A las 3 y 10 de la mañana y con todo el teatro Gran Rex entonando las estrofas del Himno Nacional, Charly García cerró ayer a la madrugada el recital con el que festejó su cumpleaños número 54. Charly ganó la apuesta que había jugado al cierre de la campaña electoral, cuando a mediados de la semana pasada lanzó la propuesta “El domingo elegí Say No More” y llenó las 3400 butacas del Rex para un recital que arrancó a la 1.05 de la noche con una versión instrumental de Yendo de la cama al living. El músico del bigote bicolor, vestido con pantalón a rayas, zapatillas blancas, camisa negra y saco rojo, apareció en el escenario cantando Me tiré por vos, y para el tercer tema de la noche ya había estrellado dos teclados y una guitarra contra el suelo. Acompañado por el afianzado y cada vez más potente trío chileno que conforman Kluge Hayashida (guitarra), Tonio Silva Peña (batería) y Carlos González (bajo), más el trío de cuerdas de Alejandro Terán (viola), Javier Weintraub (violín) y Julián Gándara (cello), García ofreció dos set y un bis, en un show de alto contenido calórico. La primera parte, que se extendió hasta la 1.40, fue un repaso de temas de Sui Generis, como una nueva versión de Confesiones de invierno o Tribulaciones, lamentos y ocaso de un tonto rey imaginario o no y de temas de su etapa solista de los ’80, con Pasajera en trance, Demoliendo hoteles y Promesas sobre el bidet. A la 1.55, García, con nuevo vestuario (pantalón amarillo y remera blanca), salió para la segunda parte del espectáculo y luego de decir “believe or not” (créase o no), presentó a Palito Ortega. El cantante tucumano y ex gobernador de esa provincia fue silbado por buena parte del público cuando cantó Corazón de cemento, tema que García compuso a los 9 años y que está grabando en su nuevo disco. Esta parte del show estuvo casi totalmente dominada por temas de la placa discográfica que García está grabando, a excepción de Cerca de la revolución, Adela en el carrusel o Tu vicio, con el que a las 2.30 corrió el telón rojo del Rex anunciando el final de la noche. Veinte minutos más tarde volvió para cantar las últimas canciones de una noche particular que finalizó, acorde con la jornada que se cerraba, entonando el Himno.