Como parte de la programación que acompaña la sexta edición del Campeonato Mundial de Baile de Tango, entre hoy y mañana se presentarán dos logrados espectáculos de danza que se distinguen por la originalidad de sus formas. Anoche (hoy a las 19.30) y Quintaesencia (mañana en el mismo horario) tienen, además, la particularidad de describir las energías típicas del salón y el escenario, las dos categorías en que se divide la competencia que se desarrolla desde el lunes en Obras. Ambas puestas se ofrecerán en Harrods (Florida 877).

Al condensar las acciones más significativas que ocurren durante una milonga, Anoche no sólo puede llegar a ilustrar al neófito en la materia, sino que termina exponiendo los claroscuros del alma humana en cualquier ámbito. Las actitudes de los personajes reflejan el romanticismo, la coquetería y la felicidad del bailarín, pero también su vanidad, la histeria del que no sabe bien qué quiere y el desconcierto, ya sea ante un cabeceo confuso o luego de un desaire amoroso. La puesta en escena es bien módica: apenas seis bailarines-actores interactuando alrededor de ocho sillas alineadas. Son las interpretaciones de tono caricaturesco las que consiguen retratar personajes arquetípicos o generar situaciones cómicas, casi siempre a partir de recursos coreográficos originales, como algunos juegos con la inercia en parejas manejadas por terceros.

En Quintaesencia, en cambio, no hay un aglutinante temático o genérico. Lo único permanente es la fusión entre los lenguajes del tango y la danza contemporánea, pero con una ejecución generosa en técnica, expresión y musicalidad. La obra, estrenada en el Borges hace cuatro meses, está estructurada en cuatro capítulos: Diamante, Melancólico, Urbano y Spiritual. Los protagonistas representan conflictos y estados anímicos en un contexto sonoro diverso: desde grabaciones de Color Tango, el Sexteto Mayor y Astor Piazzolla hasta composiciones originales de Sergio Vainikoff pasando por las voces sampleadas de Carlos Gardel, Roberto Goyeneche y Tita Merello. Más allá de un vestuario con muchos matices y una puesta lumínica que ayuda a generar climas, es otra idea que no necesita de recursos extraordinarios. Su director, Leonardo Cuello, pidió montar la obra sobre el final de la pista de Harrods porque sentía que en el escenario para los shows la acción quedaba apretada. Por eso, Germán Filipelli, Rocío Leguizamón, Gustavo Vargas, Paola Camacho, Ayelén Sánchez, Walter Suquía, Milagros Rolandelli, Lisandro Eberle, Ollantay Rojas y Estela Ortiz se moverán sobre una plataforma de madera especialmente gestionada para la ocasión.