Ayer a las 22, AMC estrenó la última parte de la segunda temporada de Fear the Walking Dead (repite los lunes en el mismo horario). La serie desprendimiento de la gran creación de Robert Kirkman presenta a nuevos grupos huyendo de los walkers en el contexto de la ciudad de Los Ángeles y en el comienzo mismo de la plaga zombie. “En este programa hay una dinámica familiar muy fuerte. Nacés en un entorno y lo que sucede aquí cambia todo. Es una épica llevada a elementos propios de cada día. Hay algo muy interesante acerca de la idea de familia que se hace en el medio de terreno devastado”, le había confesado a este diario su showrunner, Dave Erickson. Pero ahora los Clark/Manawa, Salazar y Strand deben separarse para mantenerse con vida. ¿Si finalmente habrá un cruce con Rick Grimes y el resto de los sobrevivientes? Por ahora no. “Geográficamente es muy complicado, deberían cruzar Estados Unidos de costa a costa, y cronológicamente tampoco es fácil”, se excusó Erickson aunque añadió: “Estamos muy cerca en el tiempo de Rick despertándose en Georgia”. Lo que sí se ha confirmado es una tercera temporada a estrenarse el año que viene. Tras la emisión de los episodios, le sigue Talking Dead, talk-show que revela el detrás de escenas de la serie (va los lunes a las 23).