LEY DE MECENAZGO
Un puente entre lo privado y lo público
El proyecto obtuvo media sanción en la Cámara de Senadores. Hubo respaldo de todos los bloques. Ahora Diputados tiene la palabra.
› Por Eduardo Tagliaferro
Con el respaldo de todos los bloques, el Senado dio su aval a la creación de un régimen de mecenazgo para las artes y la cultura. Impulsado por la justicialista mendocina María Cristina Perceval, el proyecto contempla que los patrocinantes privados podrán imputar sus contribuciones hasta un 3 por ciento del Impuesto a las Ganancias. La iniciativa cubre el espacio vacante que dejó el veto de Eduardo Duhalde a una anterior Ley de Mecenazgo votada a fines del 2001 por iniciativa del radical Luis Brandoni. En diálogo con Página/12, Perceval destacó que “el elemento innovador de la ley es que el Estado no delega la definición de políticas culturales”. Ahora la palabra la tiene la Cámara de Diputados. Allí se convertirá en ley la media sanción votada ayer por los senadores. Claro que antes, los miembros de la Cámara baja deberán despertar del prolongado sueño con el que los acuna la interna justicialista.
Debajo del estrado que suele ocupar el vicepresidente Daniel Scioli, y sentados frente a la totalidad del cuerpo, el secretario de Cultura, José Nun, y el director del Instituto de Cine, Jorge Coscia, seguían atentamente la discusión del proyecto de ley. De las discusiones previas habían participado el Malba, el Centro Cultural Recoleta y varias asociaciones de amigos de distintos museos, como lo graficaba la presencia de Nelly Arrieta de Blaquier, de los amigos del Museo de Bellas Artes; Luis Ovjesevich, de la Fundación Konex; Teresa Bulgheroni, de la Fundación del Teatro Colón, en la rueda de prensa realizada en el Salón Azul del Congreso luego de la media sanción de la iniciativa.
El proyecto aprobado ayer busca un equilibrio entre la decisión de los capitales privados de financiar tal o cual emprendimiento y las prioridades culturales diseñadas por el Estado. La definición la tendrán los privados, pero sobre un menú de propuestas que previamente seleccionará un consejo mixto que funcionará en la órbita de la Secretaría de Cultura. De este consejo participarán: el secretario de Cultura, el presidente del Fondo de las Artes, tres miembros del directorio del Fondo, un representante de los artistas, otro de los empresarios y también uno elegido por las fundaciones culturales.
“Esta comisión mixta es la que evalúa y califica los proyectos. Habrá un registro que hará transparente todas las decisiones. Es el patrocinante el que decide en cuál emprendimiento está dispuesto a invertir luego de la evaluación de la Secretaría de Cultura. No queda abierto a la determinación libre de la decisión empresarial”, destaca Perceval en diálogo con este diario. Si bien no hubo objeciones a la redacción del proyecto presentado por la mendocina, cuando el tema fue analizado en el recinto del Senado, fue la radical rionegrina Amanda Isidori la que recordó la ley anterior impulsada por Brandoni y vetada por Duhalde. “No me quedan dudas de que en este actual contexto económico y financiero la ley Brandoni sería viable”, dijo la radical.
“En la ley anterior, la decisión discrecional la tenía el Fondo de las Artes. Ahora los registros son públicos, así como el listado de los patrocinadores. Ningún patrocinador podrá aportar más del 20 por ciento del presupuesto de las actividades culturales. Más que el predominio de un solo aportante, preferimos muchos aportantes. En este proyecto se evita el subsidio al amigo”, explicó Perceval. Nun fundamentó las competencias de su secretaría en la decisión de la comisión mixta, ya que “dispone de todas las direcciones y de los organismos adecuados para realizar el correcto seguimiento de los proyectos”.
Precisamente este es el punto diferenciador con la anterior iniciativa de Brandoni que había sido aprobada por el Congreso. Brandoni criticó que la autoridad de aplicación recayera en la Secretaría de Cultura. “Caer en un manejo político es el peligro que se corre”, había puntualizado el radical. Algo que el propio Nun relativizó al responder que “ese riesgo siempre está”. Ahora el tema lo tendrán que definir los diputados. Cuánto tiempo les llevará y de qué manera lo harán es la principal incógnita. Por lo pronto y aventando suspicacias, Coscia subrayó ayer que la cultura definirá al Estado.