Los países más desarrollados están destruyendo en este momento la tierra, el agua y el aire. Es por esto que con mi arte yo denuncio el antagonismo entre la naturaleza y la civilización; entre el hombre y la civilización. Es por esto que he elegido por tema de mis pinturas las aguas, las vacas, el puño crispado del hombre invadido por su propia civilización. Es por eso que yo trabajo directamente sobre la naturaleza coloreando mi cuerpo, mi sexo y las aguas del mundo.

Mis actividades se integran a varias corrientes experimentales de la búsqueda artística: por una parte la intervención sobre la naturaleza, la geografía y la geología (land art); y por la otra, la expresión del comportamiento o la acción privilegiada por el artista, a la escala de la arquitectura y el urbanismo.

La coloración de los canales de Venecia (junio de 1968, Bienal de Venecia), y de grandes ríos y lagos del mundo, toman una significación más completa y desarrollan el problema de las aguas limítrofes, las aguas clave para la vida del hombre, las aguas que han costado luchas y guerras.

Mi segunda etapa está dedicada a Latinoamérica: la unión de los países latinoamericanos por las aguas de sus ríos, que serían simbólicamente coloreadas. Fin a los límites fijados por el hombre. Todo nuestro continente unido por un ideal: la Naturaleza. Toma de conciencia y puesta en valor de los elementos agua-tierra-aire, reseras del futuro en el continente latinoamericano.

* Citas editadas del libro publicado para su exposición retrospectiva realizada en el Museo Nacional de Bellas Artes en 1998.