PRESENTACION DE MIGUEL REP
Participó de una mesa con el caricaturista cubano Ares y se ganó el afecto del público. En primera fila estaba Hebe de Bonafini.
› Por Por S. F.
Desde La Habana
La cultura cubana aprendió a expurgar el dolor a través de la carnavalización transgresora, por momentos hiperbólica, de la risa. Cultivar el sentido del humor no significa estar siempre haciendo chistes ni burlándose de los demás. Jean de la Bruyère dijo que “no es raro que aquel que hace reír se haga querer”. Miguel Rep y el caricaturista cubano Ares (Arístides Hernández) se ganaron el afecto de la gente que los escuchó ayer en la sala Alejo Carpentier, en la mesa “Cuba y Argentina: el largo brazo del humor”. “Hay un diálogo permanente entre ambos países, un hilo invisible que nunca se corta”, dijo Rep. En la primera fila de la sala estaba la presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, que intervino en varias ocasiones como si fuera la madre de Rep. “Te ponés nervioso cuando vas a hablar”, lo retó Hebe. “Con vos tenemos una relación carnal”, admitió el humorista ante el público cubano, que ayer copó la Fortaleza San Carlos de la Cabaña desde la mañana temprano. Por momentos, parecía que todos los habitantes de La Habana estaban juntos en la Feria del Libro, caminando por las calles del complejo con familiares y amigos.
“Todos hemos vivido épocas en donde no se pueden decir cosas. Pero me parece que el mejor momento para el humorismo gráfico es cuando se puede decir todo, cuando hay libertad de expresión”, planteó. “El humor siempre ha sido considerado evasivo, casi infantil, la gente siempre le busca el costado simpático. Pero el humor es liberador o no es nada. No es libertador porque es un término muy pomposo y nosotros trabajamos en contra de la solemnidad”, comparó Rep. Quizá por el aire acaso eclesial de la sala, que se prestaba a funcionar como un confesionario, Rep blanqueó que tiene problemas con la palabra humor. “El Roto es un tipo distinto, es un Goya. El dice que no es humorista, que es un hombre de la sátira, y para mí la diferencia es fundamental, porque el humor puede pasar de moda; la sátira nunca, porque habla de la condición básica del ser humano.” Un cubano le preguntó si participarán dibujantes cubanos en el mural que está haciendo Rep en el pabellón argentino. “Claro que sí, la idea es que haya un espacio para ustedes”, garantizó Rep, que la miró a Hebe y le advirtió: “Vos no vas a hacer un garabato, es para los que saben dibujar”. Sobre el estado actual del humor gráfico en la Argentina, Rep señaló que las fuentes principales de trabajo son los diarios y no las revistas, que fueron las grandes formadoras para quienes se iniciaban en el oficio. “Desde el cierre de Humor registrado estamos atravesando un momento difícil, porque ya no tenemos más ese potrero, pero ahora Internet es un espacio para formarse. Los chicos hacen su weblogs o sus revistas en la pantalla.”
Ares trazó una síntesis del estado actual del humorismo en Cuba. “Estamos saliendo del período especial. El humorismo gráfico se resintió mucho porque desaparecieron casi todos los espacios para publicar”, explicó el caricaturista. Palante, una emblemática publicación, lanzaba antes del período especial 250 mil ejemplares semanales y terminó tirando 60 mil por mes. “No creo que pese a la recuperación en este momento tengamos la calidad que hubo en la década del ’80, pero lo interesante es que están apareciendo nuevos creadores, como Sampayo, y estamos empezando a aprovechar las nuevas tecnologías.” Respecto del humor político cubano, Ares reconoció que está aún orbitando demasiado en torno de la relación entre Cuba y Estados Unidos. “Le falta meterse en la cotidianidad de la gente”, opinó Ares, quien añadió que, descontando a Cuba, las plazas fuertes del humorismo son México, Brasil y la Argentina.
Hebe preguntó si se entendían entre sí el humor argentino y el cubano. Ares observó que como el humorismo gráfico argentino está mucho más vinculado con las revistas, se insertó muy bien en las publicaciones cubanas. “Tenemos en común –respondió Rep– la escuela europea. En eso los yanquis todavía no nos ganaron, aunque me siento bastante distante con la escuela de los países del Este. No sé cómo haría humor en Cuba”, admitió. El dibujante y humorista argentino contó que siempre se pregunta cómo habrá sido el humor del Che en las Sierras Maestras. “Pienso en lo chévere que son los cubanos y lo amargos que somos los argentinos”, comparó. Ares comentó que el Che publicaba una revista mimeografiada, El cubano libre, con algunas caricaturas hechas por él.
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