Mié 05.03.2008
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KEN FOLLETT Y EL BOOM ALREDEDOR DE SU LIBRO UN MUNDO SIN FIN

Los secretos del escritor millonario

La nueva novela del autor, que algunos críticos comparan a J.K. Rowling, llega hoy a las librerías argentinas con una tirada de 40 mil ejemplares, que aspira a repetir un fenómeno mundial de ventas masivas.

› Por Silvina Friera

Parece la trama de una telenovela: el pobre que se hace multimillonario y triunfa en el mundo. Los perdedores que se transforman en ganadores del mercado literario, después de años de aprendizaje, fuerza de voluntad y sacrificio, son los protagonistas venerados, casi con fervor religioso, por las editoriales multinacionales. Y más aún por los lectores. Hace diecisiete años, una cenicienta británica que había perdido su trabajo como maestra y que vivía gracias a los subsidios estatales, separada y con un bebé de apenas tres meses, empezó a escribir en distintos cafés de Edimburgo, porque en su casa no tenía calefacción, la saga de Harry Potter. El imperio de J. K. Rowling ahora tendría un sucesor. Un príncipe galés, Ken Follett, que escribió su primer libro para pagar el arreglo de su auto y al que nunca le dio vergüenza admitir que se hizo rico escribiendo best sellers –más apreciados por el público que por la crítica–, amenaza con destronar a la madre del mago.

¿Se viene la follettmanía? El autor de Los pilares de la Tierra, novela publicada en 1989 –ambientada en Kingsbridge, un pueblo inglés imaginario, durante la construcción de una catedral entre 1135 y 1174–, que aún vende más de 100 mil ejemplares al año y en España ha sido durante casi veinte años “la novela más leída”, según la Federación del Gremio de Editores, regresa con la segunda parte, Un mundo sin fin, que Plaza y Janés (Random House Mondadori) lanzará el próximo miércoles en la Argentina. El nuevo caballito de batalla de Follett, que se publicó el 28 de diciembre pasado en España, y no hay inocencia que valga, vendió en dos semanas... ¡un millón de ejemplares!

El novelista galés de 58 años, simpatizante del Partido Laborista británico, apoyó a Tony Blair hasta que lo decepcionó. Fanático del blues, Follett toca el bajo en una banda llamada Damn Right I’ve Got The Blues desde hace quince años y es amigo de Bill Wyman, ex bajista de los Rolling Stones, y del escritor Hanif Kureishi. El desenfado del galés quedó registrado en un debate con el autor de El buda de los suburbios acerca de qué quieren los lectores. “Nunca pienso en los lectores”, le dijo Kureishi. “Por eso tú eres un gran escritor y yo soy un escritor millonario”, le respondió Follett. Antes de su primer éxito, El ojo de la aguja (1978), el escritor había publicado diez libros con seudónimo que pasaron sin pena ni gloria por las librerías. El cuento sobre cómo empezó a escribir –cualquier semejanza con Rowling es pura coincidencia– no tiene desperdicio.

Follett trabajaba como periodista para el diario londinense The Evening News, cuando se le rompió el auto. La reparación le costaba 200 libras, acababa de nacer su hija, tenía una casa grande y una hipoteca pesadísima sobre su espalda. Estaba en el taller, no podía mover el auto de allí y entonces fue al banco para pedir un préstamo que, por supuesto, le negaron. No sabía qué hacer, pero de pronto recordó que uno de los periodistas del diario había escrito un thriller y obtuvo del editor doscientas libras, justo la cantidad de dinero que necesitaba. “Ya sé cómo vamos a recuperar el coche, voy a escribir un thriller”, le dijo a su primera mujer. Lo escribió rápidamente, se lo envió al editor y consiguió el dinero para reparar el coche.

El protagonismo de las mujeres

“Gwenda sólo tenía ocho años, pero no le temía a la oscuridad.” Así comienza Un mundo sin fin, novela de 1184 páginas que relata las peripecias de cinco personajes en el siglo XIV, con el telón de fondo de la peste negra que acabaría con la vida de más 25 millones de personas. El primer día de noviembre de 1327, la noche siguiente al día de Halloween, cuatro niños (un ladronzuelo, un matón, una niña prodigio y una chica que quiere ser doctora) duermen sobre la entrada de la catedral de Kingsbridge. Esa noche, sus vidas quedarán marcadas para siempre al convertirse en testigos de una pelea entre dos soldados y un caballero. Los soldados mueren y el caballero entierra un documento antes de ingresar al monasterio de Kingsbridge para convertirse en monje el resto de su vida. Godwyn es el prior del pueblo y malvado confabulador; Merthin, el arquitecto que se enfrenta al desafío de construir un puente para que el pueblo no muera comercialmente y luego edificará la torre más alta de Inglaterra; su hermano Ralph, experto cazador, usará la fuerza para llegar a ser duque; Gwenda, una muchacha pobre, persigue un amor imposible y sufrirá todo tipo de ultrajes, y Caris, una mujer independiente y valiente, busca tener un futuro curando a los enfermos, a pesar de las reticencias sociales, y prefiere mantener una relación con su amado Merthin a casarse y depender de él para toda la vida.

Su inicial admiración por Tony Blair no le impidió lanzar una feroz crítica al entonces primer ministro por su tendencia a manipular la agenda informativa y mediática. El escritor se ha inspirado en el ex premier británico para crear a uno de los personajes más desagradables de su nueva novela: Godwyn, un piadoso monje que devendrá en un prevaricador deslumbrado por el poder. “Blair es y al mismo tiempo no es el modelo en el que me he inspirado para crear a Godwyn”, sugiere Follett. Follett reconoce que es un escritor muy ambicioso. “Miro las ventas de alguien como Stephen King y pienso: ¿qué tengo que hacer para vender como él? Algunos escritores no soportan que otros vendan un montón de libros. Yo nunca lo he sentido así. Si Stephen King vende más libros que yo es porque es un escritor terroríficamente bueno.” España encabeza el ranking mundial de países apasionados por Un mundo sin fin, con más de un millón de ejemplares vendidos. Le siguen Italia y Estados Unidos, con 750 mil ejemplares cada uno, y Gran Bretaña, con 350 mil. “¿Por qué vendo tanto en España y no en Francia? ¿Por qué soy un fenómeno en Noruega y no en Suecia?”, se pregunta el escritor. Con una tirada inicial de 40 mil ejemplares, hoy se sabrá si la Argentina se sumará a la follettmanía.

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