Lun 22.06.2015
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SERIES › TERCER AñO PARA BATES MOTEL, POR UNIVERSAL CHANNEL

La actualidad de un psicópata

Freddie Highmore, el protagonista de la serie inspirada en el clásico de Hitchcock, señala: “Reveo Psicosis antes de cada temporada”. La versión –con la madre viva– le suma nuevos y tortuosos componentes a la archiconocida historia.

› Por Federico Lisica

En la recién estrenada tercera temporada de Bates Motel (va los jueves a las 22 por Universal Channel), el psicópata por excelencia, Norman Bates (Freddie Highmore), comienza a tantear una de las fases más atractivas de su metamorfosis. Esa que el público ya conoce de antemano. Travestismo, alucinaciones y la voz de una madre castradora diciéndole a quién asesinar y cómo no dejar rastro. Los creadores de este thriller –Carlton Cuse y Kerry Ehrin– se habían visto en la obligación de alejarse del clásico hitchcockiano y crear su propia cosmovisión. Como si el público tuviera que conocer otros recovecos del alojamiento de White Pine Bay, llevaron la historia a la actualidad, le dieron prioridad al regodeo visual tiñéndolo todo de una oscuridad lindante con lo fantástico, presentaron a Norman como un proto asesino serial y líneas secundarias jugosas, pero el más escondido y atractivo de todo los cuartos tenía que ver con el rol de la madre. Norma Bates (Vera Farmiga) ya no sería un esqueleto escondido sino una matrona bella, fálica y nociva. Los aspectos macabros de la tira comienzan con la filiación entre ellos dos. No abundan los asesinatos pero cuando aparecen se los descompone y recompone para regocijo del espectador.

Una aclaración: Norman no es su primogénito, antes tuvo otro hijo producto de su relación con su propio hermano. Lo cual multiplica el grado de incesto, las posibles subtramas y la compleja psiquis del protagonista. “Diría que Norman ya es una persona diferente, mucho tiene que ver con que ha trascendido esa barrera que tienen los adolescentes al tomar conciencia de que sus padres son personas comunes, opuestos a los dioses del Universo que se inventan, aunque en este caso sería más apropiado referirse a una diosa. En esta temporada veremos mucho del juego por el control entre él y Norma que va a derivar en una lucha por el poder verdaderamente deliciosa”, adelanta Ehrin en una teleconferencia de la que participó Página/12. Según su guionista y productora, este thriller abona la libre interpretación: “Vamos descamando las historias más allá de lo que nos muestre la verdad, así que cualquiera puede asumir lo que le venga en gana”, señala.

Aunque en estos diez episodios (ya se ha confirmado una cuarta temporada) es cada vez más evidente que el joven manager del motel tiene problemas para diferenciar lo real de lo imaginario y sueña con volver al útero de su progenitora, o al menos vestirse como ella. Ciertos mohines maléficos, la aparición de la célebre ducha, llevan a pensar que el viejo Bates está por reaparecer. “Habiendo hecho dos temporadas uno ya está alerta sobre quién es este personaje. El mayor desafío es componerlo como alguien más maduro y mañoso, ya no se trata de descubrirlo”, apunta Highmore en la misma teleconferencia.

–¿Cuál es la influencia que tiene en este momento la composición de Anthony Perkins sobre la suya?

–Hay cada vez menos comparaciones porque la audiencia aceptó esta otra entidad de Norman. Al mismo tiempo, reveo Psicosis antes de comenzar cada temporada. Intento implementar algunas cosas que Anthony Perkins hizo emerger del rol, porque el final de Bates Motel no tiene motivos para ser el mismo que el de Psicosis.

–¿Cómo se desarrollará su personaje y la relación madre/ hijo en esta temporada?

–Más que nunca se ven los dos lados de Norman. Una de las cosas que más me gusta de esta serie es que todos sabemos que Norman mata pero no sabemos cómo o cuándo. Porque sabemos que va a volver a matar, ¿no? Con respecto a la relación con su madre, ya lo vemos en el primer episodio. Trata de invitar a salir a una chica pero queda claro que lo hace puramente porque sus sentimientos por ella son los mismos que tiene por su madre. Y además cree que está en lo correcto al hacerlo.

–¿La dinámica entre ellos se vuelve más clara?

–Norman ha sido por mucho tiempo el pequeño en la relación, y esa dinámica empieza a mutar, ya lo vemos con esa imagen de los dos tirados en una cama, están al mismo nivel, como iguales. Pero eso no se mantendrá así, Norman seguirá queriendo tener más control y se las arreglará para ser el dominante.

–La serie tiene un cuidado especial por su entramado visual, y está la icónica casa con el motel. ¿Se siente ese aspecto tenebroso en la atmósfera del rodaje?

–Sí. La primera vez que entré al set sentí su peso singular, porque la ves y es muy parecida a la original. Con el paso del tiempo le fuimos adosando nuestra propia memoria emotiva por los eventos que desarrollamos ahí. En algunos rincones todavía hay sangre en las paredes producidas por el asesinato al oficial Shelby.

–En el primer episodio de la nueva temporada, Norman espía a una mujer en el baño y se sintió como algo muy familiar. ¿Habrá más escenas en ese lugar?

–Podríamos definirla como una temporada de escenas de baño porque va a haber muchas de ese tipo.

–¿Qué comentarios dejarían en el libro de visitas los huéspedes del Bates Motel?, ¿qué pasaría si Norman leyera una mala crítica?

–No creo que su reacción sea la de matarlos directamente. Tal vez se sienta muy mal consigo mismo porque le pone empeño a su trabajo. Asumiría su responsabilidad porque es alguien muy orgulloso. Les mandaría una carta muy bien escrita, inteligente, invitándolos con una estadía libre para que tengan una experiencia distinta.

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