Ayer falleció William Boo, el legendario árbitro de Titanes en el ring. Con 79 años, Héctor Oscar Brea, más conocido por su nombre artístico, sufría una trombosis por la que ya había estado internado varias veces. En una de las últimas notas que dio, Boo habló sobre sus problemas: “Estoy en la ruina total. Con este asunto de la pierna se me fue mucha plata, tanto del bolsillo de mi señora como del mío. Para hacerla corta, estamos secos –afirmó–. Me las aguanto. Si quieren hacer una colecta que la hagan. Seguiré peleándole a la vida como todos los luchadores”. Y agregaba: “Como ves, no pido cosas raras. Eso sí, no quiero molestar a nadie. Pero no quiero dejar de agradecer al público argentino, que me ha odiado y querido al mismo tiempo”. Boo estaba convencido de que los problemas de salud que sufría se debían a los golpes que había recibido sobre el ring cuando él era luchador, “ahora estoy pagando los platos rotos”, dijo en esa oportunidad. En el portal de Titanes en el ring Boo cuenta cómo creó el personaje que lo llevó a la fama: “Para hacer mi personaje estudié a Porchio, que era un viejo referí, un capo de la ilegalidad. A lo que vi de él le agregué mi inventiva”. Amigo de Martín Karadajian, su papel era el de un árbitro polémico y corrupto. Hace unos años, consultado acerca de los fallos dudosos dentro del fútbol local, comentó: “Titanes era un show, algo armado, que se sabía lo que iba a pasar. Pero en el deporte en serio, a mí me da mucha bronca la injusticia, que los árbitros cobren a favor de uno. Yo, en cambio, en su momento no podía salir a la calle. Un día, después de una función en el Luna Park, una vieja casi me mata a paraguazos contra un Fiat 600 celeste. Y todo porque hice ganar a la Momia Negra”.