De la ciudad “más teatral” del país, como varios llaman a Rafaela, llega al Instituto Nacional del Teatro el nuevo director ejecutivo de ese organismo, designado ayer por la cartera de Cultura. Se trata de Marcelo Allasino, artista y gestor cultural de larga trayectoria, que hasta ahora (y desde el 2011) desempeñó el cargo de secretario de Cultura de esa ciudad santafesina por el Frente para la Victoria. Es también uno de los gestores y responsables del emblemático Festival de Teatro de Rafaela, el más importante en su formato de todo el país. Reemplazará en el directorio a Guillermo Parodi, quien desde el 2012 estuvo al frente del organismo encargado de la promoción y la difusión de la actividad a nivel nacional. “Sueño con una sociedad que integre, que derribe barreras, que nos reúna para la alegría, para la tristeza, el dolor y la celebración, el teatro nos permite todo eso”, decía hace unos meses Allasino a Rosario/12, a propósito de la entonces nueva edición del festival, que públicos y critica reconocen por su programación de excelencia y sus actividades de extensión, y que el funcionario dirige junto a otros proyectos escénicos, entre ellos el Centro Cultural La Máscara, una sala de gran relevancia. Su proyecto más reciente fue la creación de la Escuela Municipal de Artes Escénicas de Rafaela, durante su gestión en cultura.

A partir de ahora, Allasino será parte del Consejo de Dirección del Instituto, junto con un representante del Ministerio de Cultura, un secretario general, cuatro representantes nacionales del quehacer teatral y un representante regional para cada región (Centro, Centro Litoral, NEA, NOA, Nuevo Cuyo y Patagonia), quienes toman en conjunto las decisiones del organismo. No hubo comunicación oficial sobre los nombres de quienes ocuparán esos otros lugares ni confirmación sobre la continuidad de los actuales funcionarios. Desde el Ministerio de Cultura de la Nación, simplemente señalaron que los objetivos del flamante director ejecutivo serán “convertir el instituto en un ente enérgico que permita articular planes de trabajo a corto, mediano y largo plazo en todo el territorio nacional, y, a la vez, brindar el respeto y la consideración que se merecen los grandes referentes de la escena”, “fortalecer redes de distribución genuinas que respeten las particularidades identitarias de cada región y provincia” y “poner en práctica acciones que tiendan a afianzar la formación de los públicos”, entre otras tareas. “La designación apunta a estimular el desarrollo productivo de las artes escénicas argentinas, fomentando espacios de estímulo diversos y diferenciados para los artistas emergentes, los destacados y los vocacionales”, destacó Pablo Avelluto, que como su par en la Ciudad de Buenos Aires, Darío Lopérfido, eligió a un funcionario de la gestión saliente para ocupar uno de los cargos más determinantes del ámbito teatral (en la Ciudad, Jorge Telerman dirigirá el Complejo Teatral de Buenos Aires). Con esta designación queda configurado gran parte del mapa teatral de los próximos tiempos. Aún resta conocer quiénes serán los designados para dirigir el Teatro Nacional Cervantes, que ya tiene programación y proyectos definidos para el año próximo. Y, una vez anunciados todos los cargos, saber si los distintos organismos trabajarán en conjunto para fortalecer un teatro de calidad y federal, que por los tiempos que corren seguramente ocupará un lugar fundamental en la construcción de sentido y pensamiento de la sociedad.