazz.”
Acuña fue uno de los que a comienzos de la década del ’70 trasladó los principios de la percusión latina a la batería para ampliar los horizontes expresivos del instrumento. Cuenta que, después de aprender en su familia y tocar con su padre y hermanos en la Tropical Boys de los Hermanos Neciosup, llegó a Estados Unidos en 1964, contratado para una gira de nueve meses con la orquesta de Dámaso Pérez Prado. “Cuando terminé aquella gira pensé en no volver enseguida a Perú, porque quería profundizar el estudio de la percusión afrocaribeña”, recuerda. “A Cuba no podía entrar, entonces decidí instalarme en Puerto Rico. Por entonces la percusión se aprendía en la calle, encontrándonos con otros músicos y tocando, pero también fui a los conservatorios para conocer las cosas de la percusión clásica. Esa combinación me dio la posibilidad de elaborar un lenguaje personal, de largo alcance, que pude poner a prueba a mediados de los ’70 cuando volví a Estados Unidos y toqué con Weather Report. Con esa banda hacíamos unos solos de percusión latina que todavía hoy suenan contemporáneos.”
Desde entonces, la lista de las colaboraciones de Acuña con otros músicos, en grabaciones y conciertos, es tan extensa como variada: desde Elvis Presley y Diana Ross en Las Vegas, hasta Paul McCartney y U2, pasando por Ella Fitzgerald, Al Jarreau, Jony Mitchell, Roberta Flack, Whitney Houston, Andre Crouch, James Taylor, The Winans, Seal, Celia Cruz, Sergio Mendes, Milton Nascimento, The Brecker Brothers, Yellow Jackets, Chick Corea, Herbie Hancock, Gonzalo Rubalcaba, Ivan Linns, Chucho Valdez, Cachao, Paquito D’Rivera, Arturo Sandoval, Carlos Santana, Joao Bosco, Juan Gabriel, Tom Jobim, Julio Iglesias, Plácido Domingo y Luis Miguel, por ejemplo. “Trabajar con artistas muy diversos significó un gran aprendizaje para mí”, sostiene Acuña. “Siempre pensé que la música es una sola: armonía, melodía, ritmo. Tuve la suerte de que desde muy chico pude apreciar toda clase de música: la armonía de la música clásica, el ritmo de la música étnica, la melodía de los valses. A mis estudiantes siempre les digo que hay que escuchar mucha música y estar preparados para todo. Por eso sigo estudiando y conociendo; por ejemplo, ahora estoy interesado en la música hindú y el flamenco.”
–¿Qué conoce de la música argentina?
–Tuve la suerte de trabajar con muchos músicos argentinos, como Lalo Schifrin, Gato Barbieri y Jorge Calandrelli; además siempre me impresionó la voz de Mercedes Sosa y la manera de tocar de Domingo Cura. De lo más actual, me gustó un grupo que se llama Aca Seca; hay mucho de jazz en lo que hacen esos chicos. La música argentina siempre tuvo excelentes representantes, por eso espero poder recoger más música y llevarme otras sorpresas cuando llegue a Buenos Aires.
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