Vie 05.12.2008
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MUSICA › NOIR DESIR VOLVIO A LA ACTIVIDAD CON DOS CANCIONES EN INTERNET

La balada negra de Bertrand Cantat

Tras cuatro años de cárcel por el asesinato de Marie Trintignant, el líder del grupo francés salió en libertad condicional. Mientras se agita el debate sobre su figura, puso en la web “Ganadores / Perdedores” y “El tiempo de las cerezas”.

› Por Borja Hermoso *

“Los daños, los excesos...
se los van a hacer pagar
y las cenizas que queden
no las recogerán ellos.”
(“Ganadores/ Perdedores”, Bertrand Cantat)

Todo parecido con la realidad es, como casi siempre, mera coincidencia. Pero hay veces en las que no es posible evitar la tentación de dar la vuelta al papel, leer por detrás, al trasluz, y comparar el fango de la vida con el vino y las rosas de la lírica. Les pasó a otros: los mordiscos de la vida reconvertidos en material literario. En el caso de Bertrand Cantat, autor de un error mortal con formato de homicidio, la comparación es salvaje, irremediable. Cuando empezó el verano de 2003, el líder del grupo francés Noir Désir era –a pesar de sus proverbiales esfuerzos en la pose de malditismo estilo Jim Morrison– una estrella del rock francés. Era guapo, era brillante, era rico y, por si algo faltaba, revestía su faceta más mundana con un disfraz de heraldo antisistema. En aquel momento, el cantante era un tipo de cuidado, pero también uno de los golden boys franceses de la cultura underground. Pero al terminar aquel mismo verano, Bertrand Cantat (nacido en Pau en 1964) era algo así como el enemigo público número 1 en el imaginario colectivo de Francia.

El 28 de julio, tras una disputa que, según diversas declaraciones de allegados, estuvo profusamente salpimentada de alcohol y estupefacientes, Cantat molió a golpes y dejó en coma cerebral irreversible a su pareja, la popular actriz Marie Trintignant, hija de uno de los grandes de la pantalla y la escena francesa, Jean-Louis Trintignant, y de la realizadora Nadine Trintignant. El terrible episodio tuvo lugar en una habitación del hotel Domina Plaza, de Vilnius, la capital de Lituania, donde Marie estaba rodando a las órdenes de su madre la película Colette, una biopic sobre la célebre escritora. Cinco días después de esa noche, Marie Trintignant sucumbiría a sus heridas en un hospital de París.

Encarcelado en Vilnius, el autor de éxitos discográficos descomunales en Francia como Le vent nous emportera o Aux sombres héros de la mer fue juzgado y condenado, el 29 de marzo de 2004, a ocho años de prisión por “golpes con resultado de homicidio involuntario” y “no asistencia a persona en peligro”. Aunque en un principio las autoridades de Lituania negaron a Francia la extradición, finalmente accedieron, y Cantat terminó cumpliendo su pena en una cárcel francesa, tal y como había rogado. El líder de Deseo Negro regresaba a casa con nuevos, indeseables ropajes, los de asesino confeso, los del payaso malo que entra por la puerta de atrás. De niño dorado a verdugo indeseable. Antes de todo eso, Cantat había recibido varias amenazas de muerte y unos desconocidos habían incendiado su casa de Las Landas, en el sudoeste francés.

La madre de Marie, Nadine Trintignant, publicó en la editorial Fayard un libro titulado Ma fille Marie, en el que lloraba a su hija y cargaba contra el monstruo. Xavier Cantat, hermano mayor del criminal, publicaba otro, Méfaits divers, donde ponía el acento en el tratamiento que la prensa francesa había dispensado al tenebroso asunto, y sostenía que el supuesto asesinato había sido tan sólo “una pelea que terminó mal”. Las principales cadenas de radiofórmula musical francesas decidieron meter en cuarentena a uno de sus artistas más programados y rentables. Las fans del cantante pintaron en la puerta de su casa cosas como “¡Ten un hijo con nosotras, Bertrand!”. Los otros tres componentes de Noir Désir –Serge Teyssot-Gay, Denis Barthe y Jean-Paul Roy– lograron el permiso del juez para editar su disco en directo En public, con el compromiso de destinar sus beneficios a indemnizar a los cuatro hijos, de 19, 14, 9 y 7 años, que tenía Marie Trintignant de parejas anteriores. O sea, todo, absolutamente todo dentro de la más aplastante de las lógicas.

El 15 de octubre de 2007, tras cuatro años de cárcel, Cantat salió de la prisión de Muret al serle concedida la libertad condicional por su buena conducta y su “clara intención de reinserción social”. Tenía terminantemente prohibido hablar en público del caso Trintignant y utilizar el nombre de la fallecida en ninguna canción, así como producir videoclips de promoción. Cantat se escondió en Las Landas y comenzó a urdir lo que, un año después, exactamente este martes, terminó viendo la luz: el regreso de Noir Désir. Dos nuevas canciones, “Ganadores / Perdedores” y “Le temps des cerises” quedaron colgadas en la red dentro de la nueva web oficial de la banda (www.noirdez.com). En cosa de cuatro días, y sólo en YouTube, los dos temas recibieron más de 125.000 visitas.

Un explosivo debate social estalló de inmediato en la blogosfera –y no sólo francesa, aunque fue básicamente recogido en la web de reciente creación Rue 89–, donde los defensores y los enemigos del cantante homicida comenzaron a pelearse en torno del derecho de reinserción o no de un tipo que sólo había cumplido cuatro años por matar a su pareja. “¿Cómo puede el tipo que hablaba de los sin techo, del Frente Nacional y del subcomandante Marcos (y con talento) matar a su mujer a golpes? ¿Cómo puede un tipo que ha escrito una canción tan hermosa como ‘Le vent nous emportera’ revelarse como un maltratador?”, era uno de los comentarios.

“Le temps de cerises” (“El tiempo de las cerezas”), canción plagada de la violencia eléctrica característica de Noir Désir, supone una nueva versión del viejo tema escrito por Jean-Baptiste Clément y compuesto por Antoine Renard en 1866, un tema siempre asociado a la fundación, devenir y extinción de la Comuna de París. Yves Montand y Nana Mouskouri la cantaron antes que Bertrand Cantat. En cuanto a “Ganadores / Perdedores”, sólo cabe atenerse a las explicaciones ofrecidas por los miembros de la banda en su web: “Es una canción compuesta como reacción al contexto actual en lo político y en lo humano”. Ambas conforman el regreso de Bertrand Cantat. La balada negra de un músico maldito.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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