Mar 12.01.2016
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CINE/TELEVISION > ALEJANDRO GONZáLEZ IñáRRITU FUE EL GRAN GANADOR EN LOS GLOBO DE ORO

Descontractura y decisiones salomónicas

Mucho más que “la antesala del Oscar”, los galardones de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood favorecieron a Revenant: El renacido y a la series Mr. Robot y Mozart in the jungle. Hubo ovaciones para Sylvester Stallone, Denzel Washington y Leonardo DiCaprio.

› Por Diego Brodersen

Al mexicano Alejandro González Iñárritu no hay quien lo pare. Tres Globo de Oro para su último largometraje, Revenant: El renacido (Mejor película, director y actor protagónico), confirman la tendencia de sondeos y pollas, y lo ubican como firmísimo candidato para llevarse varios Oscars el próximo mes de febrero. La del domingo fue una noche de repartijas varias: difícil afirmarlo, pero se huele algo salomónico en la decisión de no concentrar los premios en una o dos producciones, rasgo aún más sobresaliente en las categorías televisivas, donde las series Mr. Robot y Mozart in the Jungle resultaron las grandes vencedoras con apenas... dos estatuillas cada una. Fue también, como suele ser la costumbre, una noche más descontracturada que la del Tío Oscar, apoyada nuevamente por una conducción del comediante británico Ricky Gervais pletórica de incorrección política y puteadas varias, tapadas por un sonoro beep en Estados Unidos pero transmitidas sin censura en el resto del mundo, incluida la Argentina. Y acompañada por un vaso de cerveza rubia que iba y venía desde bambalinas hacia el escenario. Sin momentos musicales o un in memorian ocupando preciosos minutos, sin siquiera la proyección de fragmentos de los films –con la excepción de los nominados a Mejor película–, la ceremonia bajó la cortina luego de precisas tres horas, una menos de lo usual para el papá de los todos los premios cinematográficos de la Costa Oeste estadounidense.

Hubo varias perdedoras en la ceremonia de premios entregados por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, comenzando por la extraordinaria Carol, del realizador Todd Haynes, que no se llevó a casa ninguno a pesar de contar con cinco nominaciones. O la segunda etapa de la miniserie Fargo, con tres posibles estatuillas y ningún galardón. Y alguna que otra aparente y sorpresiva injusticia, como la corona a Mejor actriz en miniserie o telefilm a Lady Gaga por American Horror Story: Hotel. La cantante, con un look aseñorado que le sumaba al menos una década de edad a su gracia, generó asimismo uno de los gifs que más circulaban anoche por las redes sociales: a su paso cerca de la mesa en la cual cenaba Leonardo DiCaprio el actor reaccionó con un gesto de indescriptibles resonancias.

La primera personalidad en subir al escenario del hotel Beverly Hilton de Los Angeles, cerca de las 22.15 hora argentina, fue Kate Winslet, receptora del premio a Mejor actriz de reparto por su sustancial –podría incluso decirse indispensable– rol secundario en Steve Jobs. Categoría reñida si las hubo, compitiendo nada menos que con Jane Fonda, Hellen Mirren y Jennifer Jason Leigh, esta última por su salvaje papel en Los 8 más odiados. DiCaprio subió casi a última hora a recibir el Golden Globe por su extremo protagónico en Revenant –rodada en parte en el sur argentino–, y cerca del fin de su speech aprovechó para hacer mención a la necesidad de defender el derecho de los aborígenes de todo el mundo a sus tierras ancestrales. Fue el único comentario más o menos político en una noche de discursos breves y personales. Al menos fue una velada con chistes bastante zarpados, cortesía de Gervais, que incluyeron un duro comentario sobre “el futuro presidente de ustedes, Donald Trump”, y sus posibles leyes inmigratorias o la relación de las bebidas alcohólicas con Mel Gibson.

