JORGE PACCINI REPONE EN LA SALA LA COMEDIA EL CLáSICO ORQUESTA DE SEñORITAS
El actor, director y gestor cultural estrena desde hace años esta pieza de Jean Anouhil con diferentes elencos y una particularidad: los papeles femeninos son encarnados por hombres. “La inversión de sexos potencia el melodrama y convierte a la pieza en un neo grotesco”, dice.
› Por Cecilia Hopkins
“La obra es un trampolín para que cada uno interprete la desarmónica sinfonía de su vida”, fue una de las opiniones críticas que mereció Orquesta de señoritas, obra del francés Jean Anouhil estrenada en 1962 en París, en formato de café concert. Considerada una obra menor del autor, durante los años ‘70 la pieza fue suscitando un interés creciente. Precisamente en 1974 fue vista por primera vez en Los Teatros de San Telmo bajo la dirección de Jorge Petraglia, convirtiéndose en un éxito de varias temporadas que incluyó giras nacionales e internacionales. Tal vez pensando en Las criadas, de Jean Genet, el director decidió que los personajes femeninos fuesen interpretados por hombres. Al menos, esto supone Jorge Paccini, actor, director y gestor cultural que desde hace años estrena esta pieza con diferentes elencos. Su historia con Orquesta…data de 1983 cuando fue convocado para reemplazar a Santiago Doria, en el elenco original. Hoy, en el teatro La Comedia de Rodríguez Peña al 1000, vuelve a la cartelera esta obra con un elenco integrado por Miguel Jordán, Norberto Gonzalo, Edgardo Nieva, Osmar Nuñez, Carlos March, Ernesto Larresse y el mismo Paccini.
“La inversión de sexos potencia el melodrama y convierte a la pieza en un neo grotesco”, observa Paccini en una entrevista con Página/12. La trama ofrece una visión descarnada y brutal de la desesperación por sobrevivir en el período posterior a la Segunda Guerra. Sus protagonistas son seis mujeres y un hombre que integran una orquesta decadente que aborda todos los ritmos en el palco del bar de un establecimiento dedicado a aliviar enfermos de estreñimiento. Sus personajes son Patricia, una virgen al borde de la ancianidad (Jordán), Pamela, la que colecciona romances (March), la gesticulante Leona (Paccini), Ermelinda, la que se lamenta permanentemente de lo que no pudo ser (Larrese), la monstruosa Hortensia, directora de la orquesta (Núñez), y Susana Delicia, (Gonzalo) amante de León (Nieva), el pianista, el único varón de la orquesta.
–¿Por qué continúa reponiendo esta obra?
–Orquesta... se fue convirtiendo en un clásico. Muchos actores quieren hacerla no solamente porque es una obra entrañable que establece una gran complicidad con el público por su carácter popular, sino también porque es un ejercicio actoral muy intenso.
–¿En qué consiste su desafío?
–El actor no se traviste sino que tiene que interpretar seriamente un rol de mujer, a pesar de los elementos cómicos que tiene la obra. Con toda la complicación que esto puede tener para un hombre. Porque tiene que llevar peluca, tacos altos y maquillarse.
–¿Es difícil cambiar el marco temporal de la obra?
–Creo que sí, porque es importante el tema de la posguerra. La obra es una radiografía del ser humano en siete personajes que viven ese tiempo que es aún peor que la guerra misma. Ya había pasado la angustia de los bombardeos pero empezaba un período tal vez peor, con 50 millones de muertos y una enorme cantidad de gente que quedó sin casa. Y se sentía la ausencia de los hombres. Estas mujeres salen a trabajar por ese motivo.
–¿Cómo son esos personajes?
–Son el prototipo de lo que pasó esa sociedad. Estas mujeres van a tocar a un lugar patético, donde están muchas horas y nadie parece escucharlas. Es una orquesta que interpreta todos los ritmos, en versiones muy berretas. Todas cuentan sus historias como epopeyas inventadas. Sostenidas en la ilusión de que ellas son las mejores en lo suyo y que, por las nuevas condiciones de vida, deben aceptar estar en ese lugar que no les corresponde.
–¿Qué estilo de actuación requiere esta pieza?
–Un ritmo de actuación potente y vertiginoso. Sustancial, verdadero, para lograr el grotesco, que produce gracia por contradicción.
–¿Es difícil dirigirla?
–Yo creo que si no se genera primero un hecho humano no puede haber después un hecho artístico. Así que hay que tener en cuenta las relaciones entre los actores para que sus habilidades puedan ser dirigidas hacia el lugar deseado. Su experiencia y ductilidad hacen el resto.
* Orquesta de señoritas, teatro La Comedia (Rodríguez Peña 1062), lunes y martes a las 20.30.
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