Jue 23.04.2009
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MUSICA › UN CICLO REúNE LAS EXPRESIONES MáS ACTUALES DEL TANGO

Nueva hora cero para Buenos Aires

Tangocontempo nuclea a los músicos más importantes entre quienes buscan formas actuales para un género centenario. Todos los jueves, a partir de hoy, tocarán desde los fundadores hasta los más jóvenes. El estreno será con Marconi y con el Quinteto Viceversa.

› Por Diego Fischerman

Con tempo es algo indivisible del tango. Y “contempo” es una indisimulable abreviatura de la posibilidad de pensar el presente y de proyectarlo hacia el futuro. Tangocontempo es, obviamente, ambas cosas: un género centenario que no pierde aquello que lo constituyó desde siempre, pero busca dibujar los rasgos de su retrato actual. Sus gestores son el compositor y pianista Nicolás Guerschberg, su violinista Sebastián Prusak, el guitarrista Esteban Falabella –que toca con Guerschberg y con Néstor Marconi–, el contrabajista Juan Pablo Navarro, que también toca en esos dos grupos, Emiliano Greco (pianista del Quinteto Viceversa), el compositor y pianista Diego Schissi (que había integrado el recordado Quinteto Urbano), Juan Pablo Navarro –contrabajista que toca con él, con Marconi y con el trío de Carlos Corrales además de con el Quinteto Real y con el Chango Spasiuk– y el bandoneonista y compositor Daniel Ruggiero, que integra el Trío Quasimodo.

Hoy a las 21.30, en el Espacio Urania Giesso (Cochabamba 360) la agrupación a la que une, en propias palabras de sus integrantes, “la necesidad de hacer cosas nuevas, de juntarnos y, también, la amistad”, dará la señal de largada para un ciclo que nucleará ni más ni a menos que a todos los referentes del tango más actual, desde los fundadores como Néstor Marconi, Víctor Lavallén y Juan José Mosalini, a los mejores exponentes entre los más jóvenes: Edgardo Acuña, Pablo Agri, Amores Tangos, Astillero, Fabián Bertero, Boero/Gómez/Gallardo, Damián Bolotín, Contrarreloj, Carlos Corrales, El Arranque, El Descarte, Fain/Mantega, Ramiro Gallo, Ismael Grossman, Nicolás Guerschberg, Jorge Kohan, La Camorra, Nicolás Ledesma, Pablo Mainetti, Bernardo Monk, Juan Pablo Navarro, Sonia Possetti, Sebastián Prusak, Quasimodo Trío, Pollo Raffo, Romo/Greco/Falasca, Diego Schissi, Quinteto Sideral y el Quinteto Viceversa.

Hoy actuarán el Néstor Marconi Quinteto (que incluye, además de a los nombrados, a Leonardo Marconi en piano y al notable Pablo Agri como violinista) y el Quinteto Viceversa y el próximo jueves 30 estarán el Carlos Corrales Trío y el Nicolás Guerschberg Quinteto. “Como músico tuve una formación clásica y en el jazz. Al tango llegué al final”, dice Falabella y resume un sentimiento generacional. “Cuando empecé a descubrir cosas con mis colegas, apareció algo que, aquí, buscamos rescatar y que es lo que nos llevó a estudiar música. La posibilidad de encontrarse, de escucharse, de compartir esa frescura con músicos colegas. Y eso es algo de lo que, muchos de nosotros, sentimos una falta dentro del mundo del tango.” Schissi agrega: “Es la puerta para escucharnos entre nosotros, pero también para hacernos escuchar. Son músicas que muchas veces se hacen casi en secreto. Y es bueno mostrar que el tango tiene cosas nuevas para decir”. Navarro, por su parte, rescata, además del espíritu de grupo, el hecho de que “la convocatoria haya tenido la recepción que tuvo entre colegas de distintos estilos pero, además, de diferentes generaciones”.

El ciclo se extenderá hasta fin de junio, con conciertos todos los jueves, y continuará con las presentaciones de Jorge Kohan y de Pollo Raffo, el 7 de mayo y, una semana después, del Cuarteto de Pablo Agri y del Quinteto Sideral. “Al juntarnos descubrimos que somos muchos los músicos nuevos que, quizá, no tenemos el espacio para compartir esa búsqueda de encuentro, de creación, de innovación, que es la que hace que la música esté viva, más allá de que sea tango o de cualquier otro género”, comenta Falabella. El, Schissi y Navarro coinciden, en el diálogo con Página/12, en que el tango tiene contradicciones muy fuertes entre una matriz claramente evolutiva –Pugliese no sonaba igual que Firpo ni Francini que Julio De Caro– y la sensación de que “cada vez que se hace algo nuevo hay que pedir disculpas”.

Schissi se pregunta si “generacionalmente no nos hemos quedado sin argumentos para hacer tango”. Por un lado se reconoce el hecho de que, realmente, la cadena entre maestros y alumnos se cortó y que el tango debe reconstruirse desde un punto que está lejos de ser el más deseable y por otro sobrevuela esa sensación de que los espacios no son fáciles de conseguir. “¿Podremos hacer la música que sentimos, que indudablemente tiene al tango como una de sus referencias, pero no es la repetición de lo que hicieron Troilo o Pugliese, sin sentir culpa?”, insiste Schissi. Tangocontempo es una buena manera de empezar a contestarse.

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