Tres personalidades disfrutaron de una ovación de pie al momento de recibir sus respectivas condecoraciones. La primera de ellas fue Sylvester Stallone, actor usualmente tratado con desdén por las premiaciones de cualquier clase, quien fue condecorado como Mejor actor secundario por el drama deportivo Creed: Corazón de campeón, del realizador Ryan Coogler. En un toque algo tristón y melancólico, Sly comentó que le dedicaba el premio a su mejor amigo imaginario, Rocky Balboa, y destacó que era la segunda vez que recibía esos honores; la primera, por supuesto, fue por su papel consagratorio en la Rocky original, hace casi cuarenta años. Un poco más tarde, Denzel Washington escaló los tres o cuatro escalones del escenario para hacerse con el premio honorífico Cecil B. DeMille por su prolífica y exitosa carrera, cosa que hizo junto a toda su familia y ante un aplauso cerrado de la audiencia. DiCaprio fue el último en ser vitoreado estrepitosamente al recibir su tercer Globo de Oro, punto de partida para una elucubración: quizás 2016 sea la vencida en la ceremonia de los Oscar, tras cuatro nominaciones históricas y ningún galardón.

La peor metida de pata de la noche le correspondió a Quentin Tarantino, quien subió a recibir los laureles a la Mejor banda de sonido por su película Los 8 más odiados, compuesta por el veterano Ennio Morricone. Tras declararse fan absoluto del maestro italiano y compararlo con Mozart, Beethoven y Schubert, el director de Pulp Fiction afirmó que era la primera vez que el músico, de 87 años de edad y todavía en plena actividad, ganaba un premio en suelo norteamericano por una de sus bandas de sonido. En realidad, se trató de su tercer Golden Globe, luego de los obtenidos por los largometrajes La misión (1986) y La leyenda del pianista en el océano (1998). El premio a Mejor película extranjera recayó en la húngara El hijo de Saúl, duro drama en primera persona sobre la Shoá y uno de los títulos que suenan más fuerte para los Oscar. Al mexicano Gael García Bernal, por su parte, se lo vio bastante sorprendido al escuchar su nombre como ganador de la categoría Mejor actor protagónico en serie, Comedia o Musical. Fue por su participación en la ya mencionada Mozart in the Jungle, producida por la rama televisiva de la empresa Amazon, apenas un ejemplo del avance de los nuevos jugadores digitales en la producción de series y telefilms, en desmedro de las cadenas de tevé tradicionales.

Una de las candidaturas más indescifrables en la historia de los Globos de Oro mutó en premio: le correspondió al director Ridley Scott subir a recibirlo, gracias a su drama espacial Misión Rescate, nominado en la categoría Comedia o Musical. “¿Comedia?”, dijo en un bajo y británico tono, antes de dar inicio a la seguidilla de agradecimientos y terminar con una emotiva mención a su hermano, el también cineasta Tony, fallecido tempranamente hace tres años. ¿En qué estaban pensando los miembros de la Asociación al incluirla en ese rubro? ¿Se habían quedado sin hueco en la sección dramática y decidieron incluirla de todos modos? ¿No es hora de reconsiderar esa división que atrasa unas cuantas décadas? Matt Damon fue elegido como Mejor actor protagónico (¿cómico?) por ese mismo film, mientras que Jennifer Lawrence se hizo acreedora al galardón femenino en la categoría correspondiente por Joy: El nombre del éxito, que podrá verse en salas argentinas a partir de este jueves. Finalmente, como actriz dramática en un papel cinematográfico principal, resultó ganadora la joven Brie Larson, por la película La habitación. Siempre según los miembro de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, el Mejor guión fue el de Aaron Sorkin, por Steve Jobs y, en el rubro de film animado, la factoría Pixar podrá poner en exhibición en su vitrina otra medalla victoriosa, en este caso por su última producción, Intensa-mente. Este jueves 14 se anunciarán las nominaciones a los Oscar, nuevo mojón en una temporada de premios que, como todos los años, promete oropeles, alfombras rojas y algunos actos de justicia. Y también todo lo contrario.

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