No sólo las dependencias estatales sufren hackeos: el lunes pasado, el sitio Otros Cines –uno de los más respetados y consultados del ambiente– se desayunó con que buena parte de sus contenidos recientes habían sido borrados, producto de un ciberataque. “Estamos tratando de recuperar los materiales perdidos”, anuncia un breve texto subido a la página de inicio (www.otroscines.com). Consultado sobre el tema, el director de Otros Cines, el reconocido crítico cinematográfico Diego Batlle, asegura: “Es imposible saber de dónde viene. Perdimos veinte días de trabajo y nada asegura que el ataque no vuelva a repetirse: contra los hackers es poco lo que puede hacerse”. Habituado a las polémicas que suelen agitar a todo foro de Internet, la más reciente de Otros Cines estuvo vinculada con la película argentina Soledad y Larguirucho, que se estrena mañana. Una crítica negativa de Batlle a esa película recibió como respuesta un sorpresivo aluvión de defensas indignadas, en algunos casos virulentas. Lo seguro es que el hackeo a Otros Cines no fue cosa de Trulalá: basta entrar en la página para verificarlo.