GARCIA MARQUEZ EN EL CONGRESO DE LA LENGUA
Homenajeado en la jornada inaugural del encuentro que se desarrolla en Cartagena de Indias, Gabo dijo estar “sorprendido” por su trayectoria literaria.
› Por GABRIELA MAYER *
Desde Cartagena de Indias
Su presencia era más que esperada, pero no por ello dejó de cautivar a los asistentes al IV Congreso Internacional de la Lengua Española. El escritor colombiano más célebre de todos los tiempos, que afirma detestar los congresos literarios y la vida intelectual, no solamente participó, sino que hasta tomó la palabra. Vestido de blanco y con una corbata en tonalidades marrones, Gabriel García Márquez no se hizo rogar y se acercó hasta el micrófono en el Centro de Convenciones de Cartagena de Indias para definirse como “un artesano insomne” que no sale de su sorpresa por todo lo que le ha sucedido. Los aplausos lo habían acompañado ya apenas ingresó al lugar, ubicado a pocos metros de la Puerta del Reloj que conduce a la ciudad vieja.
Con la presencia de los reyes de España, Juan Carlos y Sofía; del presidente anfitrión, Alvaro Uribe; del mandatario panameño, Martín Torrijos, y del ex presidente estadounidense Bill Clinton, el padre del realismo mágico se limitó a decir: “No sé a qué hora sucedió todo, sólo sé que tenía 17 años y hasta la mañana de hoy no he hecho cosa distinta que levantarme temprano todos los días, sentarme frente a un teclado para llenar una página en blanco o una pantalla vacía del computador con la única misión de escribir una historia aún no contada por nadie que le haga más feliz la vida a un lector inexistente”.
Se fundió en un abrazo con el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, quien le entregó el primer ejemplar del Cien años de soledad, promovido por la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española, un honor conferido anteriormente sólo al Quijote. Millones de lectores de todo el mundo “han hecho el viaje iniciático a Macondo”, apuntó el director de la RAE, antes de que el autor se llevara la novela bajo el brazo, esa que le abrió las puertas al reconocimiento internacional.
“Hoy me tocó levantar la cabeza para asistir a este homenaje, que agradezco y no puedo hacer otra cosa que detenerme a pensar qué es lo que me ha sucedido”, explicó el escritor y periodista que celebra 80 años de vida, 60 de la publicación de su primer cuento, 40 de la edición de la saga de los Buendía en Macondo y 25 de haber sido galardonado con el Nobel de Literatura. “Los lectores de Cien años de soledad son hoy una comunidad que si viviera en un mismo pedazo de tierra sería uno de los 20 países más poblados del mundo. No se trata de una afirmación jactanciosa, al contrario, quiero apenas mostrar que ahí está una gigantesca cantidad de personas que han demostrado con su hábito de lectura que tienen un alma abierta para ser llenada con mensajes en castellano. El desafío es para todos los escritores, todos los poetas, narradores y educadores de nuestra lengua”, señaló.
Pero además de la presencia oficial de diversas autoridades, el escritor también estuvo rodeado por amigos como el mexicano Carlos Fuentes, quien evocó: “Conocí a Gabriel García Márquez allá por 1962, en la Ciudad de México y en una casa llamada ‘la mansión de Drácula’, por su evidente aspecto transilvánico y sede de la compañía productora de cine de Manuel Barbachano Ponce”. Y explicó: “Nuestra amistad nació allí mismo, con la instantaneidad de lo eterno”, leyendo su homenaje incluido en el renovado Cien años de soledad, revisado por el propio García Márquez. “Honramos hoy en Colombia a uno de sus hijos y en Cartagena de Indias, la más bella ciudad del Caribe, a un escritor y a un hombre, Gabriel García Márquez, que con su obra nos dice que aún nos falta mucho por decir. Y que al contarnos una historia, nos asegura que la historia aún no termina, porque no hemos escrito nuestra última palabra. Hoy comienzan los próximos cien años de Gabriel García Márquez, y empieza también el primer día del próximo lector de Cien años de soledad”, subrayó Fuentes en un aplaudido discurso. El libro llega en buena compañía: abren la nueva edición una breve semblanza de Gabo escrita por Alvaro Mutis y el homenaje de Fuentes, así como una parte central del análisis que hizo Vargas Llosa de la narrativa de García Márquez.
Ayer se exhibió un fragmento del documental Buscando a Gabo, de Luis Fernando “Pacho” Bottía, con testimonios de Mutis, Plinio Apuleyo Mendoza y Jaime García Márquez, entre otros, en tanto que la música llegó de la mano de la agrupación Los Niños Vallenatos, dirigida por Andrés Turco Gil, una actuación que Gabo acompañó con palmas. Así llegó a su fin el homenaje que Cartagena de Indias y el IV Congreso Internacional de la Lengua le organizaron a García Márquez, con la particularidad de que quien declara ser “uno de los seres más solitarios” que conoce dio el brazo a torcer. Y así fue: Gabo finalmente se dejó acompañar.
* De la agencia DPA.
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