SERIES › EL ESTRENO DE BLINDSPOT, POR WARNER CHANNEL
La aparición en Times Square de una chica sin memoria y con una serie de enigmáticos tatuajes es el disparador de una serie que combina paranoia, acción, espionaje y discurso de género. “Hoy la originalidad es cómo recreás nuevamente algo”, dice el director Marco Siega.
› Por Federico Lisica
Según el antropólogo David Le Breton, para poder controlar un mundo cada vez más inaccesible, en la actualidad las personas buscan controlar lo más cercano. Es decir la anatomía propia. “El cuerpo es un objeto a someter, no a vivir con alegría. Es un objeto imperfecto, un borrador por corregir. Cambiando el cuerpo se cambia la vida”, dijo el pensador francés, y sus palabras toman un significado perverso y explícito para la protagonista de Blindspot (los martes a las 23.30 por Warner Channel) que es, básicamente, una hermosa escultura de carne sin recuerdos. Así se pudo ver a Jane Doe (Jaimie Alexander) en el estreno de esta serie de acción y espionaje. “Sus tatuajes funcionan como incógnitas y respuestas, pero no es sólo para un episodio, lo que encontrás en un momento puede que tenga más de un valor, que simbolice algo y luego otra cosa; cada resolución abre nuevas puertas”, señaló su director Marco Siega, en una teleconferencia de la que participó Página/12.
La apertura de la ficción fue tan auspiciosa como enfática. Un policía encuentra un bolso en Times Square, Nueva York, con un precinto que dice “Llamar al FBI”. De allí dentro, y en medio de ese caos urbano, aparece la NN, alias Jane Doe (su nombre en inglés es la versión de quienes no tienen identidad conocida) como un tapiz de mensajes a descubrir. Ella no puede ayudar demasiado porque su memoria es la antítesis del Funes borgeano. Se sabe que sufre de un “estado de amnesia inducido por químicos” y que justo debajo del cuello tiene escrito el nombre de Kurt Weller (Sullivan Stapleton), un prototípico agente del FBI. Al final del piloto, ella descubrió (junto a los televidentes) que tiene demasiadas y llamativas habilidades innatas para la lucha. Además, gracias a sus marcas en la piel se podrá desbaratar a tiempo un ataque terrorista contra la Estatua de la Libertad. “Toda serie tiene propuestas algo tramposas, el espectador quiere que se resuelvan las preguntas lo más pronto posible; nuestra idea es descubrir algunas de ellas pero para plantear preguntas más grandes”, dice Siega, quien dirigió varios episodios de otra entrega conspiranoica como The Following.
–¿Qué encontraron en Jaimie Alexander para que diera con Jane Doe?
–Es un papel extenuante desde lo físico pero también da con la ambigüedad de su persona. Jaimie encarna todo lo que el papel demanda. Es misteriosa, inteligente, expresa muchísimo con su mirada, es alguien que estuvo perdida y se pregunta constantemente: ¿quién soy? No es algo tan fácil de lograr.
–Algo que resalta en el primer episodio fue la sensación de paranoia que aún se vive en Nueva York por las secuelas del 11-S. ¿Eso fue trabajado a conciencia?
–No fue algo premeditado pero definitivamente se puede palpar eso, nos dimos cuenta cuando realizamos el rodaje en el subte y en Times Square. Está ahí, se siente, diría que se fue filtrando.
–Se ha comparado Blindspot con la saga Bourne, Memento y Old Boy, incluso con series como Blacklist. ¿Cuál es el aporte de Blindspot a esta lista?
–Hoy todos tomamos prestadas ideas de otros. La originalidad en la actualidad es cómo recreás nuevamente algo. Este programa tiene componentes muy perspicaces y entretenidos. También se habían hecho otros relatos de hombres sin memoria antes de Memento. Creo que está más relacionada con la saga Bourne. No tengo una opinión negativa con los que hagan esa comparación. Si no te gusta no ves el programa. Pero la gente está respondiendo. Quieren resolver los misterios con nosotros.
No le faltan argumentos al realizador. La apuesta de Blindspot, cuya señal madre es la NBC, tuvo una alta repercusión de rating. Ya se han desperdigado por la web varios sitios que ponen la lupa sobre cada una de los misterios en su epidermis. Y por momentos, como en el final del primer episodio, se zanjan de manera explícita al describir su condición de victimaria y pasado como ranger. Más que Jane Doe se está frente a una GI Jane con combate de género. “Siempre se pensó a la protagonista como una mujer, lo cual nos permite indagar cosas que con un hombre habrían sido imposibles. Es una mujer fuerte, pero si fuera un hombre no causaría tanto impacto”, alega Siega.
–Sobre Jane Doe hay un gran signo de interrogación. ¿Existe alguna pregunta sobre la identidad de su compañero, Kurt Weller?
–En un principio la acompaña en su investigación. Al igual que ella quiere saber quiénes fueron los que le hicieron esto. Obviamente hay potencial para un romance. Rápidamente daremos algo que va a shockear a los que siguen el programa.
–Algunas claves del piloto parecen desorientar. ¿Van a plantar muchas pistas falsas?
–No queremos que el espectador sienta que le estamos mintiendo. Sólo diré que toda la información que brindamos es relevante. Hay algunos eventos que vamos a presentar desde diferentes ángulos. Es como cuando armás un rompecabezas, podés hacerlo desde varios lugares. Sé que estoy diciendo mucho sin decir nada realmente (risas), pero es que se trata de un programa con mucho suspenso y acción.
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